Nubes sobre la II Cumbre de Integración
4 de julio de 2007Nubarrones se ciernen sobre la segunda Cumbre para la Integración convocada por el Gobierno alemán para el 12 de julio: la Unión Turca Islámica (DITIB) amenaza con no participar. Las medidas restrictivas en la ley de migración, aprobadas a mediados de junio, robarían el sentido a la presencia uno de los representantes de la mayor comunidad extranjera en Alemania.
Leyes restrictivas
En junio, el Gobierno alemán aprobó enmiendas a la Ley de Migración, poniendo supuestamente en la práctica directivas europeas. Así, la integración de los extranjeros que ya viven en el país se fomentará, mientras que se dificulta la entrada de nuevos inmigrantes. Ronchas le ha sacado a la DITIB especialmente las nuevas regulaciones para reunificaciones familiares con carácter permanente: sólo a mayores de 18 años y sólo con conocimientos básicos de alemán se les concedería un permiso de entrada y estadía. Estados Unidos, Japón y Australia están exonerados de esta restricción.
Mayor integración menos migración
Cabe resaltar que para los extranjeros que habitan en el país sin permiso de estadía y en el limbo legal, el nuevo reglamento ofrece una puerta: si en el curso de este mes prueban que saben hablar alemán y que pueden mantenerse sin ayuda del Estado recibirán su permiso de estadía permanente. Hasta 2009 tienen plazo, los que no estén laborando, para encontrar una plaza. Los que no la encuentren hasta eso podrían ser expulsados de Alemania.
Un incremento de las ofertas para aprender alemán, programas de integración desde el kindergarten hasta la universidad, formación y especialización de docentes y un incremento del personal estatal que tiene que ver con migrantes son otros elementos y la cara más benevolente de la nueva política de migración.
Según el color con que se mira
La medida de permitir la reunificación familiar sólo con mayores de edad obedece, según el texto del reglamento, al afán de proteger a las mujeres y de no favorecer los matrimonios forzados. Sin embargo, DITIB lo entiende como una discriminación y motivo para retirar su participación de la cumbre. Según portavoces de la organización, con ello se dificulta los matrimonios de turcos-alemanes con muchachas de su país de origen. Esta costumbre tan difundida ha generado, por otro lado, no pocas crónicas desfavorables y truculentas.
El haber adquirido aunque sea básicos conocimientos de alemán lo cataloga el DITIB como una barrera muy difícil de vencer en el país de origen sobre todo por la falta de oferta. Según la organización turca, para los jóvenes, los estudiantes y la gente con pocos recursos estas medidas son claramente discriminatorias.
Oposición no sólo extranjera
Especial malestar causa la comparación con la ausencia de restricciones para gente que viene de determinados países. Varios miembros de los partidos de oposición, verde y liberal, se manifiestan también inconformes con el nuevo reglamento: éste es inconstitucional porque no protege a la familia y porque no favorece la integración, "sino la adaptación bajo amenaza", declaró Josef Philip Winkler de los Verdes.
Para decenas de miles de extranjeros que han vivido en suspenso por años esta nueva ley abre una oportunidad no desdeñable. Por otro lado, la protección de la mujer y el combate de la inmigración forzada es un objetivo común. Que no existe la integración sin que el inmigrante maneje la lengua oficial es algo que está fuera de toda duda. Las restricciones, sin embargo, ponen el dedo en viejas llagas de la población extranjera, sobre todo turca, de Alemania y pone de relieve uno de los principios básicos de estos filtros, como lo formuló Hans-Peter Uhl, experto en asuntos interiores de la Unión Conservadora: "no todo inmigrante es, a la larga, un enriquecimiento".