Nigeria: Las chicas de Chibok están libres, pero presas
Adrian Kriesch
12 de mayo de 2017
Boko Haram liberó el 6 de mayo de 2017 a 82 escolares de Chibok que había secuestrado tres años antes. Pero por decisión del Gobierno, las muchachas no han podido reunirse con sus familias.
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El 16 de octubre de 2016 es uno de los días más felices en la vida de Lawal Emos. Dos años y medio antes, su hija Comfort había sido secuestrada por el grupo terrorista Boko Haram. Pero, ese domingo la vuelve a abrazar. Comfort y otras 20 muchachas fueron liberadas entonces gracias a negociaciones entre el Gobierno y Boko Haram. "Comfort está feliz de que todo haya terminado”, dice poco después Emos a DW. Y agrega: "Ahora quiere volver a la escuela”.
Emos no sabe, sin embargo, si su hija ha vuelto a la escuela. El encuentro en octubre fue el último hasta ahora. Emos ha vuelto a Chibok, Comfort sigue bajo la tutela del Estado, en Abuja, la capital, a 900 kilómetros de distancia. La promesa del Gobierno de que Comfort pronto volvería con su familia aún no se ha cumplido, seis meses después de la liberación.
Emos no pudo ver a su hija ni siquiera en Navidad. "Nos dijeron que las muchachas podrían volver a ser objetivo de nuevos ataques de Boko Haram y que podrían darnos información que pondría en peligro la liberación de las otras muchachas”, dice Emos. Y agrega: "Por lo menos, podrían decirnos qué sucede exactamente con ellas. Deberíamos tener acceso a nuestras hijas. De lo contrario, es como si siguieran secuestradas”.
Escuela a partir de septiembre
También las 82 muchachas liberadas el sábado 6 de mayo de 2017 se hallan ya en Abuja, en un hospital de los servicios secretos. Desde su llegada se han entrevistado con numerosos políticos: el presidente, varios ministros, el gobernador de Borno, senadores y diputados. Salvo uno, sus padres, por el contrario, no han podido hablar con ellas.
El Gobierno explica la demora con que quiere invitar a Abuja a los verdaderos padres, porque en varios casos hay confusión por duplicidad de apellidos. En todo caso, Ausha Alhassan, la ministra de Mujeres, ha aseverado que las muchachas podrán volver a la escuela a partir de septiembre.
"Es como si siguieran presas”
Aisha Yesufu, de la campaña #BringBackOurGirls critica, sin embargo, al Gobierno por la escasa información que brinda. Nadie sabe con exactitud cómo están las muchachas liberadas y qué sucederá con ellas. "Si no tienen contacto con sus padres y familias, es como si siguieran presas”, agrega. También Isa Sanusi, de Amnistía Internacional Nigeria, está preocupada: "Nada debería ser más importante para el Gobierno que llevar a las muchachas a sus familias, para que puedan recomenzar una vida normal”.
Lawal Emos espera todos los días que alguien del Gobierno lo invite a trasladarse a Abuja, para reunirse con su hija. "Primero quiero, simplemente, volver a verla. Y luego deseo saber del Gobierno qué plan tiene para la educación de mi hija”.
Autor: Adrian Kriesch (PK/DZC)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.