Cada vez se reportan más infecciones por COVID-19 en muchos mataderos. Los políticos quieren contrarrestar esta situación con sanciones drásticas y la prohibición de subcontratas.
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No cesan las noticias horrorosas sobre la industria cárnica. Los mataderos se han convertido en verdaderos criaderos de coronavirus. Varios cientos de empleados se contagiaron en Baviera, Schleswig-Holstein, Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia. Los trabajadores de la industria cárnica, a menudo procedentes de Rumania o Bulgaria, son empleados subcontratados, que a menudo viven en alojamientos colectivos bajo catastróficas condiciones higiénicas.
El ministro alemán de Trabajo, Hubertus Heil (SPD), quiere ahora responder a la situación, imponiendo medidas rápidas. Él habla de "explotación" de los trabajadores y de "dudosas estructuras contractuales".
Heil: no más subcontratas y sanciones más duras
Heil quiere "limpiar" la industria cárnica y acabar con las empresas de "sub, sub, subcontratación". El ministro quiere prohibirlas en la industria cárnica desde principios del próximo año. El problema es que dificultan los controles y, a menudo, evitan que se pague el salario mínimo de 9,35 euros la hora.
En el "Programa de Seguridad y Salud en el Trabajo para la Industria de la Carne" también se prevé que se incrementen los controles y se dupliquen las multas por infracciones del horario laboral de hasta 30.000 euros.
Se trata de un nuevo intento de los políticos para controlar más de cerca una industria que es importante para Alemania: los 25 grupos cárnicos alemanes más grandes facturaron más de 27 mil millones de euros en 2018.
Viento en contra y apoyo
La industria de la carne está totalmente en contra de la decisión del ministro alemán. La prohibición de subcontratas puede producir "daños económicos graves", dijo la directora de la Asociación de la Industria de la Carne, Heike Harstick, a los medios del grupo Funke, porque gran parte de la producción migraría al extranjero.
La Federación Sindical Alemana, por otro lado, la organización que abarca más sindicatos independientes en el país, está en cambio de acuerdo con dicha iniciativa. Esta afirmó a DW que es "exactamente lo correcto”. Los consorcios de carne no puede delegar su responsabilidad a empresas subcontratistas. Se deben realizar "mejores controles” y "las autoridades de protección laboral deben realizar más controles y para ello es necesario más personal”.
"Esclavitud moderna" en matadero alemán
01:23
Rumanía y Alemania quieren trabajar más estrechamente
La Oficina de Estadística de Alemania contabilizó alrededor de 1.500 empresas de carne con alrededor de 130.000 empleados en 2019. Se estima que 40.000 trabajadores provienen de Bulgaria o Rumania. Esta es una de las razones por las cuales el ministro de Trabajo alemán se puso en contacto esta semana con su homóloga rumana, Violeta Alexandru.
Juntos quieren mejorar las condiciones laborales de los trabajadores rumanos en la industria cárnica alemana. En una entrevista a DW, Alexandru dijo que estaba "feliz" de que Alemania quisiera combatir los abusos y que ella también "quería que se ampliaran los controles".
¿Precio mínimo para la carne?
En Alemania comienza la temporada de asados o barbacoa, y los supermercados se llenan de ofertas especiales para los productos cárnicos. A los alemanes les gusta mucho comer carne, alrededor de 60 kilos al año. También porque es muy barata. Demasiado barata, dice Robert Habeck, líder del partido Los Verdes.
En un documento, dicho partido exige poner fin a "la competencia desleal con los precios de la carne" y establecer un "precio mínimo para los productos animales". Así se podría mejorar también la seguridad laboral en ese sector. Pero hay mucha resistencia: algunos no quieren establecer precios mínimos (CDU/CSU) o los demás perciben esa medida como una injusticia social, porque no todos los hogares pueden pagar precios más altos (FDP y La Izquierda).
Y así, la idea de establecer un precio mínimo probablemente no llegará a nada, pero quizás ayude el hecho de aplicar normas más estrictas de seguridad laboral en la industria de la carne, en caso de que algún día entren en vigor.
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¿El fin de la cría intensiva de animales?
El nuevo atlas de la carne promete "recetas para una mejor tenencia de animales". Si repensamos nuestro consumo de carne se benefician animales, consumidores y el medioambiente, afirman los editores.
