Ocho menores fueron rescatados hasta el lunes 9 de julio de 2018 de la cueva inundada donde habían quedado atrapados con otros cuatro compañeros y su entrenador de fútbol, en Tailandia. Una nueva misión de buceo se puso entonces en marcha para liberar a los restantes. El equipo central de rescatistas está formado por más de una docena de buzos especiales, la mayoría extranjeros.

Con la finalidad de que las fuerzas de rescate puedan cumplir con su trabajo sin complicaciones, el ejército cercó la zona de entrada a la cueva. Los niños y su entrenador se encuentran a alrededor de cuatro kilómetros de profundidad, a la espera de ayuda.

Los buceadores lograron rescatar a los primeros cuatro niños de la cueva tailandesa, el pasado domingo. Después de 15 días de cautiverio en las profundidades de la montaña, los infantes fueron trasladados a un hospital cercano, donde reciben atención médica.

Los niños rescatados se encuentran en el Hospital Chaingrai Prachanukroh. Por el momento, sus familiares no pueden tomarlos en sus brazos. Ellos siguen aislados para evitar cualquier peligro de infección, tras el debilitamiento que les causaron los días en cautiverio. La sección hospitalaria donde están internados los niños está cercada por la Policía.

Hace más de dos semanas que los niños futbolistas, de entre 11 y 16 años, junto a su entrenador, se adentraron en la cueva tras un entrenamiento. Después de una fuerte lluvia, quedaron atrapados por las aguas. Sus familiares colocaron en una pared, frente a la cueva, fotos de los niños y rezan durante las labores de rescate.

Alrededor de 90 buceadores forman parte de la operación de rescate, porque el camino hacia los niños atrapados implica el paso por varias secciones inundadas en la cueva. Se necesita dos buceadores para llevar a cuestas a cada niño y rescatarlo. Los infantes reciben una máscara y oxígeno para emprender el retorno.

Los niños y su entrenador habían huido de las inundaciones a una parte seca de la cueva. Durante días, recibieron alimentos, medicinas y mantas. Las fuertes lluvias habían retrasado el rescate, porque las grandes cantidades de agua hacían del ingreso a la cueva una, misión peligrosa. La noche del viernes murió un buzo.

El rescate de los niños restantes es una carrera contra el tiempo. La amenaza de fuertes lluvias es inminente y la próxima intervención de rescate podría tardar varios días más en ejecutarse. Mientras tanto, se sigue suministrando oxígeno a los atrapados en la cueva. Author: Klaus Dahmann (PANA/ER) - 09.07.2018