"Obama no quiere cambiar la situación en Siria"
1 de septiembre de 2013 Deutsche Welle: Tanto si Assad ha utilizado gas venenoso como si no, la gente se pregunta por qué habría hecho tal cosa en un escenario que, en principio, le era favorable.
John Pike: Quizá sea cierto, pero él no lo veía de esa manera. Tiene un Ejército grande, pero la mayoría de sus soldados son sunitas. Además, una gran parte de ese Ejército no es de fiar políticamente. Solo confía en unos poco oficiales. Y los pocos alauitas que gozan de su confianza deben quedarse en los cuarteles para asegurarse de que los hombres no se amotinen. Dispone de pocas fuerzas para el verdadero combate y, después de dos años de guerra intensa, poca gente de su círculo sigue teniendo la fuerza de voluntad necesaria para seguir luchando.
¿Qué va a suceder ahora? ¿Es éste el principio del fin de Assad?
No lo sé. Pero si realmente utilizó gas tóxico el pasado 21 de agosto, debemos entender por qué lo hizo. De lo contrario, sería muy difícil detener un nuevo ataque de este tipo. Hasta el momento, no he escuchado ni una sola razón, ni buena ni mala, para el comportamiento de Assad. Y si no entendemos por qué hizo algo que ha dejado estupefacto al mundo, nos encontramos en un terreno muy incierto. No comprendemos cómo una figura clave en esta guerra se comporta como lo hace. Quizá Assad ha observado que Obama no tiene una línea clara de actuación en Egipto. Podría, por lo tanto, haber perdido el miedo a EE.UU. y creer que puede salirse con la suya ante un ataque con gas tóxico.
¿Cómo valora usted el anuncio de Obama de pedir la aprobación del Congreso para una intervención?
Se trata de una autolimitación absolutamente inusual y novedosa en un mandatario estadounidense. Algo así no había ocurrido nunca antes, sobre todo en una misión militar bastante manejable, como era este caso.
Si el primer ministro británico, David Cameron, no hubiera perdido la votación en el Parlamento sobre la intervención en Siria, ¿hubiera pedido Obama al Congreso su aprobación?
Probablemente no. Estados Unidos es una república presidencial, no una democracia parlamentaria. Las cosas se hacen de manera diferente. Obama es el comandante en jefe de todas las fuerzas armadas y no puede prever el resultado de la votación en el Congreso.
¿Qué resultado tendría una intervención estadounidense en Siria? ¿Se destruirían armas químicas?
Por supuesto que no. Naturalmente que un ataque con misiles podría dañar sus centros de conmutación. Pero tengamos en cuenta también que, sorprendentemente, Assad cuenta con seguidores en Washington, porque es un baluarte en la zona que impide la expansión de Al Qaeda.
¿Realmente cuenta Assad con apoyos en Washington?
¡Sí! Son aquellos que siguen la premisa de que más vale el villano conocido que el malo por conocer. Si la posición de Assad quedara debilitada, algunos piensan que existe el riesgo de que Al Qaeda se haga con el poder. Creo que Obama busca un punto intermedio: quiere hacer lo justo para no quedar de tonto, pero en realidad no desea cambiar la situación de Siria ni derrocar a Assad.
¿De verdad piensa que a Obama no le interesa derrocar a Assad?
Hay bastante gente en Washington que no lo desea. El problema en Siria es que la mayoría de los rebeldes solo quieren defender sus propios terrenos. Y no los abandonarán para ir a luchar a otro lugar, por el bien fundado temor de que vengan los soldados de Assad para masacrar a sus mujeres y a sus hijos. Así que no hay una estructura de mando, ni algo parecido a una ejército de oposición bien organizado. En caso de que Assad caiga, existe la preocupación de que el caos impere en Siria.
El estadounidense John Pike es fundador y director del Think Tank GlobalSecurity.org. Es experto en Defensa e inteligencia y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores y dirige desde hace casi dos décadas los proyectos militares y de inteligencia de la Asociación Científica Americana.
Autor: Benjamin Knight / MS
Editor: Diego Zúñiga