El movimiento, de magnitud 6,4, golpeó a la provincia de Hatay, la más afectada por los sismos del pasado 6 de febrero. También se sintió en Líbano y Egipto.
Publicidad
Un nuevo terremoto azotó este lunes (20.02.2023) a la zona fronteriza entre Siria y Turquía, la misma que hace exactas dos semanas sufrió dos fuertes movimientos telúricos que destruyeron decenas de miles de hogares y causaron la muerte de al menos 47.000 personas en ambos países, 41.000 de ellas en Turquía.
Los primeros reportes de las autoridades turcas afirman que se trató de un sismo de magnitud 6,4. Testigos en la ciudad de Antakya reportaron daños en los edificios que permanecían en pie tras los sismos 7,8 y 7,5 del pasado 6 de febrero, así como escenas de pánico entre quienes ahora pernoctan en tiendas de campaña.
El epicentro del sismo, el más fuerte de los miles registrados en las últimas semanas, fue localizado en el distrito de Defne (provincia de Hatay), a 2 kilómetros de profundidad, según el Centro Sismológico Europeo Mediterráneo (EMSC) y fue sentido también en Egipto y Líbano.
Heridos y colapso de edificios
Las autoridades presentes en las ciudades afectadas, donde seguían las labores de remoción de escombros y búsqueda de cuerpos tras los terremotos de hace dos semanas, llamaron a la población a mantener la calma. El Ayuntamiento de Defne indicó que hubo un corte de electricidad y que toda la zona está a oscuras.
"La gente está horrorizada. Veo edificios derrumbados pero creo que no había gente dentro", dijo a la emisora HalkTV el presidente del Colegio de Arquitectos de Hatay, Mustafa Ozçelik. Sin embargo, Lütfü Savaş, alcalde de la localidad de Antakya, a unos 25 kilómetros del epicentro, aseguró que varios edificios se desplomaron con personas en su interior, presumiblemente rescatistas.
Las autoridades turcas reportaron al menos 3 personas muertas y 213 heridas por este nuevo sismo, mientras que en Alepo (Siria) 70 personas debieron ser hospitalizadas. Más tarde hubo un nuevo movimiento, esta vez de magnitud 5,8 con epicentro en Samandag, a 18 kilómetros al sur de Defne.
DZC (Reuters, AFP, dpa, EFE)
Terremoto en Turquía: los últimos sobrevivientes
Es casi un milagro: 11 días después del devastador terremoto en Turquía y Siria, que dejó más de 41.000 muertos, aún son rescatados sobrevivientes. Estas son alguna de sus historias.
Imagen: Mehmet Taha Mazi/AA/picture alliance
"La que no va a morir"
Rescate 248 horas después del terremoto: tras más de 10 días de labor, los equipos de auxilio lograron rescatar a Aleyna Ölmez, de 17 años, in Kahramanmaras. El minero Ali Akdogan, que participó en la operación, dijo a la agencia de noticias AFP: "Ella parecía estar bien. Abrió y cerró los ojos". El apellido de Aleyna, Ölmez, significa "la que no va a morir”.
Imagen: Mehmet Taha Mazi/AA/picture alliance
Ella sobrevivió, pero 250 vecinos murieron
Ese mismo día, 10 horas después, fue rescatada Neslihan Kilic, también en Kahramanmaras. En el complejo de edificios de cuyas ruinas fue sacada, murieron más de 250 personas, según CNN Turk. La mujer estaba consciente y preguntó por su familia. El marido y los hijos de Kilic aún están desaparecidos.
Imagen: Muhammed Selim Korkutata/AA/picture alliance
Siguen ocurriendo milagros
Las posibilidades de que los sepultados por escombros puedan sobrevivir bajan drásticamente después de tres días. 11 días tras el terremoto, son muy escasas. Pero personas como esta pareja no pierden la esperanza, quizás con razón: aquí, en Antakya, fue rescatado al décimo día Osmán, de 14 años. Una hora más tarde fueron salvados dos jóvenes, según dijo la ministra de Salud, Fahrettin Koca.
Imagen: Arif Hudaverdi Yaman/AA/picture alliance
El tiempo se escapa
Muchos equipos de socorro aún no se dan por vencidos. El hecho de que algunas personas puedan ser rescatadas tantos días después de la catástrofe se debe sobre todo a las condiciones meteorológicas, según dijo a dpa Ali Ihsan Ökten, vicepresidenta del Colegio Médico turco. Explicó que el metabolismo se retarda con el frío. En verano, la gente no habría podido sobrevivir tanto tiempo sin agua.
Imagen: Mahmut Serdar Alakus/AA/picture alliance
Absoluta excepción
Pero también los que todavía son encontrados ahora constituyen una absoluta excepción. En eso coinciden los expertos. Porque el frío también tiene un lado negativo: numerosas personas murieron por su causa bajo los escombros. En la foto, sobrevivientes queman libros en una fogata, para calentarse, en Hatay.
Imagen: BULENT KILIC/AFP/Getty Images
Perderlo todo
Muchas de las personas rescatadas lo han perdido todo, salvo la vida. Es lo que le ocurrió a Abdulalim Muaini (foto) quien, debilitado, hace un gesto a quienes lo salvaron, dos días después del terremoto, en Hatay. Muaini es el único sobreviviente de su familia. Bajo los escombros, muy cerca de él, estaba atrapada su mujer, Esra. Para ella, la ayuda no llegó a tiempo.
Imagen: UMIT BEKTAS/REUTERS
Un desastre tras otro
Muaini recibió atención médica tras ser rescatado. Estaba deshidratado y tenía un ojo hinchado, pero estaba consciente. Amigos suyos relataron al fotógrafo de Reuters Umit Bektas, que Muaini es de origen sirio y había escapado de Homs, debido a la guerra. En Hatay se había casado con Esra, una mujer turca con la que tuvo dos hijas, Mahsen y Besira.
Imagen: UMIT BEKTAS/REUTERS
Entre ruinas
Tras el rescate de Muaini, no estaba claro qué había ocurrido con sus hijas. Horas después se supo que no habían sobrevivido. Los cuerpos de las víctimas, envueltos en mantas, fueron colocados en el suelo, frente a su casa derrumbada. El terremoto, que costó la vida a más de 41 mil personas, destruyó también a la familia Muaini.