Nigeria: hombres armados secuestran a 73 estudiantes
1 de septiembre de 2021
La Policía y el Ejército intentan dar con el paradero de las víctimas, raptadas desde la escuela Government Day. Ola de criminalidad azota a distintas regiones del país africano.
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Hombres armados secuestraron este miércoles (01.09.2021) a 73 estudiantes en una escuela secundaria del estado de Zamfara, en el noroeste de Nigeria, informó la Policía. Se trata del último de una serie de secuestros masivos en centros escolares. Las fuerzas de seguridad y el Ejército aseguraron estar trabajando para dar con los secuestradores y sus víctimas.
Los hechos ocurrieron en la escuela secundaria Government Day en Kaya, en el área del gobierno local de Maradun. "El secuestro se produjo tras la invasión de la escuela por un gran número de bandidos armados, exactamente a las 11.22 horas (10.22 GMT)", agregó el portavoz de la Policía del estado de Zamfara, Mohammed Shehu.
Este rapto tiene lugar después de que 18 estudiantes y miembros del personal de la Escuela de Agricultura y Ciencias Animales de la localidad de Bakura, también en el estado de Zamfara, fueran secuestrados el 15 de agosto por hombres armados y rescatados a finales de ese mes. También en febrero de este año, en ese mismo estado, fueron raptadas 279 alumnas de una escuela de secundaria femenina en la localidad de Jangebe y liberadas el pasado 2 de marzo.
"Bandidos” implicados
El comisario de Zamfara, Ayuba Elkana, anunció una directiva del gobernador de este estado, Bello Matawalle, por la que se procede al cierre "con efecto inmediato" de todas las escuelas primarias y secundarias del estado. La ola de secuestros masivos se viene dando por parte de bandas de hombres armados (identificados en el país como "bandidos") implicados también en el robo de ganado y que tienen por objetivo obtener lucrativos rescates.
El blanco más habitual de los atacantes son los centros educativos. Según datos de la Agencia de la ONU para la Infancia (Unicef), al menos 950 alumnos fueron raptados entre diciembre y principios de julio pasado en esa clase de incidentes. El pasado 12 de junio, el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, prometió poner fin a esos sucesos y expresó su "pésame" a las familias de las víctimas de la violencia cometida por bandidos en el noroeste y centro del país.
DZC (EFE, AFP)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.