Imagen: picture-alliance/Presse-Bild-Poss
Cría intensiva de animales a nivel global
El consumo de carne crece rápidamente. Los bosques son talados para crear espacios para plantas forrajeras. La cría intensiva de animales lanza al mercado carne cada vez más barata. Pero el precio a pagar es en realidad muy alto: un gran daño para el medioambiente, así como aguas contaminadas con nitratos. Muchos pequeños agricultores pierden la batalla por los precios y terminan rindiéndose.
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Comer menos carne
Si los alemanes reducen a la mitad su consumo de carne, podrían alimentarse sanamente respetando el medioambiente. Se podría empezar por servir porciones más pequeñas en las cantinas o restaurantes. Para hacer repensar a los consumidores se podría crear una etiqueta de CO2 para la carne o un “impuesto de protección animal”, que promueva la tenencia de animales, acorde con la especie.
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Limitar el uso del abono líquido
En 2017 se esparcieron en Alemania 208 millones de metros cúbicos de estiércol, abono líquido y restos de fermentación. Estos fertilizantes provenían de la explotación intensiva de animales, dentro y fuera del país. En consecuencia la concentración de nitrato en las aguas subterráneas excedió ocho veces el límite marcado por la UE. Así los consumidores pagan más para la producción de agua potable.
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Más campo, menos establo
La regla básica debe ser que un negocio mantenga solamente un número de animales acorde a sus áreas de cultivo. Entonces las excreciones de los animales podrán ser empleadas como fertilizantes en el ciclo agrícola, sin dañar el medioambiente. Además los suelos de las praderas almacenan CO2.
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Etiqueta de buena ganadería
Los consumidores deberían saber de dónde proviene su carne. Los autores del atlas exigen que esté señalado el tipo de tenencia animal, así como detalles sobre el pienso y el espacio disponible para los animales. Pero no será fácil llevarlo a la práctica, ya que faltan tanto los estándares correspondientes en la UE, como una reglamentación acorde por parte de la Organización Mundial del Comercio.
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Reutilizar todo
Entre el 40 y 55 por ciento de un animal sacrificado es considerado “despreciable” y nunca llega al mostrador de una carnicería alemana. Una parte es exportada, causando problemas en los mercados locales. En Alemania son cada vez más los cocineros estrella que redescubren las entrañas, sesos o estómagos con la meta de reutilizar todo el animal, sin producir desechos.
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Tenencia combinada
Plantas fotovoltaicas como pasto de ovejas, huertos frutales para la ceba de gansos o gallinas en una plantación frutal, que coman los parásitos, abonen el prado y encima pongan huevos. La tenencia combinada beneficia a todos: el agricultor obtiene mayores ingresos y los animales disfrutan de una vida acorde a las necesidades de su especie.
Imagen: picture alliance/blickwinkel/R. Linke
El que lo puede todo
Es difícil vender la carne de las vacas lecheras “turbo” o de las gallinas ponedoras industriales y también la descendencia masculina es poco rentable. Sin embargo, hay razas animales que producen tanto carne, como leche o huevos – aunque son más lentas en el proceso de producción. Muchos agricultores ecológicos redescubrieron viejas razas de animales útiles.
Imagen: AP
Muchas reglas, poco control
La tenencia de animales útiles está reglamentada por prescripciones de la UE y por el derecho alemán de protección animal. Los animales deben ser mantenidos acorde a su comportamiento biológico y sin dolores ni sufrimiento. Pero un estudio destapó que más de la mitad de los animales están enfermos. Los protectores de animales exigen mayores penas, más control estatal y un derecho de demanda.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de precios entre minoristas
En Alemania hay cinco cadenas de supermercados que controlan tres cuartas partes de la oferta alimenticia. Los precios son dictados muchas veces por los minoristas, que ofrecen carne barata todas las semanas. Pero, según el atlas de la carne, los líderes en el mercado podrían utilizar su poder para fomentar la protección animal. Por ejemplo, a través de etiquetas controladas independientemente.
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Reorganizar los subsidios de la UE
La UE subvenciona todos los años con unos cinco mil millones de euros sobre todo a los grandes establecimientos – porque el fomento se paga por hectárea. Los autores del atlas de la carne exigen que se redistribuya la ayuda agrícola de la UE entre pequeños y medianos establecimientos y que aquellos que practiquen una tenencia acorde a las especies y al medioambiente también obtengan más dinero.