El nuevo secretario general de Naciones Unidas, el portugués António Guterres, trazó en su primer día en el cargo un oscuro panorama de la situación política e instó a los Gobiernos a la paz, el diálogo y el respeto.
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"Todo a lo que aspiramos como familia humana -la dignidad y la esperanza, el progreso y el bienestar-, depende de la paz. Pero la paz depende de nosotros", dijo este domingo (1 de enero de 2017) el ex primer ministro japonés y ex comisario de la ONU para los refugiados, que toma el relevo del surcoreano Ban Ki-moon.
Según declaró Guterres, le preocupa sobre todo una cuestión: cómo ayudar a las millones de personas que sufren la guerra sin que haya visos de que ésta acabe. "Mujeres, niños y hombres son asesinados y heridos, desplazados y asolados por la pobreza". Incluso se atenta contra convoys humanitarios y hospitales, criticó sin mencionar expresamente Siria.
"Nadie gana estas guerras"
"Nadie gana estas guerras, todos pierden. Billones de dólares se emplean en destruir sociedades y economías, alimentando ciclos de desconfianza y miedo que pueden prolongarse durante generaciones", agregó.
Guterres apeló a ciudadanos y Gobiernos de todo el mundo a convertir la paz en el primer propósito de Año Nuevo: "Desde la solidaridad y la compasión en nuestro día a día al diálogo y el respeto entre las diferencias políticas. Desde los ceses del fuego en el campo de batalla a los acuerdos en la mesa de negociación para lograr soluciones políticas", declaró.
Como por regla general la sede de Naciones Unidas permanece cerrada el fin de semana y en Estados Unidos la festividad del 1 de enero se traslada al lunes, Guterres no se instalará hasta el martes en su oficina. El nuevo secretario general de la ONU, de 67 años, está considerado un eficaz negociador y habla fluidamente cuatro idiomas.
CP (dpa, rtr)
Yemen, una guerra civil olvidada (09.2016)
Los choques entre las tropas leales al Gobierno y los rebeldes hutíes en Yemen causan decenas de víctimas cada día, sin que la comunidad internacional parezca conmoverse demasiado.
Imagen: Reuters
Conflicto de larga data
Si bien la guerra civil de Yemen comenzó formalmente en 2014, los choques entre los hutíes del norte del país y el Gobierno central tienen una larga historia. En esos enfrentamiento, los rebeldes incluso incursionaron en territorio saudita. Durante el mandato del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, la situación empeoró, con los hutíes luchando abiertamente para tomar el poder.
Imagen: AFP/Getty Images/M. Huwais
Un presidente en problemas
El presidente Abdo Rabu Mansur Hadi intentó dialogar con los hutíes, que se acercaban a la capital, Saná. Finalmente los rebeldes tomaron la ciudad en septiembre de 2014 y obligaron al mandatario a negociar un acuerdo. El Gobierno presentó una propuesta para dividir en regiones con cierta autonomía, pero los insurgentes la rechazaron. En enero de 2015 Hadi renunció y fue confinado a su residencia.
Imagen: picture-alliance/C. Court
Vía libre para los hutíes
Los hutíes finalmente atacaron el Palacio de Gobierno y el Parlamento. Poco después, Hadi escapó de su residencia en Saná y viajó a Adén, antigua capital de Yemen del Sur, donde estableció provisoriamente a su Gobierno. En un discurso, declaró ilegítimo el golpe de Estado perpetrado por los insurgentes y aseguró que seguía estando al mando del país.
Imagen: Reuters/K. Abdullah
Toma del poder
En una demostración de que el poder en realidad lo tenían ellos, los hutíes realizaron una ceremonia en Saná para anunciar una nueva Constitución, la disolución del Parlamento para ser reeemplazado por un consejo nacional de 551 miembros y la formación de un consejo presidencial que guiaría los destinos del país.
Imagen: picture-alliance/dpa/Str
Arabia Saudita interviene
El 25 de marzo de 2015, a solicitud del Gobierno reconocido internacionalmente de Yemen, Arabia Saudita comenzó la "Operación Tormenta Decisiva", una serie de misiones aéreas que buscan debilitar las posiciones de los hutíes, que a esas alturas ya cercaban la nueva sede del Ejecutivo de Hadi, en Adén. Una coalición árabe da sustento a esta operación militar.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Pachoud
Ataques indiscriminados
Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la ONU han acusado a Arabia Saudita de cometer crímenes de guerra en Yemen, pues muchas veces los objetivos de sus bombardeos son los civiles. Lo de Yemen es, también, una extensión de una lucha de potencias regionales, pues los hutíes son respaldados por Irán, mientras que el Gobierno de Hadi cuenta con el apoyo de Riad.
Imagen: Reuters
Un enviado especial impotente
La ONU encargó a Ismail Ould Chekh Ahmed que mediara entre las partes en conflicto de Yemen para alcanzar un acuerdo que terminara con los bombardeos y aliviara la crítica situación de la población civil, que pasa hambre y carece de atención médica. Ha habido ceses de las hostilidades, pero suelen ser violados por ambos bandos. El trabajo del enviado ha sido arduo e infructuoso.
Imagen: picture-alliance/Xinhua/Xu Jinquan/
Diálogos de paz en Kuwait
El último intento serio por lograr un acuerdo para conformar un Gobierno de transición formado por miembros de los hutíes y del Ejecutivo de Hadi se realizó en Kuwait. Pero los desacuerdos no se superaron y el 7 de agosto de 2016 las conversaciones concluyeron, sin lograr avances. Además de la guerra, los encontrones políticos entre ambos bandos no han cesado desde entonces.
Imagen: Reuters/M. al-Sayaghi
Condena internacional
En esta guerra han sido bombardeados hospitales, escuelas, barrios completos y, en la última masacre perpetrada por los aviones sauditas, un funeral. El 8 de octubre de 2016, los cazas de la coalición atacaron Saná, impactando en una ceremonia fúnebre, matando a más de 150 personas. La acción ha sido condenada transversalmente y Arabia Saudita prometió investigar el caso.