No todos tienen acceso a internet
9 de diciembre de 2003
Bajo el patrocinio de la ONU se encontrarán junto con delegaciones estatales, entre otros el canciller alemán Gerhard Schröder y el primer ministro francés Raffarin, ONGS y representantes de empresas en Ginebra. Se discutirán las posibilidades de una red mundial más justa. La primera cumbre sobre la “Sociedad de la Información” actuará contra la desigualdad, o por lo menos intentará llamar la atención. Para valorar correctamente este tema tan complejo, se incluirá a una multitud de profesionales autónomos.
Fuera de juego virtual
Los estados industriales disponen de información y comunicación infinitas, que son imprescindibles para el desarrollo de los estados industriales. Sin internet no funciona ningún sector económico. Es decir, el dominio de las tecnologías modernas es un requisito para la competitividad. Lo que en países industrializados se considera normal, es en cambio en países subdesarrollados una excepción. Si las nuevas tecnologías no desempeñan un papel decisivo en la educación, la industria nacional carecerá de personal cualificado, y las generaciones venideras perderán el tren de las naciones industrializadas.
De todas las regiones perjudicadas, África se halla en el último escalafón. Quien quiera en este cotinente beneficiarse de la corriente digital se enfrentará a un sinfín de problemas: los componentes de los ordenadores tienen altos costes en la aduana, además de los considerables gastos de funcionamiento y el escaso desarrollo de la red. Hay un rayo de esperanza en África, Asia y Latinoamérica ya que se está produciendo una vertiginosa expansión de las redes de telefonía móvil.
Obstáculos políticos
De hecho las tecnologías modernas se han vuelto más económicas y más fáciles de manejar, pero es cuestionable si es posible solventar el abismo entre pobres y ricos. La difusión de la corriente internacional de datos no puede controlarse debido a la carencia de un lugar central de conexión. También se podría ver como una ventaja, ya que los regímenes autoritarios no podrían hacer uso de las censuras. Así es el caso de China, que tiene una postura restrictiva con respecto a la expresión, algunos asistentes temen que China se opondrá a la apertura de la red, y abogará por un control más intenso. Para poner orden a este cúmulo de posiciones políticas, el presidente suizo Pascal Couchepin, se reunió el 21 de noviembre del mes pasado con el primer ministro chino, Wen Jiabao.
Hasta hace poco, los participantes de la cumbre mundial no estaban aún de acuerdo sobre el contenido central. Hecho que demuestra la candidad de posibilidades existentes: virus, maluso de las informaciones y seguridad en la red.