Liberation, de París: "Lula es un buen socialdemócrata, que quiere salirse de las lógicas simplistas (del crecimiento desbocado y de la total renuncia al crecimiento por consideraciones ecológicas). Él predica recurrir a las bioenergías renovables, en lugar de a las materias primas fósiles y limitadas que yacen en lo profundo de la tierra. De esta manera reconcilia la defensa del medio ambiente con el desarrollo a nivel mundial. Al mismo tiempo, Lula ve en los biocombustibles una rehabilitación del trabajo de los campesinos y una solución sobre la base de la ciencia más moderna. Se discutirá si sus propuestas son realistas, si tendrán consecuencias indeseadas o si su aplicación será difícil. Pero, poco a poco, los gobiernos más sensatos están apoyando su equilibrado concepto. Un eje Europa- Latinoamérica surge ante nuestros ojos. Esa es una buena noticia."

Relación cargada de futuro

El País, de Madrid: "Sería un interesante partido de fútbol, pero se trata de una no menos apasionante asociación estratégica la que ayer inauguraron en Lisboa el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el de turno de la UE, el primer ministro de Portugal, el socialista José Sócrates, junto al también luso Duaro Barroso, de la Comisión Europea. (...) Esta nueva relación estratégica con la UE está cargada de futuro, aunque no conviene que disminuya el acuerdo que la Unión está intentando concluir con Mercosur (entre o no la Venezuela de Chávez, poco importa), y que Sócrates y Lula consideran una "prioridad inmediata". Anoche acudieron a Lisboa para cenar con Lula junto al presidente y al primer ministro de Portugal, Zapatero, Sarkozy y Prodi. Se perfila así una nueva configuración en el sur de Europa interesada en Brasil y América Latina. Si actúa como vanguardia para impulsar las relaciones, cumplirá su cometido. Si lo que refleja es que los otros socios de la UE no se interesan por esa parte de lo que también cabe llamar relaciones transatlánticas, estaremos avanzando hacia una Europa más descoyuntada".

La voz de los países en vías de desarrollo

Trouw, de Holanda: "Atrás han quedado los tiempos en que el Viejo Mundo podía determinar cómo los países en desarrollo debían organizar su política financiera y económica. Si el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional quieren conservar su importante papel, tendrán que estar abiertos al diálogo y tomar en serio a las economías emergentes. El nombramiento de alguien que no fuera estadounidense para dirigir el Banco Mundial habría sido una excelente señal en esa dirección. El argumento también se entendió en Europa, cuando Wolfowitz tuvo que irse. Pero volvió a olvidarse ahora que está en juego la jefatura del FMI y Europa sigue reclamando como antes su prerrogativa de quedarse con el cargo. (...) Europa debería aprovechar la oportunidad para demostrar que -a diferencia de los estadounidenses- comprende que ha llegado a su fin la supremacía del Viejo Mundo. Más que nunca es de interés del mundo entero otorgar a los países en vías de desarrollo y las economías emergentes una voz en las instituciones financieras internacionales."