En su informe, la CIDH expresa preocupación por las mujeres del país cuya situación bajo el Gobierno de Nayib Bukele -según las denuncias- parece no haber mejorado.
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En el informe difundido el 3 de noviembre de 2021, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reconoce que muchos de los problemas "que afectan al país son estructurales y varios de ellos se encuentran pendientes desde el conflicto armado". Y es que la violencia ha marcado la historia de El Salvador, pero la Administración Bukele asegura que el éxito de su Plan Control Territorial ha logrado la disminución en los registros de homicidios que -hasta hace poco- mantenían al país centroamericano en la lista de las naciones más peligrosas del mundo.
No obstante, la CIDH en su informe es tajante: "Respecto del derecho a la vida, la Comisión observa con preocupación que El Salvador continúa siendo el país con mayor número de asesinatos de mujeres en la región". Según la entidad, "las muertes violentas de mujeres muestran signos de especial odio y ensañamiento como en los casos de asfixias, ahorcamientos y agresiones con machete. Igualmente, la Comisión ha sido informada de casos de violencia contra las mujeres perpetrada por agentes de Policía Nacional Civil (PNC)".
La comisionada vicepresidenta de la CIDH, Julissa Mantilla Falcon, no aclara si esto significa que la situación en El Salvador sería peor que la de otros países conocidos por tener un alto índice de feminicidios, como México. La funcionaria prefiere "resaltar que los feminicidios son la expresión más extrema e irreversible de la violencia y discriminación contra las mujeres. Este es un tema grave que requiere, más que una comparación entre países, un abordaje coordinado de las instituciones y desde un enfoque local, nacional y regional".
"Creemos que, respecto a otros países de Latinoamérica, es difícil medir porque hay pocos registros confiables que nos permitan tener parámetros de comparación regional, pero es claro que hay una violación sistemática que no ha mermado", afirma por su parte a DW Silvia Juárez, coordinadora de programa Derecho a una vida libre de violencia de ORMUSA (Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz).
"Casi 4 desapariciones diarias"
"La situación de las mujeres no ha variado significativamente en El Salvador", continúa Juárez. "Hay, por el contrario, en estos últimos dos años un debilitamiento de los subsistemas de protección con lo cual se pone en mayor riesgo la vida de las mujeres. Reconocemos que hay una disminución significativa de muertes violentas, pero no han cesado las desapariciones en condiciones verdaderamente preocupantes", agrega la representante de ORMUSA.
Mantilla Falcon declara a DW que en el documento Situación de derechos humanos en El Salvador de la CIDH, “la información recopilada indica que en 2018 se registraron 3.289 denuncias de personas desaparecidas; 3.030 en 2019; y, hasta octubre de 2020, se conoce un total de 1.630 denuncias de personas desaparecidas”.
Por su parte, Zaira Navas, jefa jurídica de Estado de derecho y seguridad de la ONG CRISTOSAL, dijo a DW que en 2021 "la Fiscalía reportó, en una audiencia que se tuvo el 21 de octubre con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que había 1.192 personas desaparecidas". Según cifras recopiladas por CRISTOSAL, "en El Salvador desaparecen aproximadamente 4,06 personas diarias".
"La práctica de la desaparición de personas ha variado en El Salvador. Los grupos criminales, entre ellos las pandillas, el narcotráfico y el crimen organizado en general, en los años 2000 comenzaron a mostrar su poderío dejando los cuerpos abandonados, mutilados, y expuestos -en el caso de las mujeres- con muestras de violencia machista. Sin embargo, en los últimos años, desde 2002 hasta 2017, se ha encontrado 238 fosas. Es decir que las pandillas y el crimen organizado modificaron la modalidad de mostrar ese poderío exponiendo los cuerpos y empezaron a ocultarlos en fosas clandestinas. Esto ocurrió con mayor énfasis durante la tregua que se produjo en 2012-2013 y está ocurriendo ahora", argumenta Navas.
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Las defensoras también son víctimas
Mantilla Falcon asevera que "la situación de riesgo en la que se encuentran las mujeres defensoras de derechos humanos y las diversas formas de violencia que enfrentan es uno de los temas abordados en el informe" y dice que en El Salvador las "defensoras y periodistas se enfrentan continuamente a personas o colectivos que, además de reprobar su participación en la vida pública y su liderazgo en la defensa de los derechos humanos, hacen uso de estereotipos machistas para deslegitimar su trabajo".
