Nueva ronda de negociaciones con los talibanes será en Qatar
27 de diciembre de 2020
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, había exigido que las conversaciones tuvieran lugar en territorio afgano. El equipo político de los insurgentes vive en Doha, capital qatarí.
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El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, aceptó este domingo (27.12.2020) que la segunda ronda de negociaciones de paz con los talibanes continúe en Doha, Qatar, a pesar de que su intención era que las conversaciones tuvieran lugar en territorio afgano. Las reuniones comenzarán a comienzos de enero precisamente en la ciudad donde vive el equipo que representa los intereses del grupo radical.
"La segunda sesión de negociaciones comenzará el 5 de enero", dijo Faraidoon Khwazoon, portavoz del Consejo Superior para la Reconciliación Nacional, un organismo gubernamental que supervisa el proceso de paz. "El comité de liderazgo de la junta (...) decidió que las conversaciones se llevarían a cabo en Doha", escribió en Twitter, y agregó que muchos países que se habían ofrecido a albergar las negociaciones se han retractado debido a la pandemia de COVID-19.
En tanto, el portavoz del mandatario, Sediq Sediqqi, escribió en Twitter que "sobre la base de la solicitud de los líderes del equipo de negociación y del Consejo Superior para la Reconciliación Nacional, (...) y con el fin de evitar retrasos en la segunda ronda de conversaciones, el presidente de Afganistán acordó que la próxima ronda de negociaciones se celebrará en Qatar”.
Ghani no quiere hoteles de lujo
A principios de diciembre, los negociadores de ambas partes decidieron tomarse un descanso después de meses de reuniones, que estuvieron empantanadas en desacuerdos sobre la organización de las conversaciones y sobre interpretaciones religiosas. Sin embargo, había acuerdo para reanudarlas el 5 de enero. Fue entonces cuando Ghani solicitó llevar el diálogo a Afganistán.
"No es correcto insistir en continuar las discusiones en hoteles de lujo. Es necesario que la gente pueda observar el curso de las conversaciones, los temas que se discuten y por qué", dijo el mandatario, que cedió tras reunirse la mañana de este domingo con el presidente del Consejo Superior de Reconciliación Nacional, Abdullah Abdullah.
En esta segunda ronda se deberán empezar a tratar temas fundamentales, como la proclamación de un alto el fuego permanente.
DZC (EFE, AFP)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
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Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
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La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
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Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
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Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
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El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.