Museo sobre el mundo fantástico de Hans Christian Andersen
Philipp Jedicke
29 de junio de 2021
En Odense, Dinamarca, un nuevo museo, diseñado por el famoso arquitecto Kengo Kuma, da vida a los cuentos de Andersen.
Publicidad
Sus fuentes fueron cuentos populares, desde la Antigüedad hasta la Edad Media, de Escandinavia, Alemania o Grecia. Leyendas, hechos reales y fenómenos naturales también sirvieron de inspiración al popular escritor danés. Entrelazó con éxito los más variados temas e influencias para crear cuentos que se siguen leyendo hasta hoy. Nació en 1805 en el seno de una familia muy humilde. Pocas personas saben que Andersen también escribió poemas, dramas, novelas y diarios de viaje.
A Andersen le gustaba mucho viajar, sobre todo a Alemania, donde vivían sus amigos y mecenas Friederike y Friedrich Anton Serre y donde se dio a conocer antes de alcanzar la fama en su propia tierra natal. Andersen murió a la edad de 70 años en Copenhague como un autor conocido internacionalmente. En la casa donde nació, hay un museo adjunto, que fue hasta hace poco un lugar de peregrinaje para los amantes de su historias. Este 30 de junio de 2021, se inaugura un museo en su honor en su ciudad natal, Odense, el "H.C. Andersens Hus".
Publicidad
Más de 5.000 metros cuadrados
La historia de su vida se mostrará aquí de manera novedosa, y el mundo de Andersen cobrará vida a través de los sentidos. El paisaje, la arquitectura y el diseño moderno se entrelazan. El "H.C. Andersens Hus" fue diseñado por el arquitecto estrella japonés Kengo Kuma y su equipo, quienes también son responsables del nuevo Estadio Olímpico de Tokio. Los más de 5.000 metros cuadrados invitan a sumergirse en el mundo de Andersen. Dos tercios del museo son subterráneos, y encima se halla un jardín de cuento de hadas.
La intención del arquitecto japonés Kengo Kuma y su equipo no es "comunicar sobre Andersen, sino como Andersen", según el comunicado de prensa del museo. La naturaleza exterior y el mundo interior del museo se comunican entre sí. En el edificio del museo subterráneo, por ejemplo, se puede ver el cielo a través de un lago artificial, como en la sirenita del cuento.
El "Jardín Mágico", diseñado por arquitectos paisajistas, está insertado en el paisaje urbano de Odense y está destinado a convertirse en un espacio público. Se supone que los colores, las plantas y los olores le aporten "conflicto entre la armonía y el caos", como en los cuentos de Andersen. Las zonas inundadas de luz se alternan con árboles extraños o setos cortados en ángulo recto: lo encantador junto a lo siniestro, típico en la narrativa del autor danés.
Doce artistas internacionales han creado obras exclusivas para el interior del museo. La autora danesa Kim Fupz Aakeson y su colega estadounidense Daniel Handler, alias Lemony Snicket, apuestan por varias experiencias auditivas. La compositora Louise Alenius inerpretó musicalmente los cuentos "El ruiseñor", "La reina de las nieves", "El patito feo" y "La sirenita".
Inspirada en la golondrina del cuento de hadas "Pulgarcita", Veronica Hodges creó una enorme instalación de papel. Otro artista, el brasileño Henrique Oliveira, colocó una enorme instalación con un árbol, inspirada en el cuento "El yesquero". El artista y director de cortometrajes Timothy David Orme, por su parte, invita a realizar un recorrido cinematográfico de animación por el mundo fantástico de Andersen.
El escritor nunca se vio a sí mismo como el "tío de los cuentos de hadas". Para él era importante que los elementos socialmente críticos o satíricos de sus cuentos, que incorporó conscientemente para lectores adultos, tuvieran un papel propio. Por eso no es de extrañar que el museo cuente también con una zona infantil. Se trata de un estudio llamado "Ville Vau", donde los niños pueden participar en talleres y desahogarse creativamente, y puedan experimentar con los motivos de sus cuentos de forma lúdica.
(rmr/ers)
Hamelín, la ciudad del flautista
La ciudad de Hamelín, en la Baja Sajonia, es el escenario del famoso cuento de hadas alemán, que tiene aquí su origen. Él es la seña de identidad de una ciudad que encanta con su estilo medieval.
