Nueva caravana con 300 salvadoreños sale rumbo a EE.UU.
31 de octubre de 2018
Miles de personas avanzan hacia México con el fin de ingresar ilegalmente a Estados Unidos. Trump dijo que podría enviar hasta 15 mil soldados a la frontera.
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Una segunda caravana con salvadoreños que desean llegar hasta Estados Unidos salió este miércoles (31.10.2018) desde San Salvador. Se trata de unas 300 personas, entre ellas niños y mujeres, que se reunieron en la plaza El Salvador del Mundo y siguen los pasos de la primera caravana que, conformada por 200 personas, aspira a cumplir "el sueño americano".
El grupo, que se espera se haga más numeroso a lo largo del recorrido, busca replicar el viaje emprendido por miles de hondureños que aún continúan su travesía hacia territorio estadounidense. La caravana va acompañada de efectivos de la Policía Nacional Civil (PNC), según informó el subcomisionado Otto Urrutia, y de cuerpos de socorro, quienes brindarán asistencia en caso de ser necesario.
El primer objetivo en el trayecto de casi 4.000 kilómetros es llegar a Guatemala, para luego cruzar hasta México y enfilar hacia Estados Unidos. A los migrantes se les unirá otro grupo que los espera en la carretera Panamericana y que se dirigirán hacia el mismo punto fronterizo con Guatemala en La Hechadura, que es la ruta más corta para llegar a Tapachula, en el sur de México, por la costa del Pacífico.
Más militares
El Gobierno de El Salvador reaccionó por medio de la viceministra para Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín, quien pidió a los migrantes que sean "honestos" y que "no armen una leyenda" para justificar su salida del país en caravanas rumbo a Estados Unidos. "En mi experiencia todos dicen que van por un problema de seguridad", pero al ser deportados "la posición de la gente varía, ya es más un tema económico la variable principal", añadió la funcionaria.
El plan de los viajeros, que a veces son auxiliados por camiones de carga, autobuses y camionetas que los trasladan por la carretera, es ingresar de forma ilegal a Estados Unidos. El presidente de ese país, Donald Trump, ya informó que se enviará al Ejército a la frontera, y en la tarde de este miércoles aseguró que si bien se había informado que se desplegarían unos 5.000 efectivos en el sur, esa cifra podría llegar incluso hasta los 15.000.
DZC (dpa, EFE, AP)
¿Por qué huir de Honduras?
Ante la ola de personas que emigran en busca de un futuro mejor, cabe preguntarse el porqué de esa difícil decisión. A continuación, algunas imágenes que narran el contexto en el que viven miles de hondureños.
Imagen: DW/Aitor Saez
Periferia de Tegucigalpa
Según datos oficiales, el año pasado se registraron 588 asesinatos en la capital hondureña. Es decir, que la tasa de homicidios cayó a 85,09 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En un año Tegucigalpa pasó del cuarto puesto al 36 de las ciudades más peligrosas del mundo.
Imagen: DW/Aitor Saez
Patrullaje
Una camioneta de la policía patrulla las calles de la colonia 28 de marzo, "La 28", es uno de los diez barrios más peligrosos de Tegucigalpa. El crimen se ha reducido en esta zona gracias a la iniciativa de "Policía Comunitaria", que consiste en realizar actividades recreativas con los vecinos en lugar de hacer uso de la fuerza.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Casas locas"
Varios agentes acceden a una "casa loca", nombre con que se conoce a las viviendas que las Maras utilizan para torturar y ejecutar a sus víctimas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Lucha contra la corrupción policial
Otra de las claves de la disminución de la violencia fue la depuración de la Policía. Se separó del cuerpo policial a 4.500 agentes sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado.
Imagen: DW/Aitor Saez
Persecución a la extorsión
Las maras han transformado sus actividades criminales: del asalto y el secuestro al narcomenudeo y la extorsión. La Policía ha centrado esfuerzos en perseguir este último delito, que considera origen de otras formas de violencia. Algunas ONG, sin embargo, denuncian detenciones arbitrarias.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Mara o muerte"
José, exmiembro de la Mara 18, borró de su cuerpo el tatuaje de la pandilla, pero no las secuelas por haber asesinado a ocho personas. Tras el asesinato de su hermano, se metió a la pandilla como única solución para proteger a su familia. Ahora quieren matarlo los familiares de sus víctimas, bandas rivales y su expandilla, castigo que aplican a aquellos que abandonan a “la familia”.
Imagen: DW/Aitor Saez
Refugio de expandilleros
Unos 80 expandilleros se esconden en el Proyecto Victoria, una de las pocas iniciativas de reinserción de ex mareros. Esta iniciativa se ubica en medio de la montaña con el objetivo de evitar que sean localizados por sus "exhermanos".
Imagen: DW/Aitor Saez
Mareros desde niños
Jesús entró a la Mara 18 cuando tenía tan sólo diez años. Todo empezó como un juego con tareas de vigilancia menores hasta que empuñó un arma. “No tengo miedo a la muerte... Si pensara que voy a morir, nunca estaría tranquilo”, asegura sobre la amenaza de salir de la pandilla.
Imagen: DW/Aitor Saez
Víctimas escondidas
A su hijo de 12 años lo violaron y golpearon durante dos años. Era la cruel forma en que la Mara de su barrio reclutaba a las personas. Cuando su madre denunció lo acontecido, la Mara los amenazó de muerte, motivo que los obligó a abandonar su hogar. Ahora la familia vive escondida en un hostal y sin poder abandonar la habitación desde hace seis meses.
Imagen: DW/Aitor Saez
Cuatro disparos
La agente Medrano se incorporó a la Policía con 20 años. En ocho años ha recibido cuatro disparos de bala. En una ocasión, tuvo que esconderse en un contenedor para salvar su vida. Aun así, no teme a las pandillas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Los barberos de la Mara
Estos dos jóvenes abrieron su propia peluquería y al poco tiempo fueron obligados por la Mara de su barrio a ser sus barberos. Uno de ellos vivió una balacera con la policía mientras que le cortaba el cabello a un pandillero. Ahora su abuela los acompaña a todas partes como protección. “Si estoy yo, una anciana, no los van a matar”, dice.
Imagen: DW/Aitor Saez
Huir o morir
Los jóvenes rezan antes de emprender su viaje a Estados Unidos. Tuvieron que cerrar su peluquería por temor a los pandilleros. Debido a las amenazas, no pueden salir de su casa ni trabajar en otro lugar. “Quiero trabajar tranquilo, tener libertad y desde allí ayudar a mi familia”, aseguró uno de ellos sobre el motivo de su emigración.
Imagen: DW/Aitor Saez
Las mujeres, con mayor riesgo
Esta mujer llora al recordar las siete ocasiones en que ha tratado de llegar a EE. UU. En una de ellas la deportaron en la misma frontera estadounidense. Trata de huir de los maltratos de su exmarido y de la pandilla a la que este pertenece. En su último viaje se llevó a sus tres hijos pequeños, pero fueron detenidos por las autoridades mexicanas por una alerta migratoria de su propio exmarido.
Imagen: DW/Aitor Saez
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