Nuevo aeropuerto de Berlín recibe luz verde tras nueve años
28 de abril de 2020
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El nuevo aeropuerto internacional de Berlín, BER, recibió este martes (28.04.2020) el permiso de uso de las autoridades competentes, lo que permitirá su inauguración el 31 de octubre, nueve años después de lo previsto por reiterados problemas técnicos. La terminal del futuro aeródromo, que deberá sustituir a los dos que actualmente operan en la capital alemana, recibió el visto bueno de la autoridad de obras públicas del distrito de Schönefeld, en las afueras de Berlín.
El BER, que debería haber entrado en funcionamiento en 2011, ha sufrido todo tipo de contratiempos por cuestiones técnicas, entre ellas las derivadas de la instalación de un sistema de extracción de humos y del de protección contra incendios que resultó defectuosa. El proyecto arrancó en 2006 y el objetivo era sustituir los tres aeródromos que durante décadas funcionaron en paralelo en la ciudad -Tegel, en el antiguo sector oeste; Tempelhof, en pleno casco urbano; y Schönefeld, en la mitad este-.
El viejo aeropuerto de Tempelhof -utilizado ya bajo el nazismo, durante la división alemana y también en la primera fase tras la reunificación- quedó fuera de servicio en 2008 y se ha convertido en un espacio abierto al ocio ciudadano. Los otros dos siguen en funcionamiento, pese a que han quedado obsoletos.
Los contratiempos acumulados en la construcción del BER y los problemas de sobrecostes generados han sido motivo de escándalo persistente en la capital y sucesivos relevos en su cúpula directiva. La noticia de su posible apertura el próximo octubre coincide con el peor momento para el transporte aéreo mundial, como consecuencia de los estragos causados por la pandemia de la COVID-19 en ese sector y el del turismo.
La actividad tanto en Tegel como en Schönefeld se ha reducido a un 5 por ciento de lo habitual, en medio de las restricciones impuestas a los viajes a escala tanto alemana como internacional. (EFE)
Nuevo aeropuerto de Berlín: más de una década de contratiempos
Desde la primera piedra, hace 13 años, errores de planificación, defectos de construcción y un largo etcétera han retrasado sin fin la apertura de un nuevo aeropuerto en Berlín. En DW repasamos las peores fallas.
Imagen: picture-alliance/dpa
El cuento de nunca acabar
Debía abrir el 30 de octubre de 2011. Pero no. Para empezar, la empresa que lo planificaba quebró. El gran día se pospuso ya cinco veces: por el sistema de protección contra incendios que no funcionaba, porque el techo amenazaba con colapsar... Decenas de miles de fallas retrasaron el proyecto estrella del aeropuerto Willy Brandt en Berlín (BER). Ahora, aseguran que abre en 2020.
Imagen: picture alliance/dpa
Alto riesgo de incendio
Es cierto que las reglas alemanas de protección contra incendios son estrictas, pero las grandes deficiencias del aeropuerto de Berlín no pueden justificarse con la burocracia excesiva. El sistema de ventilación, por ejemplo, no funcionó inicialmente por un error de los arquitectos: habían pretendido derivar el humo por debajo de los pasillos del aeropuerto, y hubo que hacer grandes cambios.
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Ensalada de cables
En términos de seguridad, los muchos cables que se colocaron sin contemplaciones, unos sobre otros, generaron gran preocupación. Con la expansión de la terminal, diversas compañías fueron colocando cada vez más cables en las líneas, hasta que estas finalmente se saturaron. Esto, generó un peligro de incendio. Sobre todo, porque la mayoría de los cables se tendió completamente al azar.
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Escaleras mecánicas muy cortas
Quien termina un vuelo transatlántico, desea llegar a casa lo más rápido y cómodamente posible. Desafortunadamente, para quienes quisieran tomar el tren, eso significaría: cargar maletas. Las escaleras mecánicas de la terminal de llegadas a la estación subterránea quedaron demasiado cortas. Faltaron algunos pasos. Inicialmente, también se planearon pocas y demasiado pequeñas cintas de equipaje.
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Más de 1000 árboles mal plantados
Por si fuera poco, 1036 árboles se plantaron mal. La razón: según informes de prensa, los jardineros encargados ordenaron especies equivocadas. Tilo de invierno alemán no estilizado debían ser, pero fueron holandeses y estilizados. Unos 600 de estos árboles fueron arrancados de nuevo.
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Espacios mal señalizados
Casi uno de cada tres de los 4.000 espacios estaba mal etiquetado. En las puertas colgaban números equivocados. La razón: nuevamente, dificultades de comunicación. Todo se fue reprogramando constantemente, sin nadie que tenga en mente los cambios exactos. Esto podría haber terminado peligrosamente: los bomberos, la policía y los médicos de emergencia necesitan una señalización confiable.
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Desastre en la planificación de costos
Debía convertirse en el atractivo aeropuerto de una atractiva metrópolis mundial. Pero está por ver si aún puede ganarse ese prestigio. Una cosa está clara: los costos fueron ampliamente mal calculados. Al final, el megaproyecto costará más del doble de lo estimado: oficialmente, los costos han aumentado de 2.000 millones a 5.400 millones de euros, desde que comenzó la construcción.
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Soborno y falsos diplomas
Y hasta eso: se dice que el exjefe de tecnología del aeropuerto recibió alrededor de medio millón de euros en sobornos. Ya fue condenado. Además, resultó que el jefe de planificación del sistema de protección contra incendios no era un ingeniero graduado, sino un dibujante técnico. Para los críticos, este manejo del personal es la causa principal de la debacle del BER.
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El próximo, por favor
A los responsables del proyecto no les debe quedar ya humor alguno. En tres años, cuatro gerentes de aeropuertos tuvieron que quitarse del camino. El Senado de Berlín investiga la debacle a través de un comité especial creado para estos efectos. Parece un chiste, como todo lo demás, pero no lo es: en el informe final se habla de "pérdida colectiva de contacto con la realidad".