En el distrito de Potsdam-Mittelmark, al oeste del Estado federado de Brandeburgo, el bosque está ardiendo. Toda la noche los bomberos lucharon contra las llamas, como aquí en Klausdorf. El fuego se produjo a unos 50 kilómetros de Berlín.

Más de 500 personas tuvieron que abandonar sus hogares debido a las llamas en el suroeste de Brandeburgo. Ahora esperan que el viento no vuelva a soplar, y que las probabilidades de lluvia se hagan realidad, y faciliten el trabajo de extinción.

En el suroeste de Brandenburgo, los habitantes de varios pueblos están amenazados por las llamas, como en esta casa, en Frohnsdorf. "Hemos tenido algunos grandes incendios forestales en la región", dijo Michael Knappe, el alcalde de la vecina Treuenbrietzen. "Pero no de la dimensión con la que el fuego se desplaza por los distintos pueblos. Eso nunca antes sucedió aquí", añadió.

También muchos ayudantes del departamento de bomberos voluntarios tratan de combatir las llamas, como se ve en la foto. Aquí, el personal de emergencia sigue trabajando. Pero no solo los incendios les están causando dificultades: las municiones siguen enterradas bajo el suelo, por lo que los bomberos no pueden moverse allí con seguridad, y dependen del apoyo aéreo.

Los aproximadamente 300 bomberos de los servicios de emergencia de Brandeburgo deben cumplir una tarea agotadora, ya que no pueden dejar de combatir el fuego de los incendios forestales. Pero, de vez en cuando, también necesitan un breve descanso.

Incluso desde lugares más distantes se puede ver el humo, que ha llegado hasta Berlín, donde ya se huele el olor a quemado. Las autoridades aconsejaron a los habitantes de la capital alemana mantener cerradas las puertas y ventanas.

Por la mañana, los cuerpos de bomberos lograron contener partes del incendio. Aquí, en Treuenbrietzen los bomberos examinan las consecuencias del incendio.<br><br> Autora: Jennifer Wagner (CP)