Objetores rusos se sienten abandonados por Alemania
18 de abril de 2024A finales de febrero de 2024, el ruso Oleg Ponomariov recibió una notificación de la Oficina alemana de Migración y Refugiados (BAMF, por sus siglas en alemán), denegándole su petición de asilo en Alemania.
Según las autoridades alemanas, en su país, Rusia, no hay nada que suponga una amenaza para él. Por ese motivo, se le instaba a abandonar Alemania en un plazo de 30 días. Ponomariov quedó sumido en la desesperación, ya que teme ser detenido, nada más ingresar en Rusia, para ser enviado a la guerra.
"La situación en Rusia está cada vez peor, es probable que las autoridades ordenen una movilización total y, tanto por mi aptitud como por mi permiso de conducir, puedo llevar vehículos militares", dice el joven.
Oleg Ponomariov llegó a Alemania en septiembre de 2022, directamente tras el anuncio de una movilización parcial en Rusia. En aquel momento, el canciller alemán, Olaf Scholz, prometió protección a aquellos ciudadanos rusos que no quisieran participar en la guerra en Ucrania.
Por ese motivo, Ponomariov solicitó asilo político en Alemania. Mientras esperaba respuesta, aprendió alemán y trabajó como voluntario en un centro de integración para rusoparlantes. Su esposa llegó después de él y también pidió asilo.
Ponomariov considera que su denegación de asilo es injusta. "Se espera de nosotros que nos manifestemos políticamente de forma activa y después se nos deniega el asilo. Según algunas leyes rusas, solo por el hecho de haber participado en protestas aquí, se nos puede enviar a la cárcel", destaca .
Oleg Ponomariov asegura haber participado regularmente en las manifestaciones antibélicas que tienen lugar ante la embajada rusa en Berlín. Por ese motivo, teme ser denunciado en Rusia por "desacreditar al Ejército ruso".
"Dicen que en Rusia estaría seguro"
Otro joven, Dmitri (nombre cambiado para proteger su identidad), huyó directamente después de la cita con la oficina militar que le correspondía. Allí le dieron unas horas para que empacara sus cosas, pero desapareció y abandonó Rusia.
Dmitri relata que, en su país natal, llevó a cabo actividades contra la guerra de forma clandestina. Por ejemplo, distribuyendo pegatinas o haciendo pintadas en la calle, pero advierte que no puede contar más. Al parecer, algunos de sus camaradas llegaron incluso a hacer disparos al aire con munición del Ejército ruso.
Según las autoridades alemanas, todo esto no es motivo para pensar que el joven corra peligro en su país. "Dicen que en Rusia estaría seguro", comenta Dmitri con sarcasmo, y agrega: "Algunos son demasiado cobardes para actuar contra el régimen de Putin, pero después llaman a los rusos a luchar contra él".
"Escasa posibilidad de ser alistado"
Rudi Friedrich es activista de derechos humanos de la asociación alemana Connection e.V., que lucha por los derechos de quienes objetan ir a la guerra, así como de los desertores de diferentes países.
Asegura que, en los últimos tiempos, ya ha visto varias notificaciones denegando asilo a rusos redactadas con textos parecidos. Friedrich explica el proceder de las autoridades alemanas de la siguiente manera: desde la perspectiva legal o de la BAMF, tiene que existir una "alta probabilidad" de persecución como requisito previo para reconocer la condición de refugiado.
"En el caso de los reclutas rusos, muy a menudo se asume que no existe tal probabilidad, aunque la persona presente documentos de alistamiento", explica Friedrich, y añade que las autoridades argumentan entonces que el alistamiento no es probable porque la persona es demasiado mayor para ello o porque hay 25 millones de reservistas que podrían ser llamados a filas. "¿Por qué habría de ser alistado precisamente usted?", es su lógica.
Se trata de un argumento estrictamente legal, que se aplica de manera poco ventajosa para los solicitantes de asilo. "En consecuencia, se arriesgan realmente a ser alistados en Rusia", dice Friedrich, quien, al mismo tiempo, recalca que el asilo en Alemania está asegurado para aquellos desertores rusos que huyan del campo de batalla.
¿Es posible la deportación a Rusia?
Ni Oleg Ponomariov ni Dmitri quieren volver a Rusia. A la pregunta de qué les esperaría en su país de origen, Dmitri responde: "Tortura, cárcel, guerra y muerte". Por su parte, Oleg Ponomariov teme la idea de despertarse un día y que la Policía llame a su puerta diciendo: "¡Vamos a Rusia!".
Actualmente, no es posible la deportación directa por falta de vuelos directos, pero ya se han producido expulsiones a Rusia a través de terceros países -como Serbia- de rusos condenados por delitos penales. "¿Qué impide a las autoridades alemanas hacer lo mismo con los objetores de conciencia?", se pregunta Ponomariov.
Ambos hombres han recurrido las decisiones del BAMF, pero sus respectivos procedimientos pueden prolongarse durante años. Mientras tanto, tienen permiso para permanecer en Alemania como solicitantes de asilo, aunque este estatus les dificulta encontrar trabajo, estudiar e incluso alquilar un piso.
(ms/rml)