Nils Melzer, relator especial de la ONU sobre la tortura, critica el proceso político y la carencia del Estado de derecho en el proceso contra el fundador de Wikileaks en Londres.
Publicidad
DW: Como relator especial de la ONU sobre la tortura, está siguiendo el caso del fundador de Wikileaks, Julian Assange, y las acciones de Estados Unidos e Inglaterra en su contra. ¿Cómo valora las vistas orales que han tenido lugar?
Nils Melzer: El procedimiento viola claramente las normas fundamentales de derechos humanos y el Estado de derecho. Incluso la motivación tras de la solicitud de extradición contradice los estándares legales fundamentales. Julian Assange está siendo perseguido por Estados Unidos por espionaje solo por ejercer periodismo de investigación.
Ha dado a conocer información secreta de un Gobierno del que no fue trabajador y hacia el que no tiene ninguna obligación. Él mismo no robó esta información. Se la filtró alguien que tenía acceso a la información. Y la publicó porque era de interés público darla a conocer.
¿Por qué las publicaciones de Wikileaks eran importantes para la opinión pública?
Porque contenían pruebas claras de corrupción, crímenes de guerra y otros comportamientos delictivos. Básicamente, Estados Unidos está tratando aquí de criminalizar el periodismo de investigación. Ese es el objetivo de la solicitud de extradición, ¡nada más!
Y el sistema británico, lamentablemente, le sigue el juego a Estados Unidos. Vemos que los británicos están violando sistemáticamente los derechos fundamentales de Julian Assange para que pueda preparar adecuadamente su defensa, tenga acceso a sus abogados, tenga acceso a documentos legales. Assange fue puesto en confinamiento total, donde no tiene acceso ni a su familia ni a visitantes, y donde está psicológicamente afectado, como cualquier persona en aislamiento prolongado. Y todo ello sin ningún fundamento legal.
Visitó a Julian Assange en mayo de 2019, aproximadamente un mes después de su arresto. En ese momento llevaba siete años bajo asilo en la embajada ecuatoriana en Londres. ¿Cómo estaba su salud en ese momento?
Su estado de salud era malo. Había traído a dos médicos especializados, un psiquiatra y un forense, que habían trabajado con víctimas de tortura durante 30 años. Ambos llegaron de forma independiente a la conclusión de que Assange muestra todos los signos típicos de las víctimas de tortura psicológica: ansiedad intensa, síndromes de estrés crónico, que ya habían deteriorado de forma apreciable sus capacidades cognitivas y funciones neurológicas.
Había sufrido mucho por la constante amenaza de ser extraditado a Estados Unidos. Y sabía qué tipo de proceso político y castigo inhumano le podría esperar en Estados Unidos.
¿Qué le esperaría a Julian Assange en Estados Unidos?
Para que quede claro: los acusados en materia de seguridad del Estado no tienen un juicio justo en EE. UU. Se le acusaría a puerta cerrada sobre la base de pruebas clasificadas a las que la defensa no tiene acceso y ante un jurado no imparcial y seleccionado entre una población mayoritaria progubernamental de los alrededores de Washington DC. El tribunal sobre espionaje en Alexandria, Virginia, nunca ha absuelto a un acusado.
Durante la investigación, pero también en prisión, estas personas se encuentran sometidas a un régimen especial de arresto, sin posibilidad de presentar una denuncia e incomunicado durante años: no se le permite hablar con nadie. Incluso si los dejan salir a caminar durante 45 minutos al día, lo transportarían de un habitáculo de concreto a otro de concreto, donde caminará en círculos y solo. Este tipo de detención equivale claramente a tortura y a otros tratos crueles, inhumanos, degradantes. No es solo mi opinión, es la opinión de Amnistía Internacional, de todas las organizaciones serias de derechos humanos del mundo.
Julian Assange se ha enfrentado a este escenario de amenaza durante 10 años. Junto con el creciente aislamiento social, la constante difamación y humillación. Todo esto ha tenido un efecto muy profundo en su estabilidad psicológica.
