Cuando se perdió Polonia: 80 años de la invasión soviética
Magdalena Gwózdz Varsovia
17 de septiembre de 2019
Solo 17 días después de la entrada de los nazis, el vecino del este también invadió el país. El 17 de septiembre es un día que sigue provocando fricción entre polacos y rusos.
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"Cuando vi que los alemanes avanzaban desde el oeste y los rusos desde el este, me dije: 'este es definitivamente nuestro final'”, recuerda Eugeniusz Sajkowski, nacido en 1913 y testigo de aquellos acontecimientos, en un reportaje de la televisión pública alemana ARD. "Nuestra Polonia volverá al cautiverio por otros 120 años. Nuestro pueblo está perdido”, señala, al rememorar aquel 17 de septiembre de 1939.
A las seis de la mañana, más de 4.000 tanques soviéticos pusieron rumbo a Polonia. Stalin mandó más aviones que el Tercer Reich. Fue una invasión sin declaración de guerra y una batalla desigual, sobre todo porque las tropas polacas, muy inferiores en número, estaban en su mayor parte ocupadas con los alemanes. Hasta esa fecha, considera en historiador polaco Zbigniew Woźniczka, todavía había esperanzas de que la guerra no acabase sumiendo al país en una catástrofe absoluta. Las tropas aguantaban en el sitio de Varsovia y grandes ciudades como Lublin, Vilna (hoy capital de Lituania) o Leópolis (actualmente en Ucrania) todavía no habían sido conquistadas. Si las potencias occidentales hubieran venido en ayuda, quizás podría haberse conservado parte de Polonia. Pero el 17 de septiembre arrebató a los defensores toda la esperanza que les quedaba. No se desplegaron operaciones militares en el este, y el comandante en jefe polaco Rydz-Śmigły dio la orden: "Contra los bolcheviques no luchamos”.
Peor aún son las heridas psicológicas ante esta "traición”, la formación de una coalición entre socios tan desiguales contra los polacos y la celebración conjunta de la victoria entre soviéticos y nazis. Polonia, una vez más víctima de sus vecinos. A menudo se habla de la cuarta separación del país.
La herencia de Stalin pervive
"Siempre se afirma que fue bajo los alemanes cuando los polacos más sufrieron”, dice Zbigniew Woźniczka, historiador de la Universidad de Silesia. Pero no es tan sencillo. "Para la generación de polacos que conoció la época de la separación, el gran enemigo entonces no era Alemania, sino Rusia. El régimen zarista, el aplastamiento de las sublevaciones, el destierro a Siberia: con la ocupación del 17 de septiembre, todo eso volvió a la memoria”. Es también cierto que esta vez se hizo muy pronto evidente que también por el lado alemán se aproximaba un peligro mortal. Y la herencia de Stalin pervive: en Polonia se sigue desconfiando aún de Rusia.
Las relaciones con el "gran vecino” no solo están lastradas por la invasión de 1939. Tampoco se ha superado el asesinato de miles de oficiales y funcionarios polacos en la conocida como masacre del bosque de Katyn (hoy Rusia), perpetrada por el NKWD, precursor de la KGB, y su negación durante años en la Unión Soviética, hasta el período de Gorbachov. Todo a pesar de que el presidente ruso, Vladimir Putin, tildó de "crimen” la masacre durante la conmemoración de los 70 años del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en 2009, y propuso a Polonia elaborar juntos ese capítulo histórico.
Relaciones envenenadas
El encuentro de Putin, el 7 de abril de 2010, con el entonces jefe de Gobierno polaco Donald Tusk en las tumbas de Katyn fue considerada por muchos observadores como una reunión histórica. Por un momento, la reconciliación parecía posible. Fue la primera de un representante estatal ruso del rango más alto al escenario de unos crímenes estalinistas para honrar a los oficials polacos. Y la última hasta ahora. Solo tres días más tarde se estrelló un avión polaco en la base aérea rusa de Smolensk, con 96 pasajeros a bordo, entre ellos el presidente polaco, Lech Kaczynski, quien se dirigía a los actos conmemorativos con motivo de la masacre de Katyn.
