40.000 visitantes se esperan para la 96 Jornada Alemana de los Católicos que este año tiene lugar en la plácida Sarrebruck y centra el núcleo de discusión en "la justicia ante los ojos de Dios".

Más que un encuentro jovial como lo fueron las Jornadas Mundiales de la Juventud, esta cita de cinco días se entiende como jornadas de reflexión y debate, a nivel nacional. Tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el presidente alemán, Horst Köhler, toman parte de este evento. Si bien ausente, el papa Benedicto XVI exhortó a la comunidad católica a aportar a una configuración más justa del mundo.

La pobreza es un tema

Por su parte, el obispo de Tréveris y anfitrión de esta jornada de reflexión cristiana, Reinhard Marx, hizo un llamado a la Iglesia Católica como institución a mayor compromiso social. De esta jornada deberían salir nuevos impulsos para el movimiento social al interior del catolicismo. Temas como la dignidad humana y la erradicación de la pobreza y la injusticia deberían ser el centro de la fe. Criticable es, en su opinión, la nueva tendencia a basar la existencia y la sociedad solamente en la economía de mercado.

No hay cristianismo sin justicia

Puntualizando que no se trata de una acción política en el marco de un partido, el obispo Marx hizo hincapié en que no puede haber una creencia que se base en Jesucristo que no pase por cuestionar el tema de la justicia y la dignidad humana en la política, la sociedad, la economía, los sindicatos. Si bien la Iglesia y sus sacerdotes no son actores políticos, muchos cristianos y católicos sí que lo son, y en su quehacer deben tener esto último en cuenta.

Capitalismo sin sociedad no tiene futuro

Más que decir que esta jornada católica es un mercado de crítica al capitalismo, Reihnard Marx afirma que lo que pretende es enfocar nuevamente la original doctrina social del cristianismo. Aunque deja muy claro que el cristianismo tampoco está a favor del comunismo o cualquier forma de colectivismo estatal, arremete contra un capitalismo que tiene como único fin el rédito del capital opinando que es inaceptable y no tiene futuro si no tiene en cuenta la sociedad.