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Perú: Ni la pandemia de COVID-19 evita otra crisis política

Enrique Anarte
5 de agosto de 2020

Al grave impacto de la pandemia de coronavirus en Perú se suma una nueva crisis política que enfrenta a los poderes Legislativo y Ejecutivo. ¿Podrá el presidente Vizcarra construir el ansiado consenso?

El presidente peruano, Martín Vizcarra
El presidente peruano, Martín VizcarraImagen: picture-alliance/dpa/Presidencia Peru/A. Valle

La crisis política es un déjà vu en Perú. Este martes (04.08.2020), en medio de uno de los peores brotes del nuevo coronavirus de América Latina, el Congreso peruano le negó la confianza al gabinete del primer ministro Pedro Cateriano. El gabinete había asumido su gestión apenas 19 días antes.

La jornada no trajo demasiadas noticias tranquilizadoras: Perú superó el mismo martes los 20.000 muertos por COVID-19. El país andino de 33 millones de habitantes es tercero en América Latina en positivos y decesos por el virus, detrás de Brasil y México. Pero quizás la tragedia sea aún mayor, pues la prensa local estima que, si se incluyeran los casos sospechosos, los decesos bordearían los 50.000.

El presidente peruano, Martín Vizcarra, aceptó en un pronunciamiento los hechos consumados y anunció que conformará un nuevo gabinete en el plazo que ordena la ley. 

Las expertas consultadas coinciden en que en la raíz de este problema se encuentra un enfrentamiento entre el Legislativo y el Ejecutivo que el país arrastra desde hace años. "Las tensas relaciones entre ambos poderes se remontan al menos hasta las elecciones de 2016, en las que tuvimos un presidente electo, Pedro Pablo Kuczynski, con un margen muy pequeño con el segundo puesto, Keiko Fujimori”, sostiene en entrevista con DW Denisse Rodríguez-Olivari, investigadora en la Universidad Humboldt de Berlín.

En esos años la oposición fujimorista intentó llevar a cabo un proceso de juicio político contra Kuczynski, quien acabó renunciando tras una crisis política por la aparición de vídeos y grabaciones que implicaban a aliados suyos en la supuesta compra de votos de congresistas opositores a cambio de obras públicas.

Su vicepresidente, Vizcarra, asumió la presidencia prometiendo luchar contra la corrupción y acabar con la política de inestabilidad y confrontación. "Simplemente se ha arrastrado esa dinámica en la que hay un presidente que tiene que resistir los embates del poder legislativos al no tener un partido”, dice Rodríguez-Olivari. Y la cosa no ha acabado aquí: "Podemos esperar este y algunos otros impasses más en lo que queda hasta las siguientes elecciones previstas para abril”. El nuevo gabinete también necesitará el aval del Congreso.

Perú, el séptimo país en el mundo y el tercero de Latinoamérica con mayor cantidad de casos de coronavirusImagen: AFP/D. Ramos

Entre las principales críticas de la oposición están las acusaciones de que el primer ministro Cateriano habría presentado un plan de gobierno favorable a los empresarios, así como de no ofrecer alternativas para enfrentar las consecuencias del COVID-19.

Milagros Campos, profesora de la Pontificia Universidad Católica del Perú, recuerda en entrevista con DW que "parte de estas críticas apuntaban que el plan de reactivación económica de Cateriano ha estado más cercano a la gran empresa y menos cercano a la pequeña empresa y a la economía informal, que son los sectores que más necesitaban la ayuda”.

Con el recién iniciado desconfinamiento, el Gobierno ha estado intentando reactivar la economía, que está en cuidados intensivos tras caer 17% en los primeros cinco meses del año. Se han perdido al menos 2,6 millones de empleos.

"En nuestro país el problema no son las buenas o las malas intenciones, sino que no se hace política; entendiendo política como la gestión de los conflictos, la negociación”, critica la politóloga Mayte Dongo Sueiro. "Simplemente se comportan como oposición, rechazando lo que dice el Ejecutivo”, dice a DW. A las diferencias ideológicas se suma el cuestionamiento del ministro de Educación y de la reforma universitaria, que Dongo Sueiro explica como "una cuestión de intereses particulares” en torno a las licencias retiradas en el pasado a algunas universidades privadas.

Un amplio abanico de actores sociales y económicos, desde las grandes empresas privadas a los gremios exportadores y la Iglesia católica, han pedido en las últimas horas la búsqueda urgente de un consenso que evite que se agrave el impacto del coronavirus.

Vizcarra, un presidente fuerte y débil al mismo tiempo

¿Pero cuál es la solución? "El diseño del sistema de gobierno en Perú no contribuye a darle cierto clima de estabilidad al país, este es un tema que deberíamos repensar de cara a una reforma política", estima Campos. La profesora también recuerda que, pese a la derrota en el Congreso, "el presidente Vizcarra tiene una aprobación muy amplia en comparación con los presidentes anteriores, esto significa que la ciudadanía no ha roto con el mandatario y más bien puede ser muy crítica con sus representantes parlamentarios”. Vizcarra gobierna en solitario desde marzo de 2018, pues carece de partido y de bancada propia en la cámara parlamentaria.

La politóloga Dongo Sueiro cree que el presidente tratará ahora de buscar una figura de consenso: "Espero que el presidente haya aprendido de lo negativo que puede ser de cara al Congreso un discurso tan económico y tan centrado en la minería”. Vizcarra tiene por delante el reto de demostrar que la crisis política no es un mal endémico del país. Y para ello tendrá que convencer a los congresistas de que hará falta algún tipo de acuerdo para hacer frente a la pandemia.

(ers)

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