Amazonía: En 2018 se perdió bosque tan grande como España
8 de diciembre de 2020
Un nuevo Atlas de la Amazonía presentado este martes en Quito servirá para enfrentar la galopante deforestación, el impacto de la minería ilegal y los incendios, dice directora de EcoCiencia.
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Así lo señaló Carmen Josse, directora de la fundación ambientalista EcoCiencia, que forma parte de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg), que monitorea desde hace varios años la situación ambiental de la selva, y que presentó su "Atlas Amazonía Bajo Presión".
Amazonía le presta "servicios ambientales” a toda la Humanidad
Para Josse, es momento de unir fuerzas para buscar alternativas y opciones de desarrollo sostenible "que no acaben con los servicios ambientales que nos presta la Amazonía a toda la Humanidad". Según Josse, si bien hay entidades regionales que trabajan con ese objetivo, como la Organización del Tratado de la Cuenca Amazónica, no ha habido acciones efectivas que permitan encontrar soluciones a las grandes presiones que someten a la región.
La investigación asegura que, pese a que 2003 fue el peor año para los bosques de la Amazonía por la deforestación, con una pérdida de 49.240 kilómetros cuadrados, se ha notado una aceleración de esa amenaza desde 2015. Sólo durante 2018 se deforestaron 31.269 kilómetros cuadrados de bosques en toda la Amazonía, "la mayor deforestación anual desde ese máximo de 2003", precisa el estudio.
Asimismo, señala que entre 2000 y 2018, el avance de la deforestación en la región amazónica acumuló la pérdida de 513.016 kilómetros cuadrados de bosque nativo, un territorio equivalente a la superficie de España.
En el Atlas se han identificado 4.472 localidades amazónicas que estarían siendo afectadas por la minería ilegal, la misma que ejerce efectos nocivos sobre la tierra y los ríos. Más de la mitad de esos puntos se encuentran en Brasil (53,8 %), mientras que en Venezuela esa tasa llega al 32 %, revela el Atlas, que añade que el 13 % de la superficie amazónica ha estado expuesta a incendios desde 2001 (1,1 millones de kilómetros cuadrados). Raisg sostiene que, en promedio, desde 2001, se han quemado anualmente 169.000 kilómetros cuadrados de la selva amazónica.
jov (efe, raisg)
El Amazonas: sí es posible explotarlo, sin destruirlo
Sus habitantes dan ejemplo de sostenibilidad al cosechar frutos y extraer aceite para la industria cosmética. El proyecto abarca toda la cadena de producción, desde la recolección y el procesamiento hasta el transporte.
Imagen: Bruno Kelly
Conservación y uso sostenible
La Reserva Extractiva del Juruá Medio fue creada oficialmente el 4 de marzo de 1997. Cubriendo 28.700 kilómetros cuadrados, la reserva ocupa un tercio del municipio de Carauari, Amazonas. La unidad de conservación solo puede ser utilizada por las poblaciones extractivistas tradicionales. Se permite la agricultura de subsistencia y el uso sostenible de los recursos naturales.
Imagen: Bruno Kelly
Lucha por la libertad
En el pasado, la región fue un importante centro proveedor de látex, la materia prima del caucho. En manos de los jefes (los autoproclamados dueños de la tierra), los recolectores de caucho trabajaban en condiciones comparables con la esclavitud. Raimundo Pinto de Sousa, de 68 años, es uno de los líderes pioneros que, inspirado por Chico Mendes, buscó la libertad y creó la Resex.
Imagen: DW/B. Kelly
El bosque como proveedor
Cerca de 2.000 residentes viven en las 14 comunidades de la Resex Médio Juruá. La mayoría trabaja recolectando semillas de andiroba y murumuru en el bosque. De marzo a junio, es posible recoger hasta 70 kilos de murumuru por día y por persona. La familia de Eulinda es una campeona en la comunidad de Nova União.
Imagen: Bruno Kelly
Logística en la selva
La compra de las semillas la realiza la Cooperativa de Desarrollo Agro-Extrativista y de Energía del Medio Juruá, fundada por los recolectores. Un barco visita las comunidades para recoger toda la producción, que es transportada por los residentes a la planta de procesamiento. Es necesario superar varias dificultades a través del bosque para hacer el transporte.
Imagen: Bruno Kelly
De la semilla al aceite
Las semillas de andiroba y murumuru se procesan en la planta de la comunidad de Roque, la más grande de Resex. Después de pasar por un proceso de secado, las semillas son prensadas hasta que el aceite fluye a través de la máquina. La unidad se está trasladando a un nuevo cobertizo, construido con recursos del Fondo Amazónico.
Imagen: Bruno Kelly
De Juruá para el mundo
El aceite de andiroba y la mantequilla de murumuru producidos se almacenan en cubos apropiados. Hasta que llega al punto de eliminación, los paquetes son transportados de nuevo a través del bosque por los residentes. Después del procesamiento, las semillas recogidas por los extractivistas se transforman en productos de belleza en la industria cosmética.
Imagen: Bruno Kelly
Protección de las tortugas
Antes de que existiera la Resex, Francisco Mendes da Silva, de 63 años, era leñador y estaba en contra de la creación de la reserva. Pero cambió de opinión y desde hace 18 años actúa como monitor en una de las playas de conservación de Juruá, llamada Junta. En Manariã, cerca de 60 mil crías son liberadas a la naturaleza cada año, según Silva, que enseña el oficio a su hijo, João Pedro, de 16 años.
Imagen: Bruno Kelly
Agricultura de subsistencia
En todas las comunidades de la Resex Médio Juruá, la mandioca o yuca es un importante cultivo. La producción de harina suele reunir a las familias y entretener a los niños, que acompañan a sus padres cuando no están en la escuela. El excedente se almacena en el comedor de economía solidaria de las comunidades y se vende en la ciudad.
Imagen: Bruno Kelly
Acceso al conocimiento
Rodeados por la selva amazónica, 43 estudiantes de varias comunidades de los alrededores asisten al primer curso de educación superior que se ofrece en la región: pedagogía. El proyecto experimental, basado en la Reserva de Desarrollo Sostenible de Uacari, es una asociación entre varias instituciones y fue financiado por Capes.
Imagen: Bruno Kelly
Río Juruá
El Río Jaruá nace en la cordillera de Contamana, en Perú, a 453 metros de altitud, atraviesa el estado de Acre y desemboca en el río Solimões, Amazonas. Es considerado uno de los más sinuosos del mundo, con más de 3 mil kilómetros de extensión. La variación de nivel del Juruá alcanza los 12 metros entre la temporada de inundaciones, de diciembre a julio, y la sequía.