Los nicaragüenses Vilma Núñez de Escorcia, fundadora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CIDHE), y monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y una de las voces más críticas con el régimen de Daniel Ortega, han quedado finalistas para obtener el Premio Sájarov, el galardón europeo a la libertad de conciencia.

Monseñor Álvarez fue condenado a 26 años de prisión en febrero de 2023 tras negarse a salir deportado junto con otros prisioneros políticos a quienes les fue retirada la nacionalidad. Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, entretanto van 12 sacerdotes privados de libertad; en el marco de un enfrentamiento directo con la Iglesia Católica, desde 2021 se registran 76 religiosos expulsados del país, confiscaciones de bienes y bloqueos de cuentas. Monseñor Álvarez fue apresado en agosto de 2022.

"Doña Vilma”, que fue una de las primeras magistradas en las Altas Cortes de Nicaragua y que dirigió por diez años la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), ha sido condenada por "traición a la patria”, se le ha quitado la nacionalidad y se la ha expropiado. Ambos se han negado a dejar el país, como han tenido que hacer cientos de otros ciudadanos nicaragüenses. El CENIDH fue clausurado y confiscado en 2018.

¿Por qué un Sájarov?

El Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia -galardón anual del Parlamento Europeo, dotado con 50.000 euros- se entrega en diciembre, en el pleno de la Eurocámara en la ciudad francesa de Estrasburgo. Este año, los tres finalistas son la iraní Mahsa Amini, tres activistivista por los derechos reproductivos entre las cuales está la salvadoreña Morena Herrera, y los dos opositores nicaragüenses.

"Que Vilma Núñez y monseñor Álvarez hayan quedado finalistas es un tributo a la valentía de los defensores de derechos humanos del pueblo de Nicaragua”, dice a DW Elektra Lagos, directora de la Red Internacional de Derechos Humanos. Esta organización acompaña a activistas en Centroamérica y presta asistencia humanitaria a la población nicaragüense en situación de exilio en Costa Rica.

"Que se los haya nominado para el Sájarov permite visibilizar la precaria situación de ambos, que encarnan una lucha por la libertad de expresión y el Estado de derecho. También la grave crisis que vive Nicaragua, con el cierre de 27 universidades, y con jóvenes que han visto truncada su posibilidad de estudiar”, agrega Lagos. Desde las masivas protestas del 2018, más de 3.000 organizaciones de la sociedad civil han sido clausuradas en el país, y prácticamente todo medio y organización independiente tiene que operar desde el extranjero.

Cabe recordar que el último premio Sájarov en llegar a América Latina fue el de 2017, a la oposición democrática venezolana; el primero se concedió a las  "Madres de Plazo de Mayo” en 1992. En 2002 se le otorgó al opoistor cubano Osvaldo Payá; en 2005 fueron las cubanas "Damas de Blanco” y el también opositor cubano Guillermo Fariñas, en 2010. Entre los finalistas quedó la Comisión de la Verdad de Colombia, en 2022.

En un comunicado, la FIDH afirma que "éste es un importante y simbólico reconocimiento por parte de la comunidad europea al sacrificio de estas dos personas y de todas las personas que han tenido que exiliarse, que han sido detenidas, que hoy son apátridas y las que se encuentran en difíciles condiciones en Nicaragua”.

(ers)