En 1945 los campos de concentración nazis fueron liberados. Pero pronto llegaron nuevos prisioneros. Además de criminales de guerra, también llegaron muchos inocentes, a los que se recuerda este domingo en Sachsenhausen.
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Karl-Wilhelm Wichmann era estudiante de 18 años que quería ser profesor cuando, en una conferencia sobre el futuro del pueblo alemán, tras la perdida Segunda Guerra Mundial, dijo cosas que iban a ser su perdición. Como pronunciarse en contra de la reforma agraria basada en el modelo soviético. Alguien debió denunciarlo y fue acusado por un tribunal militar por propaganda antisoviética. La sentencia: diez años de prisión.
Wichmann terminó en el campamento especial de Torgau (Sajonia). "No podíamos salir, estábamos de tres en tres en las celdas, apenas nos daban de comer y había que matar el tiempo", explica el ahora anciano de 92 años en entrevista con DW.
Torgau fue uno de los diez "campos especiales" operados por la Unión Soviética en Alemania Oriental entre 1945 y 1950. Las potencias occidentales vencedoras de la Segunda Guerra Mundial también mantuvieron campos de internamiento para nazis de alto rango y criminales de guerra. Debían rendir cuentas por sus actos infames. En eso estaban de acuerdo Estados Unidos y Gran Bretaña con la Unión Soviética.
Stalin quería afianzar su dictadura en suelo alemán
Pero el brutal gobernante de Moscú, Josef Stalin, y sus servicios secretos tenían otra cosa en mente desde el principio: querían cortar de raíz cualquier protesta y resistencia contra el establecimiento de una dictadura comunista en el suelo de la posterior República Democrática de Alemania. Por eso miles de inocentes terminaron en los "campos especiales" soviéticos.
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Wichmann tuvo incluso suerte. Porque alrededor de un tercio de los 176.000 prisioneros, según las últimas estimaciones, no sobrevivieron. "Murieron de hambre o de enfermedades como la tuberculosis o la disentería", dice Anna Kaminsky a DW. La directora de la fundación que trabaja para la superación de la dictadura en la Alemania comunista realizó una investigación sobre los campos especiales a principios de la revolución pacífica en la RDA en 1989/90.
Lo que Wichmann tuvo que sufrir ilustra los hallazgos de Kaminsky y otros especialistas. Hasta 1950 fue víctima de los soviéticos y fue encarcelado en los campos especiales de Torgau y Sachsenhausen. Luego regresó a Torgau, ya como prisionero de la recién fundada RDA, para cuya propaganda todos los presos eran nazis. Aunque al menos una quinta parte no lo eran en absoluto. Cualquiera que expresara la más mínima duda de esto o informara sobre las condiciones en los campos era acusado de "incitación" y "calumnia".
Tras su liberación en 1954, no se le permitió hablar de todo esto, al menos públicamente: "Me dijeron seriamente que no lo hiciera", explica Wichmann. Contó su historia a algunas personas de confianza, como su esposa. No hay fotografías de lo que pasaba en esos campos de internamiento. Sin embargo, algunos prisioneros documentaron en secreto lo que pasó allí con sus dibujos y bocetos.
Entre ellos, los dibujos usados para este artículo. Son de Detlev Putzar y Wilhelm Sprick. Cuando eran adolescentes, en 1945, fueron condenados a largas penas de prisión bajo cargos poco convincentes, y pasaron por varios campos especiales. Entre ellos, el de Sachsenhausen, al norte de Berlín, originalmente construido por los nazis.
Equiparación inadmisible
Tras la caída de la RDA, se descubrieron allí fosas comunes con 7.000 cadáveres. Sin embargo, los cuerpos no procedían del campo de concentración, sino del campo especial establecido poco después en el mismo lugar. Debido a estos hallazgos, pero sobre todo por la alta tasa de mortalidad de la que fueron responsables los soviéticos, algunos no ven ninguna diferencia con los campos de concentración nazis. La directora de la Fundación, Anna Kaminsky, no es la única que encuentra inadmisible la comparación.
Especialmente en un lugar como Sachsenhausen, con un doble pasado, es especialmente importante "presentar las diferentes fases del campo, sus contextos históricos y las intenciones de los perpetradores de manera diferenciada y científicamente sólida", dice Axel Drecoll, director de la Fundación de Monumentos de Brandenburgo, a Deutsche Welle.
"Una seria diferencia era, por ejemplo, el asesinato masivo selectivo, que era una característica específica del terror en los campos de concentración nazis". Pero también está claro que miles de personas murieron de hambre y enfermedad en el campo especial soviético. Drecoll destaca el hecho de que Sachsenhausen conmemore a ambos grupos de víctimas en lugares separados y específicos.
Wichmann no tiene odio
El domingo se conmemoran los 75 años del "campo especial soviético". El antiguo recluso Karl-Wilhelm Wichmann también quiere acudir. El Fiscal General de Rusia le confirmó a principio de los años noventa que fue condenado erróneamente. En ese momento fue oficialmente rehabilitado, tras desclasificarse los archivos de la época soviética.
"No les guardo rencor", dice Wichmann hoy, a pesar de todo. Se consideraba a sí mismo como alguien "que ha expiado los crímenes de la era nazi". Fue herido cuando tenía 16 años, como cooperante de la Luftwaffe. "He vivido los horrores de la guerra… y un tiempo terrible después, también", recuerda. "Me gustaría que nada de esto le ocurriera a nuestros nietos y bisnietos", concluye.