El accidente desplazó nuevamente las coordenadas políticas hacia un terreno tan emocional, que se volvió prácticamente imposible la objetividad en la política. El suceso dividió a los propios polacos, pero también envenenó de nuevo las relaciones con Rusia, que retuvo los restos del accidente, abriendo la puerta a las teorías conspirativas. Eso hizo que hoy sea fácil para la derecha conservadora del PiS en el gobierno reprocharle a Tusk su contacto con Putin. El presidente ruso no fue invitado a la conmemoración este año del 80 aniversario del inicio de la guerra. La televisión pública ilustró esta decisión con un comentario mudo en el que sencillamento mostró las imágenes de un abrazo entre Tusk y Putin. La grabación tenía unos diez años.
Smolensk, Katyn y el 17 de septiembre
Katyn y Smolensk: dos vectores de los capítulos más sensibles de la historia polaca están irremediablemente vinculados con aquel 17 de septiembre, su punto de partida. Los alemanes atacaron, pero la Unión Soviética de Stalin permitió ese ataque y se quedó con su parte del botín, cuando los polacos fueron batidos. "El 17 de septiembre es el símbolo de una gran desgracia”, sostiene el historiador Woźniczka.
Si la reconciliación entre Polonia y Alemania fue posible porque los alemanes reconocieron su culpa, los obispos intercambiaron cartas y Willy Brandt se arrodilló en Varsovia, en este caso las preguntas delicadas de la historia común entre Polonia y Rusia fueron apartadas, convertidas en tabú e, incluso tras la caída de la URSS, jamás puestas sobre la mesa. Todo en favor de las décadas de hermandad socialista obligatoria. Los gestos de 2010 parecen olvidados, y no muchos en Rusia saben que la Unión Soviética atacó a Polonia por la espalda.
(eal/cp)
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La II Guerra Mundial en Europa
El 1º de septiembre de 1939, las fuerzas de la Wehrmacht de Hitler invadieron Polonia. Los pueblos europeos lucharon unos contra otros hasta el 8 de mayo de 1945, día de la liberación de Europa del régimen nazi.
Imagen: AP
Invasión de Polonia
El 1º de septiembre de 1939, las fuerzas de la Wehrmacht de la Alemania nazi atacaron Polonia, según Hitler, para responder a los ataques de ese país, lo cual fue una mentira para justificar la invasión. Francia y Gran Bretaña, aliados de Polonia, también le declararon la guerra a Alemania, pero no se inmiscuyeron en los combates. También Italia, aliado de Alemania, se mantuvo en espera.
Ejército soviético ocupa Polonia
Polonia apenas contaba con medios militares para contraatacar a la Alemania nazi, que venció a las tropas polacas en cinco semanas. El 17/9/1939, el Ejército soviético ocupó el este de Polonia como resultado de un acuerdo secreto al que el Imperio Alemán y la URSS llegaron una semana antes del ataque alemán a Polonia.
Imagen: AP
Ocupación de Dinamarca
La Wehrmacht invadió Dinamarca en abril de 1940, usando ese país como trampolín hacia Noruega. Desde allí llegaban materias primas necesarias para la Alemania nazi en guerra. Gran Bretaña intentó interrumpir el abastecimiento enviando soldados a Noruega, pero allí los aliados también capitularon en junio. La campaña nazi hacia Occidente ya había comenzado.
Ocupación nazi de Holanda, Bélgica y Luxemburgo
El 10 de mayo de 1940, la Wehrmacht atacó a Holanda, Luxemburgo y Bélgica, países neutrales. Los ocupó en un lapso de pocos días sorteando la fortificación militar francesa.
Imagen: picture alliance/akg-images
Los nazis ocupan París
Los alemanes atacaron por la espalda a las tropas francesas y se dirigieron a París, que fue ocupada a mitades de junio. El 22 de junio de 1940, Francia capituló y fue divida en un territorio ocupado por la Alemania nazi y en la Francia de Vichy, gobernada por un gobierno títere del régimen bajo el mando del general Pétain.