"Como muchas mujeres defensoras de derechos humanos y mujeres periodistas, he recibido acoso a través de Twitter, que tiene la misma característica de otros casos: un funcionario escribe un comentario en el que se trata de desprestigiar la capacidad y credibilidad de una defensora o periodista y luego es seguido por decenas de mensajes ofensivos de otras cuentas, algunas de las cuales ni siquiera puede asegurarse que corresponden a personas reales", dice a DW la especialista en derechos humanos Celia Medrano.
"El Estado está fallando en su deber de investigar con la debida diligencia agresiones contra mujeres periodistas y, al no hacerlo, es responsable de que estas agresiones puedan escalar a niveles de agresión física y contra la vida", afirma Medrano y añade que "más grave aún, en comparación a gestiones gubernamentales anteriores, es el hecho de que ahora los mensajes de odio e incitación a la población para que vea al periodismo como enemigo provienen desde el mismo Estado".
"También es cierto que hay una descalificación de las organizaciones", dice por su parte Juárez, quien admite que, como ORMUSA, no se han visto expuestas a tales ataques. Pero no descartan la posibilidad de enfrentarlos porque "hemos cuestionado la situación que han vivido las mujeres desde siempre, desde que existimos, porque no ha habido tiempos de paz para las mujeres".
DW solicitó una entrevista a través del secretario de prensa de la Presidencia para conocer la postura del Gobierno de El Salvador, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
Mujeres que lideran la lucha por una América Latina más justa
Desafiando la discriminación en un continente marcado por el machismo, sacan la voz, defienden sus derechos, sus comunidades y el medio ambiente. Estas son las historias de mujeres que luchan por una región más justa.
Imagen: Claudio Reyes/AFP/Getty Images
Berta Zúñiga Cáceres: su misión continúa
El asesinato de Berta Cáceres, la líder ambientalista del pueblo indígena lenca, en 2016, no logró detener su lucha. Como coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), su hija mayor, Berta Zúñiga, continúa la tarea. Ni las amenazas ni un atentado en su contra detienen su trabajo por los derechos de su comunidad, y su búsqueda de verdad y justicia.
Imagen: DW/M. Banchón
María Margarita Lool: por un manejo sostenible de los bosques
La emprendedora Maria Margarita Lool Sutuj, de la comunidad Sacala Las Lomas en Guatemala, es presidenta de la asociación Tikonel. Con apoyo de We Effect reúne a productores de micro, pequeñas y medianas empresas del sector forestal, y promueve un modelo de manejo sostenible para la gestión y conservación de los bosques. Cuenta con más de 8400 participantes de 152 comunidades del país.
Imagen: We Effect
Rosalina Tuyuc: Mujeres, arte y memoria
La activista por los derechos humanos Rosalina Tuyuc Velásquez (segunda de izquierda a derecha), fue diputada en Guatemala y cofundó CONAVIGUA, una asociación de viudas y madres de personas asesinadas o desaparecidas durante el conflicto armado. Con apoyo de ONU Mujeres, pintaron con su arte un espacio conmemorativo, en este bosque donde se encontraron fosas con decenas de cuerpos.
Imagen: Ryan Brown/UN Women
Vanessa Racua: defensora de su territorio en la Amazonía
Esta joven del pueblo Ese Eja, en la Amazonía peruana, es dirigente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes y está a cargo de la Secretaría de la Mujer de la comunidad nativa Infierno. Pese a que ella y los demás miembros cuentan con títulos de propiedad, ha debido defender sus territorios de intentos de ocupación. Es una de las caras de la campaña Mujeres y Amazonía de Oxfam.
Imagen: IPDRS – OXFAM
Yoana Galindo: reforestación y agricultura
Con solo 22 años, Yoana es vicepresidenta de la Asociación de Jóvenes Reforestadores en Acción (Ajora), en su Comunidad Nazareth, del departamento del Beni, en la Amazonía boliviana. Como apicultora y agricultora del cacao, promueve la reforestación de zonas afectadas por incendios e inundaciones, como una forma de combatir el impacto de las actividades extractivas y el cambio climático.
Imagen: IPDRS – OXFAM
Tarcila Rivera: Contra las violencias
La abogada peruana es la coordinadora del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA), una red integrada por más de 30 organizaciones indígenas de 23 países. Desde esta plataforma lucha contra diferentes formas de violencia: doméstica, sexual, racismo, discriminaciones o expulsiones de los territorios. Fue miembro del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU.
