La canciller alemana, Angela Merkel, abrió su primer debate presupuestario ante el Parlamento. En el careo anual entre Gobierno y oposición, la canciller defendió su estrategia de combinar saneamiento de presupuestos, y el impulso del crecimiento y empleo.

"Sanear, invertir y reformar"

"Tenemos que reducir el cúmulo de deudas, pero no lo podemos hacer todo al mismo tiempo", dijo Merkel ante el Parlamento en el debate sobre los presupuestos públicos.

La canciller insistió en los tres pilares de "sanear, invertir y reformar", adoptados como lema central de su gobierno y apuntó ocho aspectos políticos que la coalición tendrá que encarar en esta legislatura.

Agilidad burocrática

El primer reto presentado por Merkel, es la reforma del federalismo para la que Merkel propone disminuir el número de leyes que han de ser aprobadas por ambas cámaras, Bundestag (Cámara Baja) y Bundesrat (Cámara Alta), donde están representados los Länder (estados federados). El Gobierno busca acelerar el proceso legislativo e impedir el bloqueo entre las dos cámaras, evitando así el estancamiento de reformas.

El segundo reto es la disminución de los trámites burocráticos, para la que Merkel planteó un proyecto que permita acelerar las autorizaciones para construir infraestructuras, facilitando la creación de puestos de trabajo.

Investigación y desarrollo

Como tercer punto fuerte del Gobierno, Merkel aludió a la investigación y la innovación. El Gobierno federal se ha propuesto invertir en los próximos cuatro años 6.000 millones de euros adicionales. La canciller anunció que la decisión ya está tomada, pero falta una estrategia para garantizar la eficacia de la inversión. En este sentido, Merkel informó de sus intenciones de disminuir restricciones a las empresas para favorecer proyectos de investigación y desarrollar así nuevos productos.

La política energética es otra de las exigencias auto impuestas por este Gobierno en el que ambos miembros de la coalición coinciden en los tres puntos más importantes: seguridad del abastecimiento, racionalidad económica y sostenibilidad ecológica. Merkel evitó mencionar en este debate las discrepancias entre ambos socios en cuanto a la energía atómica.

Reformas democristianas

Para acabar, la canciller planteó reformas más acordes con la política de su partido, la Unión Democratacristiana. Entre ellas la armonización del sistema fiscal para las empresas, y la reforma del impuesto a las herencias para favorecer a herederos que decidan mantener en funcionamiento empresas familiares.

En cuanto a la política familiar, Merkel insistió en fomentar la familia y buscar nuevas fórmulas para combinar la vida laboral de padres y madres con el cuidado de los hijos. Además la canciller aludió a ayudar a las mujeres con formación académica e ingresos medios-altos para que los hijos no supongan una interrupción en su carrera.

Otra de estas reformas necesarias para la canciller afecta a la política laboral, concentrándose en los planes de reforma del régimen de despidos para nuevas contrataciones y la búsqueda de fórmulas para la creación de empleo de remuneración baja.

Sanear la sanidad

Por último mencionó la reforma sanitaria, a la que describió como uno de los retos más difíciles, puesto que es algo que afecta a todos. En este punto Merkel advirtió la tendencia a un sistema sanitario más caro debido al progreso técnico. El reto sería evitar que repercuta en los costos laborales convirtiéndose en un factor de destrucción de empleo.

Apoyada por la gran mayoría de la coalición en el Parlamento, Merkel presentó el curso de reformas para levantar una economía en crisis, una tarea nada fácil ni siquiera garantizada por la unidad con sus socios de Gobierno.