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Ni rastro de los niños refugiados desaparecidos

Helena Baers (JC/RML)11 de abril de 2016

Casi 6.000 niños refugiados desaparecieron en Alemania. Es probable que la mayoría simplemente haya seguido viajando pero, ¿qué pasa con el resto? Los expertos recomiendan acompañar a los menores.

Deutschland Flüchtlingskinder
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Rehder

Las cifras son alarmantes: 5.835 menores refugiados han sido reportados como desaparecidos en el último año en Alemania. Esta es la respuesta ofrecida por el Ministerio del Interior alemán a una consulta parlamentaria. Entre los desaparecidos hay 555 niños menores de 14 años. “Los menores no acompañados desaparecidos proceden, principalmente, de Afganistán, Siria, Eritrea, Marruecos y Argelia”, reza el informe del Ministerio.

Pero, ¿adónde han ido a parar esos niños? El Gobierno no ha sido capaz de responder a esa pregunta. “El escándalo es que el Ministerio del Interior no haya podido dar ninguna razón. Dónde están esos niños. Nosotros, por ejemplo, conocemos lo que pasó en algunos casos”, criticó en Deutschland Radio Barbara Küppers, experta en derecho infantil de la organización Terre des Hommes.

Dueños de su destino

Es probable que gran parte de esos niños y jóvenes haya seguido viajando, por ejemplo, a países como Suecia o Dinamarca, dice Küppers. Incluso dentro de Alemania, no sería de extrañar que muchos se hayan reunido con familiares que viven en otras ciudades y a las que no habían sido asignados los menores. En estos casos, los niños “se buscaron la vida”.

No obstante, algunos de los desaparecidos también han sido víctimas de grupos criminales. “Sabemos de casos en los que traficantes de personas se presentaron en centros de acogida para menores exigiendo dinero a los niños”. Esto tiene la consecuencia de que, en algunos casos, los menores afectados no confían en nadie y se escapan para ganar dinero con el que pagar su “deuda”, por ejemplo en el negocio de la prostitución callejera. Cuántos casos de este tipo se han dado es una pregunta a la que Küppers no puede contestar.

Entre los desaparecidos en el último año en Alemania hay 555 niños menores de 14 años.Imagen: picture-alliance/dpa/E. Scheriau

En la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA, por sus siglas en alemán) tampoco son capaces de dar cifras concretas sobre este fenómeno. Una portavoz, sin embargo, asegura que muchos niños abandonan los centros en busca de familiares o conocidos que viven en el país. Otros, explica, fueron registrados en varios lugares por carecer de documentos de identidad o escribieron sus nombres de diferentes formas.

Europol: criminales reclutan niños

Que los niños desaparezcan repentinamente no es un problema exclusivamente alemán. El jefe de Personal de la policía de la Unión Europea (UE) Europol, Brian Donald, admitió a principios de año al periódico británico The Observer que, a pesar de que miles de menores refugiados fueron registrados en ciudades europeas, a muchos de ellos se les perdió la pista. Según cálculos conservadores, aproximadamente 10.000 niños han desaparecido.

Donald saca una conclusión distinta a la expresada por las autoridades alemanas. Alerta de que muchos de ellos podrían hacer caído en manos de delincuentes. Europol tiene conocimiento de que algunos niños y jóvenes sufrieron abusos sexuales durante su periplo hacia Europa. Según Donald, los criminales construyeron una infraestructura dedicada a beneficiarse del flujo migratorio.

Según cálculos conservadores, en Europa han desaparecido aproximadamente 10.000 niños refugiados.Imagen: Colourbox/O. Mikhaylov

La política debe responder

A finales de marzo, varios eurodiputados advirtieron en una carta de la existencia de bandas paneuropeas dedicadas al abuso de refugiados menores de edad. Los afectados habrían sido víctimas de violencia sexual, explotación laboral y tráfico de órganos. El problema es que nadie sabe cuántos niños refugiados simplemente siguieron camino y no está claro cuántos de ellos fueron secuestrados o esclavizados.

Esto tiene que cambiar, dice Barbara Küppers. “La política aún no ha despertado”. Lo más fácil sería hacerse cargo de esos niños en las fronteras exteriores de la UE y facilitarles un viaje seguro hasta su destino. “De esta forma no tendrían que exponerse al peligro que suponen los traficantes y explotadores durante miles de kilómetros”.



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