Imagen: ullstein bild/SZ Photo
Ataque nazi a Gran Bretaña
Hitler bombardeó Gran Bretaña en el verano de 1940, dejando a ciudades como Coventry convertidas en cenizas y escombros. Al mismo tiempo, aviones nazis y británicos luchaban en el espacio aéreo del Canal de La Mancha, entre el norte de Francia y el sur de Inglaterra. La Royal Air Force venció a la Fuerza Aérea Alemana, y en 1941, los ataques nazis cesaron considerablemente.
Imagen: Getty Images
Invasión del sur y este de Europa
Luego de las derrotas contra Gran Bretaña, Hitler se dirigió hacia el sur, y luego hacia el este de Europa, llegando incluso hasta el norte de África, los Balcanes y la Unión Soviética.
Invasión de Yugoslavia
El 6 de abril de 1941, fuerzas alemanas, italianas, húngaras y búlgaras invadieron Yugoslavia, acabando con la rendición del ejército yugoslavo el 17 de abril y con la creación de un estado títere en Croacia y Serbia. También el 6 de abril, Alemania invadió Grecia desde Bulgaria.
Imagen: picture-alliance/akg-images
"Operación Barbarroja"
La "Operación Barbarroja", emprendida el 22 de junio de 1941, fue el nombre en clave dado por Adolf Hitler al plan de invasión de la Unión Soviética por parte de las Fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial. Esta operación abrió el Frente Oriental, que se convirtió en el teatro de operaciones más grande de la guerra.
Imagen: Getty Images
1942, punto de inflexión
Al principio, el Ejército Rojo de la URSS opuso apenas resistencia al ataque nazi, pero luego la Wehrmacht sufrió graves pérdidas, y se vio debilitada. Hitler dominaba casi toda Europa, parte de África del Norte y de la Unión Soviética, pero en 1942, el desarrollo de la guerra dio un giro decisivo.
Retirada de África
Italia, aliado de Alemania, entró en guerra en junio de 1940, y atacó a las tropas británicas en el norte de África. Hitler envió refuerzos en 1941. Luego de la batalla de El Alamain, en otoño de 1942, los alemanes emprendieron la retirada de África y capitularon el 13 de mayo de 1943.
Imagen: Getty Images
Campos de exterminio nazis
En el este de Europa, el régimen de Adolf Hitler erigió campos de exterminio como los de Auschwitz-Birkenau. Más de seis millones de personas fueron asesinadas por los nazis en estos campos de la manera más inhumana. En esos crímenes también participaron miles de soldados alemanes y oficiales de las SS.
Imagen: Yad Vashem Photo Archives
Los Aliados llegan a Italia
En el cuarto año de la guerra, la guerra cambió su derrotero: en el este, el Ejército Rojo se dispuso a contraatacar a los nazis, y las fuerzas occidentales aliadas llegaban a Italia, con lo cual los nazis se dieron a la retirada.
Batalla de Stalingrado
El 6 de enero de 1942, Stalin, confiado después de su victoria en Moscú, ordenó una contraofensiva general. El símbolo del giro que dio la guerra fue la capitulación de Stalingrado. Los alemanes vieron que la lucha no tenía sentido.
Imagen: picture-alliance/dpa
Invasión de Italia
Los aliados desembarcaron en Italia en septiembre de 1943, a lo que Hitler respondió invadiendo ese país.
En el este de Europa, el Ejército Rojo hacía retirarse a los nazis cada vez más. Asimismo, los aliados occidentales reforzaron su ofensiva y desembarcaron en Normandía, Francia, en la primavera de 1944.
Entrada de los Aliados
En el invierno boreal de 1944/1945 los Aliados logran romper la resistencia nazi en el oeste de Europa y se movilizan para atacar al régimen nazi.
Imagen: imago/United Archives
Capitulación del régimen nazi
El 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi capituló sin condiciones. Hitler se había suicidado el 30 de abril de 1945. Europa se enfrentaba a los despojos y al horror que dejó la II Guerra Mundial, en la que murieron casi 50 millones de personas en Europa.