En diciembre en Alemania, nadie puede escaparse de la Navidad. La decoración y los mercados navideños están por todas partes. Además, en la televisión no se habla de otra cosa. Sin embargo, sólo el setenta por ciento de los alemanes profesan la fe cristiana. En medio de mecados de Navidad y de misas cristianas cada vez se encuentran más personas que no se identifican en absoluto con la tradicional fiesta.

Los musulmanes y la Navidad cristiana

El 30 por ciento de los alemanes profesan religiones en las que no se celebra la Navidad. Sin embargo, no les queda más remedio que aguantar el ajetreo de esta fiesta. El mayor grupo de emigrantes "no cristianos" en Alemania lo conforman los musulmanes.

"Nosotros tenemos nuestro Ramadán y ahí recibimos nuestro regalo", afirma contundente Nourafza, una joven musulmana con nacionalidad alemana.

Para Loay Mudhoon, experto en Islam de la Deutsche Welle, fue chocante llegar a Alemania y vivir la Navidad por primera vez, hace 17 años. "No me gusta la obligación 'no oficial' de tener que regalar algo a todo el mundo en Navidad. Me desconcierta saber por qué hay que hacer eso. Me parece un poco tonto estar en ese lugar y no tener ni idea de qué regalar. ¿Cómo adivinar qué quieren los demás que les regales?", se pregunta.

Una fiesta agradable

Ocurre también el caso de musulmanes que acaban interiorizando la Navidad como parte de su propia cultura. Aún cuando los emigrantes no suelen compartir ese trasfondo, muchos viven la Navidad en Alemania como una fiesta bonita y agradable.

Para el monje budista Thalpawila Kusalagnana, procedente de Sri Lanka, la decoración navideña fue una de las primeras cosas que le impresionó al llegar a Alemania. "Todo el camino desde el aeropuerto hasta mi casa estaba decorado con motivos navideños. Entonces descubrí que los alemanes son mucho más alegres que otros pueblos. A ellos les gusta los adornos, la música y celebrar esta fiesta".

Comercialización y materialismo

Aunque la encuentren bonita, casi todos los "no cristianos" tienen una cosa en común: critican la comercialización y el materialismo de la Navidad alemana. Bahadir, un joven musulman de Bonn ilustra esto con una anécdota de su época escolar: "Teníamos una profesora que nos quería transmitir cómo era la Navidad y nos mandó escribir nuestros deseos en una carta. Todos los alumnos escribieron que deseaban la Playstation 3 y regalos de ese tipo. Solamente un amigo y yo deseamos la paz mundial", recuerda Bahadir.

Aimaan Mazyek, secretario general del Consejo Central de los musulmanes en Alemania, valora como extraña la primera impresión que puede tener un recién llegado a Alemania en fechas navideñas. "Yo creo que la realidad está desfigurada. Me parece delirante que una figura como la de San Nicolás, de la que pocos conocen su origen, esté en carteles publicitarios por todas partes", comenta.

"A mi me sorprende siempre esta institucionalización de la creencia religiosa y este alejamiento de la verdadera intención, del verdadero sentido de la fiesta, de ese calor humano“, comenta Muddhon.

Así a Mudhoo y, en especial, al budista Kusalagnana les preocupa que, con toda esta abundancia navideña, los alemanes se olviden de los pobres. "En el día de Navidad gente de muchos países pobres no tendrá bocado que llevarse a la boca. Por el contrario, en Alemania la gente comerá mucho más de lo que necesita".

Por todo ello, en general, los no-cristianos no se molestan con la fiesta navideña de los alemanes pero tampoco quieren tener nada que ver con ella. El joven Bahadir contesta así a la pregunta de cómo celebrará él la nochebuena: "Veré televisión. Siempre emiten buenas películas en Navidad. Si, ¡soy sincero!", dice riéndose.

Autor: Karsten Kurze / Ana Sánchez Granado
Editor: José Ospina Valencia