Nueve años de cárcel para yihadista por destrucción en Mali
27 de septiembre de 2016
Ahmad al Mahdi al Faqi, conocido como “Abu Turab”, fue condenado por la Corte Penal Internacional por los daños provocados en Tombuctú.
Publicidad
A nueve años de prisión fue condenado este martes (27.09.2016) por la Corte Penal Internacional (CPI) el yihadista Ahmad Al Mahdi Al Faqi, alias "Abu Turab”, quien fue sometido a juicio y declarado culpable de crímenes de guerra por la destrucción de bienes patrimonio de la humanidad en Tombuctú (Mali). Los hechos ocurrieron en 2012 en el marco de una ofensiva liderada por el grupo terrorista Ansar al Din.
La condena tuvo en cuenta hasta cinco circunstancias atenuantes, incluida la admisión de culpabilidad de Al Mahdi, explicó al leer la sentencia el juez filipino Raul Cano Pangalangan, quien también constató que el yihadista obedeció las órdenes de Ansar al Din de destruir nueve mausoleos y una mezquita. "Al Mahdi coordinó los ataques y dio instrucciones para su destrucción”, dijo el juez.
Se trata de la primera condena de la CPI por la destrucción de patrimonio cultural, considerado crimen de guerra en el derecho penal. Al Mahdi había reconocido su implicación en los hechos y la investigación determino que "se implicó activamente en el derribo de los mausoleos, así como en la supervisión (de las acciones)”, dijo el juez, que subrayó que "todos estos eran objetivos religiosos, no militares”, lo que constituye un crimen de guerra.
Atenuantes varios
El tribunal valoró que Al Mahdi hiciera un llamado a otras personas, en particular a jóvenes musulmanes, para que no cometan crímenes como los que el ha cometido. "Todos los cargos contra mí son precisos y correctos. Siento el daño que mis acciones han causado. Lamento lo que he hecho a mi familia, a mi país, a la comunidad internacional en su conjunto”, dijo Al Mahdi al inicio del juicio, el pasado 22 de agosto, al tiempo que aseguró "buscar el perdón, como a un hijo que ha perdido su camino”.
El juez recordó que el yihadista expresó sus aprehensiones al recibir la orden de destruir los mausoleos. Y si bien obedeció las instrucciones, sus dudas le sirvieron como atenuante. La condena a Al Mahdi, un exprofesor, marca un importante precedente para la Corte Penal Internacional, que siempre ha tenido dificultades para llevar a los sospechosos ante la justicia. Asimismo, es el primer caso donde un musulmán extremista es condenado.
DZC (EFE, dpa)
Manuscritos de Tombuctú: legado para la eternidad
Cuando los islamistas conquistaron el norte de Malí en 2012, se vieron amenazados miles de escritos históricos. Pero los malienses no desconocen el valor de su patrimonio cultural y organizaron su rescate.
Imagen: DW/P. Breu
Tesoros históricos
Los manuscritos de Tombuctú tienen un valor histórico incalculable, ya que contienen el fruto de cientos de años de investigación islámica. En ese momento, Tombuctú fue el Centro Africano de Estudios Islámicos.
Imagen: DW/P. Breu
Contrabando en cajas de latón
Al empezar los islamistas a destruir bienes históricos en el norte de Mali en 2012, los malienses comenzaron a transportar de contrabando cientos de manuscritos desde Tombuctú a la capital, Bamako. Ahora esperan en un edificio de apartamentos, metidos en cajas de metal, a ser catalogados, digitalizados y convenientemente conservados.
Imagen: DW/P. Breu
El salvador de los escritos
Abdel Kader Haidara dirigió la operación de rescate. Es propietario de una biblioteca familiar, pero no se preocupaba de salvar sus propios manuscritos, sino todos los que veía que podían estar amenazados de ser destruidos por los islamistas radicales en Tombuctú.
Imagen: DW/P. Breu
Una biblioteca digital
Ahora los manuscritos están siendo digitalizados en Bamako. Cada página hay que colocarla bajo una cámara, se fotografía, se comprueba y queda catalogada en una base de datos central. Google, el gigante de internet, ya ha expresado su interés por estos manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Poner el conocimiento al alcance de todos
La digitalización tiene dos objetivos: preservar los textos para la posteridad, en caso de que los originales no sobrevivan al calor y la humedad de Bamako, y ponerlos a disposición del público.Antes del conflicto y de los esfuerzos por guardar todos estos manuscritos, no había plan alguno para digitalizar todos los documentos.
Imagen: DW/P. Breu
Cajas a medida
Tras la digitalización de los manuscritos, se depositan en cajas especiales libres de ácido, en las que se pueden almacenar de forma permanente. Como cada documento tiene su propio formato, las cajas deben ser creadas individualmente y a medida para salvaguardar los manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Estanterías vacías
No está claro si algún día la biblioteca histórica Mamma-Haidara de Tombuctú volverá a custodiar documentos. Muchos piensan que los manuscritos están más seguros en Bamako. Otros ven en peligro el estatus de Tombuctú como centro cultural si no cuenta con estos manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Biblioteca abandonada
El Instituto Ahmed Baba fue construido gracias a la aportación de la Fundación Aga Khan y a fondos procedentes de Sudáfrica y Arabia Saudita. No se trataba de una biblioteca cualquiera, ya que contaba con todo el equipo y accesorios necesarios tanto para la digitalización de documentos como para su conservación. Hoy día el instituto está vacío y abandonado.
Imagen: DW/P. Breu
Memorial de ceniza
Cuando llegaron los islamistas radicales, quisieron demostrar su poder a la UNESCO y, por ende, a Occidente. Amontonaron en el patio del Instituto Ahmed Baba los manuscritos que encontraron en Tombuctú y les prendieron fuego. Unos cuatro mil escritos se perdieron. Las cenizas y los restos a medio quemar se pueden ver todavía, como si de un monumento a su memoria se tratara.
Imagen: DW/P. Breu
Tombuctú al borde de la insignificancia
Después de que Tombuctú perdiera durante el siglo XX la importancia económica que había llegado a tener, el turismo seguía siendo una fuente de ingresos. Los turistas no han tardado en volver tras el conflicto de 2012, pero la riqueza cultural de Tombuctú parece perdida por completo, ya que apenas quedan manuscritos en la ciudad. Si alguna vez volverán, nadie lo sabe.
Imagen: DW/P. Breu
Algunos manuscritos sí quedan
Algunas bibliotecas privadas se han conservado. En Tombuctú llaman "biblioteca" incluso a una pequeña colección de un puñado de escritos, aunque quepan en un trozo de piel de cabra extendido a modo de alfombra. Un residente de Tombuctú, que recibió de su abuelo algunas páginas manuscritas, muestra con orgullo su preciada herencia.
Imagen: DW/P. Breu
Un futuro incierto
La situación política sigue siendo tensa en Mali y el Ejército es demasiado débil para garantizar la seguridad permanente. En 2012 muchos residentes huyeron de Tombuctú y todavía no han vuelto porque no se fían de que la paz sea permanente. La ciudad se enfrenta a un futuro incierto.