Imagen: UN Photo/Mark Garten
Claudia López: más mujeres en política
La primera alcaldesa de Bogotá ya se perfila como opción a la presidencia en Colombia. Tras los gobiernos de Michelle Bachelet en Chile, Cristina Fernández en Argentina o Laura Chinchilla en Costa Rica, actualmente no hay ninguna mujer en el sillón presidencial en América Latina. Aunque lentamente las mujeres van ganando espacios en la política, hay mucho camino que recorrer.
Imagen: AFP/J. Barreto
Centro Originarias: emprendedoras del altiplano
En la ciudad de Iquique, en el norte de Chile, el Centro Originarias es un espacio impulsado por el programa para el empoderamiento de mujeres indígenas, de ONU Mujeres. Aquí reciben capacitación en liderazgo y negocios para desarrollar sus emprendimientos y se organizan para la venta de tejidos, alimentos y artesanías.
Imagen: UN Women
Evelina Cabrera: líder deportiva y social
Exfutbolista y actual entrenadora argentina, Evelina Cabrera es un ejemplo de superación y liderazgo. Llegó a vivir en la calle antes de encontrar su camino en el deporte y conquistar espacios para ella y otras mujeres. Fundó y preside la Asociación Femenina de Fútbol Argentino (AFFAR), ha sido premiada, invitada a hablar en la ONU y sus charlas motivacionales inspiran a miles de personas.
Imagen: Pancho Monti
Las Brujas del Mar y el paro de mujeres
Esta “colectiva” de Veracruz, México, uno de los países más golpeados por la violencia de género, se ha convertido en una de las principales organizaciones feministas de América Latina. El paro nacional de mujeres al que convocó el pasado 9 de marzo tuvo una amplia acogida. Su vocera, la abogada Arussi Unda, es una de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista TIME.
Imagen: Getty Images/AFP/I. Guzman
Nemonte Nenquimo: Nobel de la naturaleza
También reconocida por TIME, esta lideresa de la etnia waorani en Ecuador recibió en 2020 el premio Goldman, conocido como el Nobel de la naturaleza, junto con otros defensores ambientales. Gracias a su campaña y una acción legal, consiguió una sentencia judicial que protege más de 200 mil hectáreas de bosque amazónico del extractivismo petrolero, sentando un importante precedente.
Imagen: Rodrigo Buendia/AFP
Natalia Ponce de León: su lucha contra los ataques con ácido
En 2014 estuvo al borde la muerte tras ser atacada con un litro de ácido sulfúrico por un hombre obsesionado con ella. Fue sometida a más de 20 operaciones y renació con más fuerza para luchar contra los ataques con químicos en Colombia, uno de los países con mayores casos del mundo. Creó una fundación para apoyar a las víctimas y consiguió la promulgación de una ley que endurece las penas.
Imagen: privat
Susana Raffalli: contra el hambre en Venezuela
Desde su especialidad, la nutrición y la seguridad alimentaria, esta venezolana ha denunciado la emergencia humanitaria que vive su país, en medio de la crisis económica y el desabastecimiento. Ha sido distinguida por su lucha contra el hambre y su trabajo en programas de cooperación para ayudar a los más necesitados. Recibió el Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos 2018.
Imagen: Reuters/C. G. Rawlins
Amaya Coppens: líder estudiantil por la democracia en Nicaragua
La estudiante de medicina ha estado en dos ocasiones presa por su activismo en contra del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. La primera vez, acusada de terrorismo, estuvo encarcelada nueve meses y protagonizó una huelga de hambre. Es miembro de movimientos sociales y universitarios por la democracia y la justicia y en 2020 recibió el premio Mujeres de Coraje, del gobierno de Estados Unidos.
Imagen: Sergio Midence
Ni una menos: No más feminicidios
El movimiento de protesta que acuñó el “Ni una menos” nació en Argentina a raíz de la alarmante y creciente cifra de feminicidios. Pronto se extendió por toda América Latina, donde, según el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL, en 2019 fueron asesinadas 4.640 mujeres. Unidas bajo esta consigna, las mujeres de la región han salido a exigir el fin de la violencia machista.
Imagen: picture-alliance/Zuma/C. Santisteban
Las Tesis: un himno para las mujeres de todo el mundo
La performance “Un violador en tu camino”, del colectivo chileno Las Tesis, formado por Paula Cometa, Daffne Valdés, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, se volvió viral al interpretar a mujeres de todo el mundo. En diversas ciudades salieron a la calle a corear “la culpa no era mía, ni donde estaba, ni como vestía. El violador eres tú”, un himno contra la violencia y la impunidad.