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''Nuestro ejemplo es la Bundesliga''

Philipp Barth (el)27 de noviembre de 2013

Ricardo Trade es el ''hombre fuerte'' de Brasil en lo que a la organización de la Copa del Mundo 2014 se refiere. En entrevista con DW, aborda temas como los problemas en la construcción de los estadios.

Imagen: LOC

DW: Señor Trade, ¿por qué el Mundial de Brasil será mejor que el de Alemania 2006?

Ricardo Trade: En lo que respecta a la organización, el Mundial de Alemania es un ejemplo para nosotros. Queremos lograr un ambiente como el de la Bundesliga, y en especial, como el del estadio Westfalen de Dortmund: precios accesibles, excelente servicio y un público grandioso. Queremos reproducir todo esto y para mí eso sería un Mundial ideal. Pero también podemos superarlo en algo, porque nosotros hacemos mejores fiestas. Los brasileños somos especialistas en ello.

¿Cuáles son actualmente los mayores problemas de la organización?

En general no tenemos problemas. Me gusta hablar de retos. Por ejemplo, debemos contratar vuelos adicionales para poder cubrir las enormes distancias entre las sedes brasileñas. Actualmente estamos a la espera del sorteo de grupos, el 6 de diciembre en Salvador. Sólo hasta que sepamos exactamente qué equipos se enfrentarán, podremos comenzar los arreglos logísticos. Será un proceso muy complejo. Las normativas vigentes de la FIFA exigen, por el tamaño de Brasil, que los equipos estén en las sedes de sus partidos por lo menos 48 horas antes de cada encuentro, y no 24 horas, como antes.

Hasta finales de diciembre deberían quedar listos todos los estadios. Algunos de ellos, como la Arena Patanal de Cuiabá, están completos en un 80 por ciento. ¿Cómo piensan terminarlos en poco más de un mes?

No somos nosotros, sino los ingenieros y especialistas quienes afirman que los estadios estarán listos. Por ello nos atenemos al plan original. En enero deben realizarse los primeros partidos no oficiales de prueba, entre los obreros y sus amigos. Ahí se someterán a prueba los asientos, la iluminación y los techos. En febrero podría llevarse a cabo algún partido del campeonato local. En mayo haremos las pruebas oficiales en los estadios mundialistas.

''Las familias regresan a Maracaná''Imagen: picture alliance / dpa

Los estadios podrían acabar costando tres mil millones de euros, mucho más de lo que se mencionó en un principio. ¿Están bajo control los egresos?

Tenemos gran confianza en las contralorías públicas. No es nuestra tarea evaluar cuánto debe gastarse y cuánto no. El costo total de cada estadio, por asiento, será menor que el de la Copa del Mundo de Sudáfrica. No debemos olvidar que estamos construyendo doce estadios nuevos. Algunos de ellos son gigantescos, como el del Belo Horizonte o el Nuevo Maracaná. Todos deben cumplir normativas de desarrollo urbano, lo cual tiene un costo muy alto.

Entre la población brasileña crece el temor de que los más pobres ya no puedan pagar las entradas a los estadios. En Maracaná, el boleto más barato para un partido de liga se ha multiplicado por diez.

Quien tiene un televisor antiguo quiere una pantalla plana. Así funcionan las cosas. La mayoría está fascinada con el Nuevo Maracaná, pues quiere el respeto que merecen como clientes. Hay personal que le muestra a uno dónde está su asiento, y cuatro enormes pantallas por estadio. Las familias regresan a Maracaná, pues es más seguro. Y la sala de prensa es muy bella. No hicimos todo esto porque la FIFA lo exigió, sino porque el país lo necesita. Respetamos todas las opiniones, pero las encuestas señalan que 87 por ciento de la población ve con buenos ojos el estadio de Maracaná.

''Discutimos posibles escenarios de protesta''Imagen: Reuters

Muchos brasileños siguen protestando en las calles, aún después de las manifestaciones durante la Copa Confederaciones. Entre las cosas que critican están los fondos destinados al Mundial de fútbol. ¿Teme que la Copa del Mundo sea eclipsada por grandes manifestaciones en Brasil?

La protesta es democrática y estamos en una democracia. Los ciudadanos piden más fondos para el sistema de salud, así como para la educación y la seguridad pública. Esto no tiene nada que ver con la Copa del Mundo. Pese a ello, discutimos todos los días acerca de posibles escenarios de protesta durante el Mundial, tanto con el presidente de la Federación Brasileña de Fútbol, José María Marín, como con el gobierno. Creemos que puede haber protestas y debemos estar preparados. El gobierno de Brasil ofreció garantías a la FIFA, en cuanto a que la Copa del Mundo transcurrirá sin problemas. Ni los jugadores, ni los fanáticos, ni la prensa deben ser molestados. Al igual que durante la Copa Confederaciones, las policías locales se encargarán de que las protestas no lleguen a zonas cercanas a los estadios. En éstos se vivirá una maravillosa fiesta futbolística.

Sólo 70 por ciento de los brasileños ven de manera positiva al Mundial. ¿Cómo hará para convencer al resto?

Yo diría que es muy bueno contar con el aoyo de un 70 por ciento de la población. Tampoco debemos olvidar todo lo que nos dejará el Mundial. El gobernador de Mato Grosso nos mostró con gran orgullo a mí y al secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, unos 50 proyectos urbanos. Sin la Copa del Mundo jamás se hubieran hecho tales inversiones. Belo Horizonte tiene ahora 50 por ciento más de habitaciones de hotel, y se renueva el aeropuerto. Independientemente del Mundial, nuestro país necesita esas inversiones. Como brasileño, puedo decirle lo siguiente: la Copa del Mundo dejará contentos a todos.

Ricardo Trade es jefe del Comité Organizador de la Copa del Mundo Basil 2014. Junto con 250 colaboradores administra fondos de la FIFA por 300 millones de euros, destinados a dicho Mundial. Además, el antiguo arquero de la selección brasileña de handball es organizador de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016.

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