Nigeria: más de 100 muertos al caer techo de iglesia
11 de diciembre de 2016
En el momento del derrumbe, centenares de personas se encontraban en la recién construida iglesia para el nombramiento de Akan Weeks como obispo.
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Al menos 100 personas habrían muerto al desplomarse el techo de una iglesia de Uyo, en el estado nigeriano de Akwa Ibom, según informó hoy (11.12.2016) el director del hospital universitario local, Etete Peters. No obstante, la asociación médica Akwa Ibom situó la cifra de muertos en alrededor de 21. Por el momento no hay datos oficiales, pues los equipos de rescate continúan buscando entre los escombros.
"Sonaba como a una fuerte lluvia... Al principio pensé que venía de los gigantescos altavoces y, cuando la gente empezó a preguntarse qué estaba pasando, todo el edificio se vino abajo", dijo a dpa la estudiante universitaria Ime Umanna, quien asistió a la ceremonia. "Yo estaba cerca de la entrada lateral y logré escapar", añadió. "El pesado metal utilizado para las vigas cayó como una losa sobre la gente, aplastando a muchos. Fue una imagen terrible", añadió.
Según testigos, la iglesia aún estaba en construcción. Media hora después de comenzar la ceremonia religiosa cayó primero el techo y poco después el resto de la edificación, agregan. Por su parte, el gobernador de la provincia de Akwa Ibom, Udom Emmanuel of Akwa Ibom, que se encontraba en la primera fila de la iglesia como invitado de honor, logró salir ileso, reportan los medios.
El presidente nigeriano, Muhamadu Buhari, transmitió al gobernador y al pueblo de Akwa Ibom su tristeza y condolencias, en nombre de su familia y de toda la nación, por los numerosos muertos, y heridos, que no cuantificó, registrados durante el siniestro.
FEW/CT (dpa, EFE)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.