Aunque los ejercicios de rutina no son más que simulacros, el Gobierno de Corea del Norte ha decidido interpretarlos como una provocación directa y un preludio a la invasión.

Las declaraciones sugieren una nueva ola de tensiones como la que vivieron los mismos países y Japón en el 2013.

“Advertimos severamente a Estados Unidos y las autoridades de Corea del Sur que detengan los peligrosos ejercicios militares que podrían empujar la situación en la península y las relaciones norte-sur a una catástrofe”, dijo un funcionario del Comité para la Reunificación pacífica de Corea.

Por su parte, Corea del Sur no está dispuesto a ceder ante la amenaza y aseguró a su vecino que reaccionará con fuerza.

“Si Corea del Norte realmente comete una agresión militar con la excusa de lo que es un ejercicio normal que conducimos como preparación para una emergencia, nuestras Fuerzas Armadas los castigarán de manera implacable y con firmeza", dijo el portavoz Kim Min-seok.

AG (Reuters, dpa)