Cuando lo visité, estaba en régimen de aislamiento, pero no incomunicado. Podía hablar con otros presos una o dos veces al día. Pero solo una semana después fue trasladado a la enfermería y poco después fue completamente aislado de todos los demás reclusos. Estas medidas solo se relajaron un poco al comienzo del proceso en febrero, pero luego se endurecieron nuevamente con el brote del COVID-19. La conclusión es que Assange ha estado recluido en régimen de aislamiento durante más de un año.
Usted ha criticado las condiciones de arresto y juicio por parte de las autoridades británicas. ¿Cómo reaccionaron?
Inicialmente confronté a las autoridades británicas con mi evaluación de la ilegalidad de su detención y les pedí que no extraditaran a Assange a Estados Unidos.
También le presenté al Gobierno la información que recibí sobre las violaciones del procedimiento en el caso de extradición: un juez no imparcial que insultó a Assange sin motivo en la sala del tribunal. Una jueza cuyo marido había sido denunciado en múltiples ocasiones por Wikileaks. Acceso claramente insuficiente a abogados y expedientes judiciales. Los abogados de Assange no pudieron visitarlo durante seis meses debido al COVID-19 y tuvieron que contentarse con breves llamadas telefónicas. Por otro lado, Estados Unidos cuenta con recursos ilimitados y ejércitos de abogados para preparar el caso en su contra. Se trata de una clara violación del principio de igualdad de trato.
Los británicos estaban indignados de que me atreviera a criticarlos. Pero se negaron a darme contraargumentos o entablar un diálogo constructivo conmigo. En cambio, simplemente dejan de responder a mis intervenciones. Hace solo unos días intervine nuevamente y pedí que Julian Assange fuera puesto al menos bajo arresto domiciliario durante el resto del proceso de extradición. Pero no hubo reacción.
¿El arresto domiciliario sería una opción en el sistema del Reino Unido?
Mire cómo se trató a Augusto Pinochet. El exdictador de Chile fue extraditado a Londres por año y medio, pero Pinochet no estuvo en una prisión de máxima seguridad, fue puesto bajo arresto domiciliario en una casa acomodada. La ex primera ministra, Margaret Thatcher, incluso lo visitó allí y le llevó whisky. Pinochet vivió una vida muy privilegiada durante su juicio de extradición.
El hecho de que Julian Assange esté en una prisión de máxima seguridad, a pesar de que no es un criminal condenado y solo está detenido con fines preventivos, es totalmente desproporcionado, innecesario y no tiene base legal.
Entrevista realizada por Matthias von Hein
La entrevista se realizó antes de que se diera a conocer el veredicto del 4 de enero de 2021.
El abogado internacional suizo Nils Melzer es el relator especial de la ONU sobre la tortura desde 2016. Con anterioridad, Melzer trabajó para el Comité Internacional de la Cruz Roja en numerosas áreas de crisis durante doce años.
(rmr/few)
Julian Assange: una vida en contravía
Tras un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU., el fundador de WikiLeaks deja atrás años de cárcel y lucha judicial para evitar ser extraditado desde Londres. Una mirada a la azarosa vida de Julian Assange.
Imagen: Wikileaks/PA Wire/dpa/picture alliance
Assange, rumbo a la libertad
Tras más de 5 años en una cárcel de Londres, donde fue recluido después de que Ecuador le retirara el asilo político y lo entregara a la policía británica, Julian Assange abandonó la prisión, para cumplir el último capítulo de su odisea judicial en las Islas Marianas, territorio estadounidense de ultramar. Un recuento de la azarosa historia del fundador de WikiLeaks.
Imagen: Wikileaks/PA Wire/dpa/picture alliance
Un australiano itinerante
Julian (Paul) Assange nació en Townsville, Queensland el 3 de julio de 1971. Sus padres tenían una compañía teatral itinerante, por lo que asistió a 37 escuelas y 6 universidades en Australia. Ha sido programador, ciberactivista, periodista se hizo famoso por ser cofundador, editor y portavoz de WikiLeaks. Nunca terminó sus estudios de física y matemáticas.
