"No podemos asegurar que todos los pacientes vayan a sobrevivir. Algunos de ellos presentan quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo", lamentaba Sergei Shoigu, ministro ruso de Protección Civil y jefe de la comisión que investiga los hechos. Por el momento, aunque tras este tipo de sucesos las cifras tardan en ser definitivas, se calcula que las llamas que consumieron un bar en la ciudad rusa de Perm, a unos 1.400 kilómetros al este de Moscú, se llevaron consigo más de 100 vidas y dejaron al menos 130 personas heridas- de las cuales 85, tal y como describía Shoigu, se encuentran en estado crítico.

Probable causa: fuegos artificales

"En este caso, no nos encontramos ante un atentado terrorista, sino ante una violación de las normativas de protección contra incendios", declaró Vladimir Markin, portavoz de la comisión investigadora. En Rusia, los fuegos con víctimas mortales son frecuentes porque no resulta extraño que se incumplan las reglas de seguridad más básicas.

La discoteca de Perm cumplía ocho años y el aniversario se celebraba durante la noche del viernes al sábado con una gran fiesta. La mayoría de los invitados era, según los testigos, empleados y amigos o familiares. Casi todos jóvenes, describen los equipos de rescate. En total, unas 233 personas. En una grabación retransmitida por la televisión rusa se observa como chipas procedentes de una fuente todavía no identificada prenden una cortina de plástico. Al parecer, y aunque los dueños del local- detenidos por la policía- lo negaron en los interrogatorios, los festejos podrían haber ido acompañados de fuegos artificiales, que serían los causantes de la tragedia.

La teoría de los fuegos artificiales fue confirmada ya por el ministro ruso de Seguridad Regional, Igor Orlov. Desde el cortinaje del escenario, el fuego se propagó rápidamente por toda la discoteca que, indican los agentes, no tenía ventanas y contaba con una única salida. "Esta terrible catástrofe debe ser investigada exhaustivamente", adelantó el primer ministro ruso, Vladimir Putin.

Un escenario escalofriante

Los datos que van llegando desde Perm describen un escenario escalofriante. "98 personas murieron in situ y otras 11 fallecieron a causa de la gravedad de sus lesiones", informaba un portavoz de la fiscalía rusa, cita la agencia de noticias Interfax. A más de 50 heridos se les tuvo que practicar la respiración artificial. La mayoría de las víctimas presentan quemaduras e intoxicación por monóxido de carbono y varias personas resultaron heridas en la estampida ocasionada por el pánico. Dos españoles lograron salir ilesos del local, informó el ministro de Interior, Rashid Nurgaliev. Aparte de eso, no hay extranjeros entre los muertos y heridos.

Después de que el pasado viernes un tren de alta velocidad que cubría la línea Moscú-San Petersburgo fuera objeto de un atentado terrorista, la reacción de las fuerzas del orden fue muy criticada en Rusia. Bomberos, médicos y policía llegaron tarde y descoordinados. Las autoridades rusas han hecho todo lo posible por transmitir a la población una sensación de mayor organización y efectividad. Putin envió a Perm un avión con personal sanitario adicional, además de un aparato para el traslado de heridos. Al menos diez de los heridos con quemaduras de gravedad serán llevados a Moscú para recibir allí tratamiento.

Por su parte, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, pidió a los ministros de Emergencia, Interior y Salud que vuelen a Perm para coordinar el trabajo desde el mismo lugar de la tragedia, y exigió penas ejemplificadoras para los dueños del bar; además, decretó para el próximo lunes una jornada de luto nacional.

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Editora: Mirra Banchón