El autor de la masacre supremacista contra dos mezquitas en Christchurch, que causó 51 muertos, será condenado el jueves por la matanza perpetrada en marzo de 2019.
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El australiano Brenton Tarrant, de 29 años, ha rechazado su derecho a declarar ante el Tribunal Superior de Nueva Zelanda. En marzo pasado, se había declarado culpable de 51 cargos por asesinato, 40 por intento de asesinato y uno por terrorismo, con lo que se evitó un largo juicio de más de seis semanas.
Se esperaba que tras escucharse los testimonios de unos supervivientes y familiares de las víctimas del ataque con armas semi-automáticas a las mezquitas de Al Noor y Linwood, en la ciudad neozelandesa de Christchurch, que retransmitió parcialmente, Tarrant se valiera de su derecho a dirigirse al Tribunal neozelandés.
Un agresor impasible
Tarrant ha permanecido impasible en estos días a los emotivos testimonios de las víctimas, que iban desde los insultos, la condena y el perdón, en lo que fue la primera vez que éstos se veían cara a cara tras el ataque terrorista.
Pero los esperados argumentos de Tarrant, quien se espera sea condenado a cadena perpetua sin derecho a fianza, no se producirán.
El jueves, el juez Cameron Mander, del Tribunal Superior de Nueva Zelanda, emitirá su condena.
El 15 de marzo de 2019, Tarrant mató en la mezquita de Al Noor, a donde llegó cerca de las 13.30 hora local (00.30 GMT) a 42 personas en menos de seis minutos y en el Centro Islámico de Linwood, adonde llegó diez minutos después, acabó con la vida de otras siete disparando desde el exterior.
Las otras dos víctimas murieron posteriormente por las heridas sufridas en el ataque.
VT (efe, reuters)
Protestas contra racismo en cinco continentes
La muerte de George Floyd de Minneapolis conmueve a todo el mundo. A pesar de la pandemia, cientos de miles de personas han decidido tomarse las calles y manifestar contra el racismo sistémico.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/A. Morissard
París: Protesta en el Campo de Marte
Unos días atrás la policía francesa había dispersado a los manifestantes con gas lacrimógeno, y las manifestaciones en la Torre Eiffel y frente a la embajada de EE. UU. anunciadas para el sábado también habían sido prohibidas. Sin embargo, decenas de miles salieron a las calles para protestar contra el racismo, incluso más allá de París.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/A. Morissard
Lieja: manifestación a pesar de la prohibición
Bélgica, como la mayoría de los países europeos, participó en la explotación de colonias en otros continentes: la actual República Democrática del Congo fue una vez propiedad privada del Rey Leopoldo II, en cuyo nombre se estableció allí un régimen racista de injusticia. En Bruselas, Amberes y Lieja hubo manifestaciones contra el racismo, a pesar de las prohibiciones por la pandemia.
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Múnich: marcando el paso
Una de las mayores manifestaciones de Alemania tuvo lugar en Munich, donde se reunieron 30.000 personas. Otras grandes manifestaciones tuvieron lugar en Colonia, Fráncfort y Hamburgo, entre otros lugares. En Berlín, la policía tuvo que bloquear temporalmente las vías de acceso al Alexanderplatz porque demasiada gente acudió a la marcha.
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Sofía: Más de diez opositores al racismo
Al igual que en muchos otros países europeos, Bulgaria prohíbe actualmente los mítines con más de diez participantes. Sin embargo, cientos se reunieron en la capital Sofía. Aparentemente gritaron las últimas palabras de George Floyd "No puedo respirar", pero también llamaron la atención sobre el racismo en la sociedad búlgara.
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Turín: protesta en tiempos de pandemia
Esta mujer de Turín grapó su preocupación política a la mascarilla: "Las vidas negras también cuentan en Italia". Las manifestaciones, incluidas las de Roma y Milán, probablemente sean las mayores reuniones desde que comenzaron las medidas contra el coronavirus. Italia es uno de los principales países receptores de migrantes africanos de la Unión Europea.
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Lisboa: ¡Actuad ya!
"¡Actuad ya!", es lo que dice en la pancarta de estos manifestantes en Lisboa. Aunque el evento no había sido autorizado, la policía permitió que los participantes siguieran adelante. En Portugal también hay casos de violencia policial contra negros. En enero de 2019, cuando cientos de personas se manifestaron espontáneamente tras un incidente de este tipo, la policía disparó con balas de goma.
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Ciudad de México: Floyd y López
En México, no es sólo la muerte de George Floyd lo que está perturbando al país, sino también el destino similar del albañil Giovanni López: fue arrestado en mayo en el estado occidental de Jalisco porque no llevaba una mascarilla, y aparentemente murió por violencia policial. Desde que apareció un video de la operación hace unos días, la ira de los manifestantes mexicanos ha ido creciendo.
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Sídney: racismo contra los aborígenes
Las protestas en Sídney comenzaron con una ceremonia tradicional de humo. En este caso, la solidaridad de los al menos 20.000 participantes se dirigió expresamente no sólo a George Floyd, sino también a los australianos de la población aborigen, que también fueron víctimas de la violencia policial racista. Los manifestantes exigieron que ninguno de ellos muriera ya bajo custodia policial.
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Pretoria: Con el puño en alto
El puño levantado en el aire es un símbolo del movimiento #BlackLivesMatter. Pero el símbolo es mucho más antiguo: cuando el régimen del apartheid en Sudáfrica liberó al luchador por la libertad Nelson Mandela de la prisión en febrero de 1990, levantó el puño en su camino hacia la libertad, al igual que este manifestante en Pretoria ahora. En Sudáfrica, los blancos siguen siendo privilegiados.