Imagen: picture alliance/dpa
Un "programador" de secretos
Assange cooperó en la escritura del libro “Underground” (1977), de Suelette Dreyfus, como hacker de “Subversivos Internacionales”, por lo que en 1991 la Policía allanó su casa de Melbourne. Assange habría accedido a varias computadoras "para detectar errores de seguridad". Se declaró culpable de 24 delitos informáticos y fue liberado tras pagar multa de 2.100 dólares australianos.
Imagen: AP
Un hacker "de película"
Assange vivió luego como programador y promotor de software libre, convirtiéndose en experto y creador de lenguajes y programas cifrados. Entre estos, uno para proteger la identidad y los datos de activistas de derechos humanos. Assange alcanzó rápida fama como hacker, tanto que su vida fue filmada en 2013. Aquí una imagen de "El quinto poder", un drama protagonizado por estrellas del cine alemán.
Imagen: picture-alliance/dpa/Constantin Film Verleih
Un político frustrado
El 12 de diciembre de 2012 Assange anunció a través de Twitter la fundación del Partido WikiLeaks y su candidatura al Senado de Australia. No logró los votos suficientes.
Imagen: picture alliance/AP Photo
2006: la fundación de Wikileaks
WikiLeaks (del inglés leak, “fuga”, “goteo”, “filtración [de información]”) es una ONG sin ánimo de lucro, que publica informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés público, preservando el anonimato de sus fuentes. Su base de datos creció a 1,2 millones de documentos. Julian Assange fue su principal fundador y está gestionado por The Sunshine Press.
Imagen: Reuters/A. Schmidt
Un delator de secretos
La organización se ofreció a recibir filtraciones que desvelaran comportamientos no éticos ni ortodoxos de gobiernos y regímenes totalitarios, pero también en asuntos relacionados con religiones y empresas de todo el mundo. Las acciones más destacadas de WikiLeaks se centraron en la actividad exterior de Estados Unidos, especialmente en relación con las guerras de Irak y de Afganistán.
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Berg
Assange, ¿un depredador sexual?
En agosto de 2010 la fiscal general de Suecia, Marianne Ny, emitió orden de arresto contra Assange, sindicado de abusos sexuales y violación durante una visita a Estocolmo. Assange habla de una campaña difamatoria. El 19 de mayo de 2017, la fiscalía sueca anunció que optaba por ponerle fin al caso, salvo que Assange volviera a Suecia antes de que el delito prescriba en agosto de 2020.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Sandberg
2010: Assange y el "Diario de la Guerra"
En octubre, Wikileaks publicó 400.000 documentos secretos en el "Diario de la Guerra de Irak". En diciembre, Assange se entregó a la Policía británica, pagó fianza, fue controlado por pulsera electrónica y entró en proceso de extradición por la orden de arresto emitida por Suecia.
Imagen: Reuters/N. Hall
Un "perseguido" en Londres
Después de fracasar su apelación, el 19 de junio de 2012, Assange se refugió en la Embajada ecuatoriana en Londres, donde pidió asilo político. Las autoridades británicas amenazaron con arrestarlo si abandonaba la sede diplomática. Ecuador accedió a estudiar la petición de asilo, que finalmente le otorgó en agosto de ese año. EE.UU. estaría detrás de la "persecución".
Imagen: Reuters/P. Nicholls
Un hombre atrapado
El 16 de agosto del 2012, el otrora ministro de Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, anunció la concesión de asilo diplomático al fundador de Wikileaks, Julian Assange. Por lo que se esperaba que el Gobierno Británico concediera el salvo conducto para que Julian Assange puediera viajar a Ecuador. Hasta el 6 de febrero de 2018 aún permanecía atrapado en Londres
Imagen: Getty Images/AFP/D. Leal-Olivas
Un amigo de los gatos con cargo diplomático
El acompañante felino de Julian Assange es probablemente el gato mejor vestido del Reino Unido. Su función: acompañar y sugerir "normalidad". Menos amigable se mostró la administración de Donald Trump, que amenazaba con "mano dura contra filtraciones de información confidencial", como declaró recientemente Jeff Sessions, el fiscal general de Estados Unidos, cuando se le preguntó por Assange.
