El presidente de Estados Unidos y el secretario general de la alianza militar dialogaron en Washington sobre la delicada situación geopolítica que enfrenta.
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En una reunión realizada este lunes (04.04.2016) en Washington, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, conversaron sobre la actual situación que enfrenta la alianza militar, ante el surgimiento de numerosos frentes con potencial peligro para los intereses del grupo. El eje del diálogo estuvo puesto, sin embargo, en la ampliación del Estado Islámico en Libia y la lucha contra los yihadistas en Siria e Irak.
“Continuaremos cooperando de forma permanente con potenciales operaciones en lugares como Libia, donde tenemos los comienzos de un nuevo gobierno”, dijo Obama tras el encuentro, realizado en la Oficina Oval. Diversos gobiernos de Occidente han manifestado su preocupación por la expansión del EI en Libia, aprovechando el vacío de poder, mientras la coalición internacional ataca sus posiciones en Irak y Siria.
Stoltenberg, por su parte, dijo que los 28 países de la OTAN intentan encontrar la fórmula correcta para ayudar a estabilizar los países de Medio Oriente donde opera el EI. “La OTAN está lista para prestar apoyo”, dijo, destacando los progresos que suponen para Libia la formación de un gobierno de unidad nacional. También se habló de ayuda para evitar los peligrosos viajes que realizan quienes escapan de la guerra y sobre cooperación con Afganistán.
Sin mencionar a Trump
Sobre este último punto, tanto la OTAN como Estados Unidos colaboran entrenando a las fuerzas de seguridad afganas que combaten a los insurgentes talibanes. Obama destacó que este punto será más ampliamente abordado en la cumbre de la OTAN de julio, que se realizará en Varsovia. El presidente de EE. UU, agradeció el respaldo de Europa en las operaciones realizadas en Afganistán, así como valoró el rol que juega la alianza en la crisis ucraniana.
Sin responder directamente a las alusiones realizadas por el precandidato republicano Donald Trump, quien cuestionó la utilidad de la OTAN calificando al grupo como “obsoleto” y muy caro, Obama señaló que la alianza “sigue siendo el eje central, la piedra angular de nuestra política de seguridad colectiva. Stoltenberg, por su parte, evitó meterse en asuntos de política interna, pero aseguró que la OTAN “es más importante que nunca ahora tanto para Estados Unidos como para Europa”. Ninguno de los dos citó el nombre del empresario.
DZC (AFP, Reuters, EFE)
La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
Imagen: Eric Feferberg/AFP/GettyImages
El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
Imagen: picture-alliance/dpa
Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
Imagen: U.S. Navy/Getty Images
Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
Imagen: Joel Robine/AFP/GettyImages
Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.