No China, sino Chevron podría ser el salvavidas de Venezuela
12 de diciembre de 2025
¿Están contados los días del hombre fuerte de Venezuela, Nicolás Maduro? Tras la incautación de un petrolero por parte de soldados estadounidenses frente a las costas del país caribeño, el clima político se vuelve cada vez más tenso. Y no solo Estados Unidos tiene la mirada puesta en Venezuela, que posee las mayores reservas de petróleo del mundo: China también juega sus cartas.
"Quienquiera que llegue al poder en Caracas, estoy seguro de que la primera llamada será a Trump y la segunda a Xi Jinping", afirma Parsifal D'Sola Alvarado, experto en relaciones chino-latinoamericanas.
Alvarado es director de la Fundación Andrés Bello, un centro de investigación chino latinoamericano con sedes en Bogotá y Madrid. Formó parte del equipo del dirigente opositor venezolano Juan Guaidó y estuvo a cargo de las relaciones con Pekín.
"China no quiere problemas con Estados Unidos"
En diálogo con DW, Alvarado duda de que Pekín vaya a defender a Venezuela ante una eventual intervención estadounidense. "No habrá más que apoyo diplomático y político", sostiene.
"Me parece muy poco probable que China respalde activamente a Maduro, venda armas o realice nuevas grandes inversiones. China no quiere más conflictos con Estados Unidos".
Actualmente, China es el mayor comprador del petróleo venezolano. Según un análisis de la agencia estadounidense de energía (EIA), en 2023 cerca de dos tercios de las exportaciones de crudo de Venezuela fueron a China. Un 23 por ciento tuvo como destino Estados Unidos.
Las sanciones de EE. UU. golpean a la industria petrolera
Antes de que la administración Trump impusiera sanciones contra la petrolera estatal PDVSA en 2019 y bloqueara el acceso de Venezuela al mercado financiero estadounidense en 2017, Estados Unidos era el principal comprador de su petróleo. Después, tanto la producción como las exportaciones se desplomaron.
Según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en 2021 las exportaciones de crudo cayeron a casi 500.000 barriles diarios. Sin embargo, la tendencia a la baja había comenzado mucho antes. Tras alcanzar un máximo cercano a los dos millones de barriles en 2015 (ver gráfico), la producción fue disminuyendo de forma sostenida. La mala gestión, la corrupción y la falta de inversiones en el sector petrolero provocaron durante años un deterioro continuo de la industria.
¿"Salva" Chevron la economía venezolana?
Recién a partir de 2023 se observa un leve repunte. En 2024, las exportaciones alcanzaron los 655.000 barriles diarios y en noviembre de ese año llegaron a 921.000. Paradójicamente, no fue China sino Estados Unidos quien facilitó esta recuperación. Tras la invasión rusa a Ucrania en 2022, Washington flexibilizó en varias ocasiones las sanciones contra Venezuela.
En noviembre de 2022, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE. UU. otorgó a la petrolera estadounidense Chevron licencias especiales para reanudar las exportaciones de crudo desde sus empresas mixtas en Venezuela. En octubre de 2025, Chevron recibió además una nueva autorización para producir petróleo en el país.
"Los aumentos de la producción petrolera en Venezuela se deben a Chevron", explica a DW Francisco J. Monaldi, experto en política energética latinoamericana del Instituto Baker, de la Universidad Rice, en Houston. Las operaciones de Chevron representan hoy casi una cuarta parte de la producción petrolera venezolana.
A diferencia de Chevron, las inversiones chinas se limitan actualmente a iniciativas privadas puntuales. La empresa China Concord Resources Corp habría comenzado a desarrollar dos yacimientos petroleros en Venezuela. Según reportes de agencias, el proyecto prevé inversiones superiores a los 1.000 millones de dólares para producir hasta 60.000 barriles diarios hacia fines de 2026.
No llega más dinero fresco desde Pekín
Los bancos estatales chinos, como el China Development Bank y el Exim Bank, no han otorgado nuevos créditos a Caracas desde 2016, según un informe del Global Development Policy Center.
Sin créditos, sin inversiones estatales, con relaciones diplomáticas de menor nivel y contactos con la oposición, para Parsifal D'Sola Alvarado estos son indicios claros de que Pekín no apoya a Maduro de manera incondicional. Ya en 2011, China habría criticado el uso poco transparente de sus créditos, cuando de pronto desaparecieron ocho mil millones de dólares. "Las autoridades chinas quedaron muy decepcionadas por el nivel de corrupción y despilfarro", señala Alvarado.
Las sanciones como "clavo final del ataúd”
Desde su punto de vista, no fueron principalmente las sanciones estadounidenses las que llevaron a China a replegarse de Venezuela. "Las sanciones fueron solo otro clavo en el ataúd".
Por eso, estima que para China cambiaría poco en términos económicos un eventual cambio de régimen en Caracas. "No veo grandes pérdidas económicas", destaca Alvarado. Lo que sí se modificaría sería la influencia geopolítica. "Tras un cambio de régimen, Pekín ya no tendría acceso a la cúpula del poder venezolano ni a sus redes".
(md/ms)