Imagen: Reuters/P. Nicholls
Un "ecuatoriano" perdido en el limbo diplomático
El Gobierno ecuatoriano confirmó el 11 de enero de 2018 que concedió la naturalización a Julian Assange y aseguró que mantiene en la búsqueda de vías para solucionar la situación del ahora australo-ecuatoriano, una vez que el Reino Unido ha declinado acreditarlo como agente diplomático en la legación del país andino en Londres.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Augstein
Una "piedra en el zapato”
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, dijo que la permanencia de Assange en la Embajada ecuatoriana de Londres es “una piedra en el zapato que heredamos”. Y propuso una “mediación", a la vez que expresó su desacuerdo con la decisión de haberle concedido a Assange estatus diplomático. Lenín Moreno indicó que Ecuador aboga por “la protección de la vida y el derecho a rehabilitarse”.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Buendia
¿Un rehén político?
La Justicia británica tenía orden de detención contra Assange "por infringir sus condiciones de libertad bajo fianza", según fallo del 6 de febrero de 2018. Los jueces rechazaron el argumento de sus abogados, que alegaban que la orden "no tenía sentido", tras la retirada en mayo de 2017 de la petición de extradición por presuntos abusos sexuales en Suecia.
Imagen: picture alliance/empics/D. Lipinski
Rumores de expulsión
En diversas oportunidades se rumoreó que el Gobierno ecuatoriano expulsaría a Assange de su sede diplomática en Londres. El propio portal WikiLeaks, anunció en su cuenta de Twitter una inminente expulsión el 5 de abril de 2019, lo cual fue desmentido por las autoridades de Quito.
Imagen: Reuters/P. Nicholls
El fin del asilo
Ecuador le retiró el asilo "por violar reiteradamente convenciones internacionales y protocolo de convivencia". La policía británica detuvo a Assange, "conforme al acuerdo de extradición entre EE.UU. y Reino Unido, debido a su implicación en una acusación federal por conspiración para infiltrarse en ordenadores al acordar sortear la clave de un ordenador del Gobierno con información clasificada".
Imagen: Reuters/P. Nicholls
Assange ante el tribunal
Desde abril de 2019, Julian Assange está en una prisión de máxima seguridad en el este londinenese, en la cárcel de Belmarsh. El 7 de septiembre de 2020 compareció ante el tribunal central de Old Bailey, en Londres, donde se decidiría sobre el pedido de extradición de Estados Unidos. Allí se podría enfrentar a 175 años de prisión si es declarado culpable.
Imagen: Reuters/P. Nicholls
Tribunal rechazó la extradición a EE. UU.
En la corte penal londinense de Old Bailey, la jueza Vanessa Baraitser consideró "demostrado" que Assange presenta riesgo de suicidio y podría quitarse la vida si era enviado a EE. UU., donde probablemente sería retenido en condiciones de aislamiento. La decisión, de enero de 2021, fue revocada en diciembre de ese mismo año. Se inicia una prolongada batalla judial para evitar su extradición.
Imagen: Henry Nicholls/REUTERS
Matrimonio en prisión
En marzo de 2022, Julian Assange se casa con Stella, su pareja y madre de sus dos hijos, en la cárcel de Belmarsh, en Londres. Su esposa ha luchado permanentemente por conseguir la liberación del fundador de WikiLeaks.
Imagen: Dominic Lipinski/empics/picture alliance
Cinco años en prisión londinense
En abril de 2024 se cumplieron cinco años desde que Assange fuera encarcelado en Londres. Mientras proseguía el proceso judicial, con apelaciones a la orden de extradición, manifestantes exigían su puesta en libertad y subrayaban que dar a conocer la verdad no es un crimen.
Imagen: Joao Daniel Pereira/ZUMA Press Wire/picture alliance
Assange sale de la cárcel
Julian Assange llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU., para recuperar la libertad. Este contempla declararse culpable de la filtración de documentos, algunos de ellos considerados secretos. La sentencia prevista, de 62 meses de cárcel, equivale al tiempo que el fundados de WikiLeaks pasó encarcelado en Londres.