El campo de concentración de Dachau fue liberado por las tropas estadounidenses el 29 de abril de 1945. Los monumentos en toda Alemania aseguran que las millones de víctimas no sean olvidadas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Schreiber
Dachau
El régimen nazi abrió el primer campo de concentración en Dauchau, cerca de Múnich. Apenas unas semanas después que Adolf Hitler llegara al poder, los miembros de las SS ("Schutzstaffel") lo usaron para encarcelar, torturar y matar a los opositores políticos del régimen. Dachau también sirvió como prototipo y modelo para los otros campos nazis que siguieron.
Imagen: picture-alliance/dpa
Casa de Wannsee
La villa en el lago Wannsee de Berlín fue fundamental en la planificación del Holocausto. Quince miembros del Gobierno nazi y las SS se reunieron allí el 20 de enero de 1942 para planificar lo que se conoció como la "Solución Final", la deportación y exterminio de todos los judíos en el territorio ocupado por Alemania. En 1992, la casa se convirtió en un monumento y museo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Lugar de reunión del partido nazi
Nuremberg fue sede de las mayores manifestaciones de propaganda del partido nazi desde 1933 hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El congreso anual del partido nazi, así como los mítines con hasta 200 mil participantes, tuvieron lugar en esta área. Hoy, el edificio inacabado del Palacio de Congresos sirve como centro de documentación y museo.
Imagen: picture-alliance/Daniel Karmann
Bergen-Belsen
El campo de concentración de Bergen-Belsen en Baja Sajonia se estableció inicialmente como un campo de prisioneros de guerra antes de convertirse en un campo de concentración. Los presos demasiado enfermos para trabajar fueron llevados ahí desde otros campos de concentración, por lo que muchos también murieron de diversas enfermedades. Una de las 50.000 personas que murieron aquí fue Anne Frank.
Imagen: picture alliance/Klaus Nowottnick
Monumento Buchenwald
Buchenwald, cerca de la ciudad de Weimar en Turingia, fue uno de los campos de concentración más grandes de Alemania. Desde 1937 hasta abril de 1945, los nacionalsocialistas deportaron a unas 270 mil personas de toda Europa y asesinaron a 64.000.
Imagen: Getty Images/J. Schlueter
Monumento a la resistencia alemana
El edificio Bendlerblock, en Berlín, era la sede de un grupo de resistencia militar. El 20 de julio de 1944, un grupo de oficiales de la Wehrmacht alrededor del Coronel Claus von Stauffenberg llevaron a cabo un fallido intento de asesinato contra Hitler. Los líderes de la conspiración fueron fusilados la misma noche en Bendlerblock, que hoy es el Centro Conmemorativo de la Resistencia alemana.
Imagen: picture-alliance/dpa
Centro de eutanasia de Hadamar
Desde 1941, personas con discapacidades físicas y mentales fueron asesinadas en un hospital psiquiátrico en Hadamar, Hesse. Declarados "indeseables" por los nazis, aproximadamente 15 mil personas fueron asesinadas por asfixia con monóxido de carbono o inyectadas con drogas letales. En Alemania, 70 mil personas fueron asesinadas por el programa de eutanasia nazi. Hoy Hadamar es un memorial.
Imagen: picture-alliance/dpa
Memorial del Holocausto
Ubicado junto a la Puerta de Brandeburgo, el Memorial de Berlín a los judíos asesinados de Europa se inauguró sesenta años después del final de la Segunda Guerra Mundial, el 10 de mayo de 2005. El arquitecto Peter Eisenman creó un campo con 2.711 losas de concreto. Un lugar de información subterráneo adjunto contiene los nombres de todas las víctimas conocidas del Holocausto judío.
Imagen: picture-alliance/dpa
Monumento a los homosexuales perseguidos
No muy lejos del monumento a los judíos asesinados de Europa, otro monumento de concreto honra a los miles de homosexuales perseguidos por los nazis entre 1933 y 1945. El monumento de cuatro metros de altura, que tiene una ventana que muestra alternativamente una película de dos hombres o dos mujeres besándose, se inauguró en el Tiergarten de Berlín el 27 de mayo de 2008.
Imagen: picture alliance/Markus C. Hurek
Monumento a los sinti y roma
Frente al edificio del parlamento del Reichstag en Berlín, un parque inaugurado en 2012 sirve como monumento a los 500 mil sinti y romaníes asesinados por el régimen nazi. Alrededor de un estanque conmemorativo, el poema "Auschwitz" del poeta romaní Santino Spinelli está escrito en inglés, alemán y romaní.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Stolpersteine": bloques en el piso para no olvidar
En la década de 1990, el artista Gunther Demnig comenzó un proyecto para enfrentar el pasado nazi de Alemania. Cubos de concreto cubiertos de bronce colocados frente a las antiguas casas de víctimas nazis, brindan detalles sobre las personas, su fecha de deportación y muerte. Más de 45 mil "Stolpersteine" se instalaron en 18 países de Europa.
Imagen: picture-alliance/dpa
Casa Brown en Múnich
Justo al lado del "Führerbau" donde Adolf Hitler tenía su oficina, estaba la sede del Partido Nazi en Alemania, en la "Casa Brown", en Múnich. Un cubo blanco ahora ocupa su lugar, al interior se encuentra el "Centro de Documentación para la Historia del Nacionalsocialismo" que abrió sus puertas el 30 de abril de 2015, 70 años después de la liberación del régimen nazi.