Evelyn Hernández vuelve a juicio por abortar en El Salvador
16 de julio de 2019
En febrero pasado la Corte Suprema de Justicia anuló una sentencia de 30 años de prisión por homicidio agravado. Ahora la salvadoreña es acusada de homicidio culposo.
Imagen: AFP/Getty Images/M. Recinos
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La salvadoreña Evelyn Hernández, liberada en febrero al anularse la sentencia a 30 años de cárcel por homicidio agravado tras parir en su casa a un bebé presuntamente muerto, volvió a juicio este lunes (15.07.2019) por ese caso, ahora acusada de homicidio culposo.
"Este día se ha instalado el nuevo juicio en contra de Evelyn, vamos a luchar por su libertad pues es inocente del delito que se le imputa", dijo a la prensa una de las abogadas defensoras de Hernández, Bertha Deleón. El nuevo juicio tiene lugar en una sala del Centro de Justicia en la localidad de Ciudad Delgado, en la periferia noreste de San Salvador.
En febrero pasado la Corte Suprema de Justicia anuló una sentencia de 30 años de prisión por homicidio agravado a Hernández, de 21 años, quien tras haber permanecido 33 meses en la cárcel, afronta el nuevo juicio en libertad.
Deleón explicó que en el nuevo juicio la Fiscalía General de la República (FGR) decidió "cambiar la tipificación del delito" en contra de Hernández, quien ya no es acusada de homicidio agravado -con dolo y premeditación-, sino de homicidio culposo -por negligencia-, que es sancionado con una pena menor.
"Hoy es homicidio culposo, pero la Fiscalía no ha presentado las pruebas con las que fundamenta esa acusación, creo más bien que es una acción desesperada porque no tienen un caso en contra de Evelyn", sostuvo Deleón.
Antes de que iniciara el nuevo juicio Hernández se declaró inocente. "Yo confío en Dios que saldré bien [de este juicio], yo sé que vienen buenas cosas para mí, soy inocente", sostuvo la joven, que afronta la posibilidad, en el eventual caso de ser encontrada culpable en el nuevo juicio, de ser condenada a una pena de entre 10 y 20 años de prisión.
Fuerza Latina - Morena Herrera: "Despenalizar el aborto"
26:06
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El artículo 133 del Código Penal salvadoreño establece una pena de 2 a 8 años por aborto. Sin embargo, fiscales y jueces tipifican los casos de aborto o incluso la pérdida del bebé como "homicidio agravado", un delito penado con 30 a 50 años de prisión.
Una veintena de mujeres permanecen encarceladas por abortos en El Salvador, muchas de las cuales sufrieron emergencias obstétricas y al buscar asistencia en hospitales públicos fueron denunciadas bajo una severa legislación que prohíbe la interrupción del embarazo en todas sus formas.
eal (afp, efe)
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El Salvador: de expandilleros a panaderos
Vivir en una banda criminal es sinónimo de peligro. En El Salvador las armas y las drogas eran el pan de cada día de Wilfredo Gómez. Después de diez años cambió su vida de delincuente para volverse panadero.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Un cambio profundo
Estas manos solían contrabandear drogas y armas para la temida banda criminal "18th Street Gang", ahora amasan harina de pan en El Salvador. La panadería de la iglesia Eben-Ezer, en la capital salvadoreña, es dirigida por un exmilitante. En la foto, Wilfredo Gómez hornea pan junto con otros diez antiguos integrantes de la banda criminal. Esta es la base con la que comienzan una nueva vida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Grandes costos
Llevar las cuentas y otro tipo de papeleos es su nuevo oficio. El joven se unió a la pandilla "18th Street Gang" cuando era todavía un adolescente. La banda presenta estructuras parecidas a las de las mafias y es una de las más conocidas de las llamadas Maras. Gómez dice que fue atraído por las armas, las mujeres y el sentimiento de pertenencia a un grupo.
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Con la ayuda del Señor
El exmilitante Julio Marroquín renunció a su pasado en bandas criminales y ayuda en el servicio de la iglesia de Eben-Ezer. Para desertores como él, la iglesia en Dina, un barrio de San Salvador, es un lugar de refugio. Para los exintegrantes de estas bandas criminales no es fácil encontrar un trabajo o un lugar para vivir. La iglesia le provee a Julio un lugar para dormir y comida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Marcados de por vida
Roberto Renderos también salió de la banda criminal. Sus llamativos tatuajes hacen que su pasado salte a la vista y también despierte sospechas frente a las autoridades policiales. En octubre la policía arrestó a los panaderos expandilleros porque sospechaba que habían formado una asociación ilegal. La razón: sus tatuajes. Sin embargo, los sospechosos salieron libres sin cargos en su contra.
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Borrar el pasado
En la banda, Raúl Valladares era conocido bajo el apodo de "La Sombra". Para él, su nombre al igual que sus tatuajes de "18th Street Gang" en su cara hacen parte del pasado. Ahora sus tatuajes son removidos con un láser, a pesar de que la banda criminal amenaza de muerte a quien se quite los tatuajes.
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La panadería de los sueños
"Yo perdí mi casa, mi mujer, mi hijo y los mejores años de mi vida persiguiendo una ideología sin sentido", manifestó Wilfredo Gómez acerca de su tiempo como pandillero. A los otros desertores les pasó lo mismo. En la panadería no solo se prepara pan, sino también se fabrican nuevos sueños. "Algún día vamos a tener nuestro propio negocio y vamos a competir con las pizzerías", dice.