Los fabricantes de automóviles quieren promover la renovación de los vehículos que ellos mismos venden. Lo hacen por estrategia de mercadeo, pero también para limpiar su imagen venida a menos.

Los fabricantes están ofreciendo varias posibilidades: Volkswagen, por ejemplo, paga la prima solo por el cambio de vehículos diesel Euro 4 o más antiguo, si es desechado o "chatarrizado”.

Daimler y BMW, por otra parte, aceptan coches Euro 4 como pago. "La mayoría de los coches de 15 años están, a menudo, aún en buenas condiciones”, dice Jürgen Pieper, analista del Bankhaus Metzler, un banco privado de crédito. "Pero muchos autos, a partir de su décimo año, pierden rápidamente su valor y ya no cumplen los requisitos ambientales.

No todo lo nuevo es mejor que lo viejo

Sin embargo, esto no vale para todos los autos viejos, advierte Jürgen Resch, director de la Asociación de Ayuda Ambiental Alemana (DUH). Algunos vehículos Euro 4 son hasta 30% más limpios que algunos que cumplen la norma Euro 5. Bien mantenidos y equipados con un filtro de partículas, pueden luego mejorarse con un tanque de urea.

Un Euro 4 así acondicionado, reúne las condiciones de un Euro 6, actualmente una de las normas más limpias para autos. Es más, según Resch, "acondicionar este tipo de autos sería más ecológico que desecharlos".  La DUH impulsa mediciones de gases propias y adelanta varias demandas jurídicas contra la industria del automóvil ante el Tribunal Administrativo de Stuttgart.

Algunos expertos empero, critican que no se les exija mucho a las casas automotrices y los compradores resulten pagando por un auto aún más contaminador. "Al final, las emisiones pueden subir, en vez de bajar”, apunta Lars Mönch, director de Técnica automotriz de la Agencia federal de Medio Ambiente.

¿Por qué no comprar un auto eléctrico?

Así también lo ve el ADAC, el mayor club de automovilistas de Europa, que "no recomienda comprar un vehículo diésel Euro 6. "Estos autos superan en 50 veces las emisiones de un automotor de gasolina”, advierte Resch, de DUH.

Vehículos de bajas emisiones, sin embargo, ayudarían a reforzar el balance positivo. La Agencia Federal de Medio Ambiente calcula que la producción de un vehículo es responsable del 15 al 20% de las emisiones de CO2. El resto del dióxido de carbono, es expulsado durante su uso diario.

A fin de cuentas, es mejor pensar en comprar un vehículo eléctrico, por el que se podría llegar a cobrar una prima de hasta 4.000 euros, ofrecida por el gobierno federal como un incentivo para la compra de este tipo de coches más respetuosos del medio ambiente.

Brigitte Scholtes (jov/er)