Imagen: Hameln Marketing und Tourismus GmbH
Casco histórico
A más de treinta idiomas ha sido traducido el cuento de “El flautista de Hamelín”. Quien pasea por el muy bien conservado casco histórico de la ciudad, descubre a cada paso resonancias suyas. El paisaje urbano se caracteriza por las numerosas casas de entramado de madera y los edificios representativos de estilo renacentista.
Imagen: DW / Nelioubin
La Casa de Bodas
Como por ejemplo la Casa de Bodas en el histórico mercado de caballos. Construida en piedra arenisca entre 1610 y 1617, fue lugar de festejos para la ciudadanía de Hamelín. Hoy en día alberga la oficina del Registro. El carillón tiene 37 campanas que a diario, a las 9.35 h, interpretan la canción del flautista, haciendo sonar eso de “Caminando, ah, caminando, a través de montes y valles”.
Imagen: DW / Nelioubin
La figura...
En la fachada del edificio se abre tres veces al día una puerta de bronce por la que pasa la figura del flautista: en 1284 llegó un hombre extraño a Hamelín, que se hacía pasar por cazador de roedores. La ciudad le prometió una gran recompensa si conseguía eliminar su plaga de ratas. Él tocó su flauta y estas lo siguieron hasta ir a parar al río, donde se ahogaron.
Imagen: DW / Nelioubin
...del flautista
Los de la ciudad no quisieron pagar al flautista su recompensa. Así que regresó y volvió a tocar su flauta. Pero esta vez fueron los niños de Hamelín los que se siguieron. Desaparecieron sin dejar rastro. Un castigo cruel para la ciudad. Este grabado de madera de 1890 sobre una pintura del artista alemán Gustav Spangenberg muestra la salida de los hijos.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Museo de Hamelín
La leyenda probablemente tenga un origen histórico. Se cree que los hijos eran jóvenes hamelinienses reclutados por los señores feudales para su reasentamiento en el Este. El Museo de Hamelín expone textos históricos que recogen tradiciones orales sobre la historia de la ciudad. Está alojado en dos muestras del Renacimiento local: la casa de los escribas y la Leisthaus.
Imagen: picture-alliance/dpa
Joyas arquitectónicas
Las fachadas de ambas casas están ricamente decoradas con columnas, cornisas, obeliscos y figuras. Construida en el siglo XVI por un patricio tratante de grano, la Leisthaus se adorna con esta figura de Lucrecia, símbolo de la virtud y la belleza. Ya desde 1912 se aloja ahí el Museo de la ciudad de Hamelín.
Imagen: DW / Nelioubin
La Casa del Flautista
Un recorrido por el casco antiguo lleva inevitablemente a la Casa del Flautista de Hamelín, también una esplendorosa construcción renacentista. Se llama así desde el año 1900 debido a una inscripción en una viga a un lado de la casa. En ella se habla de un silbador “de coloridos ropajes" que una vez se llevó a 130 niños.
Imagen: picture-alliance/dpa
'Merchandising' de la rata
En cada esquina encontramos 'souvenirs' de la ciudad para los visitantes. Hamelín ha adoptado al flautista como su marca de identidad y todo lo relacionado con la leyenda supone un éxito de ventas: desde la absenta, rebautizada como "matarratas", o el conocido licor de hierbas Rattentrunk, hasta los camisetas o el material de oficina con su imagen impresa.
Imagen: DW / Nelioubin
Representación al aire libre
La leyenda de El Flautista de Hamelín cobra vida todos los domingos, desde mayo a mediados de septiembre. Ochenta personas, entre adultos y niños, se enfundan sus disfraces para recrear la historia en una representación al aire libre que inunda durante media hora el casco antiguo de la ciudad. El espectáculo gusta mucho a los dos mil visitantes de media que se acercan cada domingo a verlo.
Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb
Vista panorámica
El río, al que se supone que el flautista atrajo a los roedores, es el Weser. Pasa por mitad de la ciudad. Por la noche, se disfruta desde el monte Klut de una vista fabulosa. Hamelín es, gracias a la historia del flautista, parte de la extensa tradición alemana de los cuentos de hadas.