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Nicolás Maduro Guerra, el chavismo de relevo

9 de julio de 2017

Pese a su juventud y a la brevedad de su carrera política, la curva ascendente de su trayectoria obliga a prestar atención a Nicolás Ernesto Maduro Guerra, hijo del actual “hombre fuerte” de Venezuela. Una semblanza.

Nicolás Ernesto Maduro Guerra
Imagen: Venezolana de Televisión

En vida, el presidente venezolano Hugo Chávez descuidó un flanco importante de su proyecto político: el fomento de un verdadero liderazgo de relevo capaz de consolidar su “Revolución Bolivariana” cuando él ya no estuviera presente. Las mismas caras aparecían cada vez que reorganizaba la jerarquía estatal, pero en cargos distintos; como si esos puestos no demandaran competencias específicas. Como si al otrora “hombre fuerte” de Caracas le hubiera costado confiar en alguien fuera de su reducido círculo de incondicionales.

Cuando la fragilidad de su salud lo confrontó con su mortalidad,“el Comandante” le pidió a sus seguidores que apoyaran a Nicolás Maduro Moros –entonces vicepresidente– si la situación llegara a ameritarlo. Tras el fallecimiento de Chávez (5.3.2013) y después de vencer al opositor Henrique Capriles Radonski en unos comicios controvertidos, Maduro Moros asumió la jefatura del Gobierno. Aunque su labor como canciller había sido elogiada hasta por críticos del chavismo, muchos ponían en entredicho su don de mando.

Hoy, con Venezuela sumida en una crisis sin precedentes que no perdona a ningún sector de la vida nacional, aquella duda parece haberse confirmado. Pero, ¿hizo Maduro Moros al menos la tarea que su mentor dejó pendiente? ¿Se preocupó acaso de aupar al talento nuevo en las filas del chavismo? La respuesta a esta pregunta depende de lo que se entienda por talento. En todo caso, su hijo ha dado que hablar al anunciar que aspira a un escaño en la Asamblea Nacional Constituyente convocada por el oficialismo para el 30 de julio.

Nicolás Maduro Moros. De tal palo...Imagen: Picture alliance/dpa/F. Batista/Prensa Miraflores

Del “delfín de Chávez” al hijo de Maduro

“Vamos a una Asamblea Nacional Constituyente profundamente democrática, ciudadana, popular y socialista”, declamó Nicolás Ernesto Maduro Guerra, de 27 años, el pasado 26 de junio durante la juramentación de los candidatos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Sus credenciales: el joven flautista formó parte del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela entre 1998 y 2004 y estudió Economía Social en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Bolivariana (UNEFA).

Considerando las responsabilidades que se le han confiado, cabe decir que su ascenso en el escalafón gubernamental ha sido vertiginoso. Maduro Jr. fue electo por la parroquia caraqueña de El Valle como delegado del PSUV, nombrado coordinador general del evento musical Suena Caracas –que él mismo comparó con los festivales de Viña del Mar y Rock in Rio– y designado coordinador de la Escuela Nacional de Cine en junio de 2014, un año antes de que esta fuera inaugurada. Desafíos nada desdeñables para un veinteañero.

No obstante, lo que convirtió a Maduro Guerra en un funcionario públicamente reconocible fue su investidura como jefe del Cuerpo de Inspectores Especiales de la Presidencia, creado para combatir la corrupción y evaluar la efectividad de las políticas de su padre. Mientras el sucesor de Chávez acusaba al empresariado de orquestar una“guerra económica” en su contra, su vástago tenía como misión buscar evidencias de ello, supervisando comercios presuntamente incursos en acaparamiento de mercancía y especulación.

"Nicolasito” y Odebrecht

Más tarde, cuando trascendió que Maduro Moros había puesto a su hijo al frente de la Dirección General de Delegaciones e Instrucciones Presidenciales de la Vicepresidencia (25.1.2017), más de uno frunció el ceño. En su sitio informativo online, RunRun.es, el periodista Nelson Bocaranda Sardi comentaba (8.3.2017) que Maduro Guerra controla la “más valiosa fuente de información” sobre las obras inconclusas de la constructora brasileña Odebrecht y “los actos de corrupción” fraguados por esa empresa en el país caribeño.

El joven tomó el timón de esa instancia poco después de que Armando.Info –el grupo de investigadores que desveló el capítulo venezolano de los Papeles de Panamá– corroborara que Odebrecht había pagado 98 millones de dólares en sobornos a cambio de contratos jugosos en la nación sudamericana, con al menos 35 millones destinados a financiar la campaña electoral de Hugo Chávez en 2012 (22.12.2016). Poco más se sabe sobre el único hijo de Maduro Moros, concebido durante su matrimonio de 21 años con Adriana Guerra Angulo.

El “soldado de Chávez”, como se autoproclama en su perfil de Twitter, es conocido por resguardar celosamente su privacidad. El diario El Nacional reportó que el pasado 3 de junio, cuando Maduro Guerra se encontraba en una fiesta, una de las invitadas le tomó una foto con su teléfono móvil y se rehusó a borrarla o a entregar su smartphone cuando los guardaespaldas del funcionario la conminaron a hacerlo. Diversas fuentes señalan que la mujer fue detenida el 11 de junio y recluida en una sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).

Autor: Evan Romero Castillo (MS)

 

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