Colombia es una nación en guerra consigo misma. Y… "los europeos somos parte del problema", ha reiterado la líder de la campaña internacional de No pago! contra el secuestro, Liduine Zumpolle, al margen del Foro Colombia: Alternativas, auspiciado por el Parlamento Europeo y desarrollado en Bruselas entre este 6 y 11 de octubre.

Reinhilt Weigel es la última víctima alemana del conflicto colombiano. Una guerra fraticida que dura ya más de 40 años. La joven alemana que hacía una excursión al monumento arqueológico de Ciudad Perdida, en el caribe colombiano, se encuentra en manos del grupo guerrillero ELN desde el pasado 12 de septiembre. Dos mil soldados cazan ahora a los terroristas en una inhóspita jungla de 12.000 kilómetros cuadrados en la legendaria Sierra Nevada de Santa Marta, con 5.775 metros, la montaña más alta del mundo a orillas de un océano.

Malos pasos con malas compañías

Fue precisamente el ELN y sus turbias relaciones con el nebuloso personaje alemán Werner Mauss quien hace 6 años ocasionaran las diferencias diplomáticas más serias que hayan existido entre Alemania y Colombia. En aquella época el Gobierno de Helmut Kohl y el hoy cardenal Karl Lehmann, con el respaldo de la Conferencia Episcopal, quisieron mediar en un acuerdo de paz. Alemania empero, cometió el grave error de consentir la mediación del dudoso agente. El secuestro es una de las industrias más lucrativas del mundo. La ONG País Libre estima que las guerrillas colombianas perciben por este crimen unos 500 millones de dólares anuales.

Ante el evidente deterioro de la situación de seguridad regional y los estragos del terrorismo internacional, Berlín parece haber superado el trauma causado por Mauss. "Ahora Alemania es consciente del deber de ayudar a Colombia", dijo en Bruselas el parlamentario alemán Lothar Mark. El Bundestag aprobó una propuesta de 18 puntos sobre la política colombiana que la administración de Gerhard Schröder desarrollaría. En ellos se establece que el Gobierno alemán "apoye al presidente Álvaro Uribe en su cometido de recuperación del monopolio de la fuerza en Colombia" , pero también se "exhorta a su Gobierno a acatar las recomendaciones de la oficina local del Alto Comisionado para Derechos Humanos de la ONU". En otro apartado, el parlamento le pide al Gobierno alemán que lidere el nombramiento de un "Alto Comisionado de la Unión Europea para el conflicto en Colombia".

Responsabilidad compartida

De otro lado, se le aconseja al gobierno de Uribe que "no encamine todos sus esfuerzos a una solución militar, sino que fortalezca sus intentos por retomar las conversaciones de paz con todos los actores del conflicto". Más adelante se define que "el principio de la política del gobierno alemán con respecto a Colombia frente a la UE debe ser de defensa y aceptación de la responsabilidad compartida en el problema del narcotráfico. A Colombia debe ayudársele en la exportación de sus productos agrícolas sin aranceles a la UE". Esta iniciativa se da después de casi seis años en los que Alemania ignoró por completo el conflicto colombiano y sólo se dirigía a través de la Unión Europea.

Frente a ello, el parlamentario Mark explicó que "lo que sigue ahora es comenzar a debatir en Bruselas, con el cabildeo de Alemania, la creación y el envío de un hombre o una mujer europeos para Colombia". Además indicó que el trabajo de convicción se hará bajo el principio de que la tarea del Alto Comisionado "no será la de diagnosticar lo que sucede, sino la de identificar acciones concretas y posiciones europeas para contribuir a que Colombia resuelva su conflicto".

Vocera de la nueva política alemana

Ese es, en efecto, uno de los motivos centrales de la actual visita de Claudia Roth a Colombia. Roth, del partido de coalición de Los Verdes, es la Comisionada alemana para Derechos Humanos. La funcionaria es vocera oficial de la nueva política de Alemania hacia Colombia aprobada por la plenaria del Bundestag después de siete meses de debate. El cautiverio de Reinhilt Weigel, 4 israelíes, 1 español y 1 inglés, entre las cerca de 3.000 personas más que se encuentran en poder de la guerrilla colombiana, es una de las grandes preocupaciones de la Comisionada Roth.

Romper círculo vicioso de secuestro – pago - secuestro

En ese sentido, la ONG Pax Christi Holanda, condenó los millonarios pagos de rescates por parte de particulares, empresas y Gobiernos y exhortó en la capital belga a todos los Gobiernos europeos a admitir su coresponsabilidad en la búsqueda de soluciones al conflicto colombiano, en especial contra el secuestro. La relación entre el pago de rescates, el fortalecimiento de los violentos, el aumento de las acciones terroristas y el florecimiento de las industrias armamentística y del mismo secuestro son evidentes. A los pagos ilegales del consorcio alemán Mannesmann se les atribuye la resurrección del ELN, cuando estaba a punto de ser extinguido. El mismo grupo que hoy mantiene secuestrada a una ciudadana alemana. Por ello, la ONG solicitó "una posición conjunta y decidida de la UE en contra de los autores de las atrocidades contra la población civil en Colombia" e instó a los Gobiernos a "ayudar a cortarle el camino financiero y de cabildeo a los guerrilleros ante las instituciones europeas". Alemania empieza a moverse en la dirección correcta y la Unión Europea está dispuesta a apoyarla. Una nueva política de Alemania para Colombia sería algo así como una pequeña revolución, aunque suceda sin filósofos.