La Casa Blanca no descartó que el presidente de EE.UU., Barack Obama, actúe por su cuenta para cerrar la cárcel de Guantánamo antes de que concluya su mandato, en enero de 2017, si el Congreso no colabora.
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"En este momento, yo no descartaría nada", explicó en su rueda de prensa diaria el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. Si el Congreso continúa rechazando colaborar para lograr el cierre de esa prisión, Earnest dijo que no descarta que Obama decida usar "todas las herramientas" que le otorga su autoridad ejecutiva para conseguir su objetivo.
El Gobierno estadounidense está ultimando un plan para entregar al Congreso en el que detalla los pasos necesarios para liberar y transferir a terceros países y a territorio estadounidense a los poco más de cien reclusos que permanecen en el penal. El portavoz de la Casa Blanca rehusó hoy precisar cuándo se dará a conocer ese plan, en medio de especulaciones de que su divulgación es inminente.
El cierre de Guantánamo es una promesa pendiente de Obama que se remonta a su primera campaña electoral, en 2008, pero desde el principio se ha topado con la oposición del Congreso, especialmente entre los republicanos, que rechazan la transferencia de los presos a cárceles dentro de EE.UU.
Veto a presupuesto
Hace apenas dos semanas, Obama vetó un presupuesto sobre defensa para 2016 aprobado en el Congreso que incluía el bloqueo al cierre de la prisión de Guantánamo.
En agosto pasado, el Pentágono indicó que estaba examinando dos prisiones militares en Estados Unidos, en Kansas y Carolina del Sur, para trasladar a los reos de Guantánamo que no reciban el visto bueno para ser liberados y enviados a terceros países.
La semana pasada, el último preso con residencia en el Reino Unido que estaba detenido en Guantánamo regresó a ese país y también fue liberado un reo mauritano.
Esas transferencias redujeron a 112 el número de detenidos que continúan hoy en Guantánamo, lejos de los 800 que llegó a albergar el penal poco después de su apertura, ordenada por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Estados Unidos y Cuba: crónica del antagonismo
Desde el triunfo de la revolución cubana, Cuba y Estados Unidos libraron una pugna que tuvo su momento más álgido en la crisis de los misiles.
Imagen: picture-alliance/dpa
"El burdel de EE.UU."
Antes de la revolución, Cuba era para muchos estadounidenses sinónimo de casinos, bares y clubes nocturnos. En la foto, una cena en el Club de Yates de La Habana. Cuba era "el burdel de EE.UU.", dice el politólogo Karl E. Meyer. Para la población, la dictadura de Fulgencio Batista representaba, en cambio, sobre todo pobreza, desempleo y estancamiento.
Para derribar al régimen en bancarrota, a Fidel Castro (en el jeep) le bastó una guerrilla de algunos centenares de combatientes. El 1 de enero de 1959, Batista huyó y los rebeldes tomaron La Habana. Estados Unidos impuso sanciones contra Cuba, que se fueron endureciendo en los años siguientes. Los dirigentes cubanos se volcaron entonces hacia la Unión Soviética.
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Bahía Cochinos
Un grupo de cubanos en el exilio intentó derrocar a Fidel Castro en 1961, con ayuda de la CIA. La operación fue un fiasco. El ejército revolucionario desbarató la invasión en Bahía Cochinos en el curso de tres días y tomó más de 1.000 prisioneros.
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Al borde del desastre
Gracias a la confrontación cubano-estadounidense, la Unión Soviética dispuso de pronto de una suerte de base a solo 90 millas de Estados Unidos. El Kremlin quiso estacionar allí misiles, con lo que se desató una crisis que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear en 1962. Con un bloqueo naval, Washington se impuso y forzó la retirada de los misiles.
Imagen: picture-alliance/dpa
Salud y educación
La Unión Soviética estaba dispuesta a pagar generosamente por su aliado. Durante décadas subvencionó a la isla, entre otras cosas con petróleo, que Cuba reexportaba para conseguir divisas. Cuba consiguió así erigir un sistema de salud y educación ejemplar.
Imagen: picture-alliance/dpa
El éxodo de los marielitos
En 1980, Fidel Castro dejó salir de la isla a quienes quisieran partir hacia Estados Unidos, desde el puerto de Mariel. Cerca de 125.000 cubanos llegaron a Florida. Entre ellos se contaban algunas personas que las autoridades habían dejado salir de cárceles e instituciones psiquiátricas.
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Economía dependiente
El embargo estadounidense constriñó durante décadas la economía cubana. Además, no se llevó a cabo una diversificación. Después de la revolución, la caña de azúcar siguió siendo el principal producto de exportación de la isla. Cuba dependía en extremo de la ayuda de la Unión Soviética, lo que quedó de manifiesto palmariamente en 1990.
Imagen: AFP/Getty Images/N. Barroso
"Período especial"
Con el colapso de la Unión Soviética se desmoronó también la economía cubana. Cuando cesó la ayuda del Este, la escasez comenzó a imperar en la isla. Fidel Castro proclamó en 1990 el "Período especial". Debido a la falta de gasolina y de repuestos para los automóviles, volvieron a verse algunas carretas de bueyes. Desde fines de la década del 90, Venezuela suministra petróleo barato a Cuba.
Imagen: AFP/Getty Images/A. Roque
Política de sanciones
Desde 1993, la Asamblea General de la ONU exhorta cada año a Estados Unidos a poner fin al embargo contra Cuba. Washington endurece o suaviza sus términos de tanto en tanto. En 2004, el presidente estadounidense George W. Bush (a quien la foto muestra en un afiche en La Habana) endureció una vez más las sanciones.
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¿Nuevo capítulo?
Estados Unidos y Cuba se disponen a iniciar ahora un nuevo capítulo. Se prevé abrir de nuevo una embajada estadounidense en La Habana y algunas restricciones a los viajes y al comercio han de suavizarse. El presidente de Cuba, Raúl Castro (en la TV) hizo el anuncio al mismo tiempo que el presidente estadounidense, Barack Obama.