1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Ofensiva contra oleoducto

Un nuevo estudio pone en descrédito al banco alemán Westdeutsche Landesbank, que financia la construcción de un controvertido oleoducto en Ecuador. Este provocaría daños irreversibles en la cuenca del Amazonas.

Activistas de Greenpeace protestan frente a la sede del banco Westdeutsche Landesbank, en Dusseldorf.Imagen: AP

El peritaje, realizado por un experto veterano del Banco Mundial, confirma que la construcción del oleoducto infringe siete normas ambientales de la organización mundial, estipuladas al otorgar financiamiento a proyectos de infraestructura. Robert Goodland, experto en ecología tropical, advierte que el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), atraviesa cerca de siete volcanes activos y 94 fallas geológicas que en cualquier momento podrían provocar un sismo.

Daños incalculables

Los derrames de crudo podrían provocar daños a ecosistemas únicos y especies amenazadas cuyo hábitat se encuentra en esa región. En esa zona se encuentran fuentes de agua potable que abastecen la ciudad de Quito, que en caso de derrame podrían ser afectadas. El informe denuncia a los responsables de la obra, de utilizar ‘métodos ilegales’ al construir el oleoducto. Se utilizan métodos coercitivos, abusos y amenazas contra la población indígena y mestiza para obligarla a desalojar las comunidades por donde pasa el trazo del oleoducto.

Goodland, que acaba de visitar Ecuador, no es un crítico cualquiera. Trabajó durante 25 años en el Banco Mundial, siendo él el arquitecto de los criterios y normas medioambientales y sociales, al otorgar financiamiento a proyectos de infraestructura, por parte de la organización mundial. Goodland es ahora asesor independiente. Según el experto, la mayor violación de los estándares del Banco Mundial, son las consecuencias sociales. "La policía ecuatoriana ha utilizado métodos brutales para desalojar a lugareños que se resisten a firmar el contrato que ofrece el consorcio OCP. Incluso se les amenaza de muerte", afirmó

Ingresos petroleros a cualquier costo

El oleoducto, que parte de la Amazonia ecuatoriana en el este, y concluye en el puerto de Esmeraldas, en el pacífico, tendrá una longitud de 503 kilómetros. Es el segundo oleoducto que existe en el país. Una parte del tramo correrá paralelamente al oleoducto existente, la otra cruzará regiones naturales de la cuenca amazónica ecuatoriana, una de las más amenazadas del planeta. Especialmente la reserva de Mindo, a una hora de la capital Quito, es considerada un verdadero paraíso natural por su variedad única de plantas y animales.

Para el gobierno ecuatoriano del presidente Gustavo Noboa Bejarano la construcción del oleoducto tiene prioridad absoluta, ya que el estado andino, cuya economía depende del petróleo, espera ingresos millonarios y asegurá que generará miles de nuevos puestos de trabajo. Esto, argumenta el ejecutivo, podrá ayudar a salir al Ecuador de la grave crisis económica.

Protesta unánime

Desde hace un año organizaciones ecologistas alemanas, italianas y estadounidenses, encabezadas por Greenpeace y el WWF, han criticado duramente el proyecto. También se ha sumado a las críticas la Iglesia católica, que denuncia las graves consecuencias para la población aborígen. Las ONG’s, reclaman la suspensión inmediata de los desembolos al banco alemán Westdeutsche Landesbank, que encabeza el consorcio encargado de aportar más de mil millones de dólares a la obra.

Políticos del partido de los verdes, y la ministra de Medio Ambiente de Renania del Norte Westfalia, Bärbel Höhn, se han manifestado en contra de la participación del banco en el proyecto. El banco, cuyo paquete accionario pertenece en un 42% al gobierno estatal de Renania del Norte Westfalia, sostuvo como exigencia indispensable para su participación financiera, "el total acatamiento a las estrictas normas ambientales del Banco Mundial". Hans Albers, vocero del Westdeutsche Landesbank, dijo que revisarán el nuevo informe con detenimiento.

Ir a la siguiente sección Descubra más