Las críticas al proyecto del gasoducto Nord Stream 2 son justificadas, pero las amenazas del embajador estadounidense Grenell no lo llevarán a muy lejos, opina Peter Sturm, columnista invitado.
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La diplomacia es el arte de hablar en formulas cuyo verdadero significado solo le queda claro a los conocedores. Una "conversación abierta" significa en el mundo real simplemente "pelear". Ahora se podría argumentar que tratar de ocultar cosas es básicamente antidemocrático, porque democracia significa que los gobiernos tienen que rendir cuentas al soberano. Por otra parte, puede que a nadie le interese, desde un punto de vista muy práctico, avivar los conflictos al hablar con todo el mundo sobre las diferentes posiciones.
Un nuevo lenguaje
De todos modos, hay que constatar que desde casi exactamente dos años, la diplomacia clásica se ha suspendido en Estados Unidos.
No solo el presidente estadounidense, sino también sus representantes en el extranjero, utilizan a veces un lenguaje al que hay que acostumbrarse. El ejemplo más reciente son las declaraciones del embajador estadounidense en Berlín, Richard Grenell. Amenaza a las empresas alemanas con sanciones por participar en el proyecto del gasoducto Nord Stream 2. A través de ese gasoducto, el gas natural debe fluir directamente desde Rusia a Alemania. Aparte del hecho de que las diferentes opiniones sobre un proyecto de este tipo no deben ser tratadas de esta forma entre aliados, los motivos de Washington también deben ser cuestionados críticamente.
El alegato de que Europa se está volviendo demasiado dependiente de Rusia es correcto. Pero eso no le interesaría mucho a este gobierno estadounidense si no fuera un competidor comercial del país proveedor Rusia. Aquí falta un poco la honestidad cuando uno ya se decide por la vía poco diplomática.
¿En el interés de Europa?
Otra cuestión completamente diferente es la pregunta si Nord Stream 2 es algo que favorece los intereses de Alemania y Europa. El proyecto encaja perfectamente en la estrategia rusa de dominación de los antiguos territorios soviéticos. Además, la determinación en Berlín crea una vez más la fatal impresión de que Alemania y Rusia están haciendo causa común por encima de las cabezas de los pequeños Estados de Europa Oriental. Con sus amenazas, el embajador Grenell no le ayuda a nadie. Más bien promueve reacciones desafiantes entre los socios del proyecto. Un buen diplomático habría expresado su crítica justificada de otra manera.
(gg)
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El plan de cinco ciudades alemanas para mejorar la calidad del aire
¿Cómo se puede purificar el aire en las ciudades alemanas? ¿Es posible sin tener que prohibir los autos diésel? Bonn, Essen, Herrenberg, Mannheim y Reutlingen quieren intentarlo. Estas son sus medidas.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Kusch
Más rápido en bicicleta
Al igual que en Copenahgue, en las ciudades alemanas de Reutlingen y Essen están planeando construir más carriles para bicicletas. El experto Christian Hochfeld, de la Asociación Cambio de Tráfico Agora, explica que "notamos que la gente circula más en bicicleta, pero el espacio público no está bien distribuido. A los aparcamientos de autos se les concede demasiado espacio".
Imagen: picture alliance/ecomedia/Robert B. Fishman
Boletos baratos para viajar
Cuatro de cinco ciudades apuestan por el transporte urbano barato. En Bonn y en Reutlingen habrá abonos anuales, tomando el ejemplo de Viena, por 365 euros. Es decir, 1 euro por día. Mannheim y Herrenberg planean reducir el precio de los boletos individuales y abonos de temporada. El experto Hochfeld cree que "los precios económicos son el camino correcto, pero hay que garantizar la calidad".
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Menos espera en las paradas
Da gusto moverse por la ciudad con los servicios públicos de transportes cuando son puntuales. Bonn quiere, por ello, mejorar el ritmo de salida de muchos buses, de modo que la espera en la parada sea más corta. Hochfeld opina que "cumplir con el ritmo continuo de salida es el requisito previo absoluto para que las personas en los centros de las ciudades decidan usar el transporte público".
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Más paradas
Todos sabemos que si la parada de autobús está demasiado lejos o no está lo suficientemente cerca del destino, es posible que prefiera usar el auto. Por lo tanto, Reutlingen planea una nueva red de autobuses urbanos con diez nuevas líneas de autobuses y cien nuevas paradas.
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Semáforos en verde solo para buses
La intención es que las líneas de buses adicionales en Herrenberg animen a las personas a viajar en autobús. Puede ser positivo adelantar en bus a los autos parados con la ayuda de semáforos en verde solo para buses. "Esto significa que las personas perciben el transporte público como más rápido y más conveniente", comenta Hochfeld.
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Semáforos en verde durante largo rato
Frenar y arrancar no solo es una carga para los nervios de los automovilistas, sino también para el medioambiente. Cuando un automóvil arranca, consume mucho combustible y emite muchos gases. Herrenberg planea un control dinámico de los semáforos para que los automovilistas puedan viajar durante más tiempo con todos los semáforos en verde, la llamada "ola verde" en alemán.
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Bicicletas eléctricas para los repartidores
Mannheim está construyendo un minicentro de recogida, donde se descargan paquetes desde camiones a bicicletas eléctricas. Esta medida contribuiría a que haya menos furgonetas en el centro de la ciudad. "Una buena medida", dice Christian Hochfeld. Sin embargo: "¿Queremos seguir permitiendo que las personas compren online productos muy pequeños que luego se entregan individualmente?".
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Buses híbridos
Ya están funcionando en Colonia y en muchas otras ciudades: autobuses híbridos que se supone que reducen las emisiones contaminantes. Mannheim quiere también adquirir autobuses híbridos Euro 6, de bajas emisiones, para el centro de la ciudad. Especialmente los ciclistas, que a menudo tienen que conducir detrás de los autobuses, estarán encantados con esta idea.