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Afrín: "La gente tiene miedo a morir"

24 de enero de 2018

Desde el pasado sábado, la región de Afrín en el norte de Siria está siendo atacada por aire y tierra por el Ejército turco. La situación para la gente es cada vez más dramática. Huir es casi imposible.

Türkei beginnt Offensive Operation Afrin in Syrien
Imagen: picture alliance/abaca/Depo Photos

Por fin Kamal Sido recibió un mensaje de su familia en Afrín, una región en conflicto en el norte de Siria. Todos están bien, pero la situación sigue siendo muy difícil. Mantener contacto con su hermana y su madre es una pesadilla, porque tanto las conexiones de Internet como la red telefónica no están en buen estado. Sido nació allí como kurdo sunita y trabaja en Alemania como experto en Oriente Próximo.

Desde el sábado pasado, la zona donde viven sobre todo kurdos, alevíes, yazidíes y cristianos está siendo bombardeada por tierra y aire por parte del Ejército turco. Los objetivos de la llamada "Operación Rama de Olivo" son la milicia kurda YPG, las Unidades de Protección Popular, y células del PKK, Partido de Trabajadores de Kurdistán. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos han fallecido desde el comienzo de la ofensiva militar por lo menos 100 personas, entre ellas, también civiles. El Ejército turco, sin embargo, recalcó que los ataques van dirigidos solo contra terroristas. 

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El agua potable en peligro

Para los alrededor de 324.000 personas en la zona, la situación es muy peligrosa. "La gente tiene miedo a morir", dijo Sido. Para la mayoría de las personas no existe la posibilidad de encontrar lugares seguros donde esconderse cuando hay ataques aéreos. "No hay casi nunca sótanos", dijo el historiador. Solo algunos edificios nuevos tienen búnkeres. Por eso, muchos se fueron a las montañas a buscar un escondite allí. Además, temen que el embalse en Afrín sea bombardeado, de forma premeditada o por accidente, lo que supondría una catástrofe para los ciudadanos, porque es la única fuente de agua potable de la zona.

También los alimentos escasean, también para la familia de Sido: "Lo que tenían, se está acabando". "Encontrar alimentos ahora es complicado, porque la gente no sale a la calle por miedo a los ataques aéreos. Además los precios han subido como la espuma", contó el experto en Oriente Próximo. Mientras no se cierre el espacio aéreo allí, la gente y los comerciantes no usarán la única carretera hacia Alepo y las zonas ocupadas por el régimen. La vida cotidiana se ha acabado: las escuelas están cerradas y la asistencia sanitaria es cada vez más complicada.

Imagen de los ataques de la "Operación Rama de Olivo".Imagen: picture-alliance/abaca/F. Aktas

Buscando cobijo en las cuevas

Pero no solo temen al Ejército turco, sino también a los islamistas radicales, quienes apoyan luchando al ejército para expulsar a las milicias de las zonas fronterizas más importantes. "Mi madre es una musulmana conservadora, pero no tan musulmana para Erdogan y los islamistas", explicó Sido. "Las mujeres en esa región nunca se han cubierto la cabeza al salir a la calle. Ya no será posible cuando lleguen Erdogan y los islamistas", añadió.

Irfan Ortac, presidente del Consejo Central de los Yazidíes en Alemania, no confía en el llamado Ejército Libre Sirio, que apoya en esta ofensiva militar a Turquía. El nombre puede sonar liberal, pero "no nos deberíamos dejar engañar. Se trata de yihadistas que ideológicamente no se diferencian de los yihadistas a los que se combate en Rakka y Mosul". Ortac continuó diciendo que "el mundo tiene que hacer todo lo posible para que no desaparezcan de la región ni los yazidíes ni los cristianos". El Consejo Central intenta contactar con los casi 15.000 yazidíes en Afrín. "Ocho pueblos yazidíes están en peligro", dijo Ortac. Un pueblo ya no tiene habitantes.

Huyendo de pueblo en pueblo

Sus habitantes huyeron después de que se matara a uno de ellos. La única posibilidad es huir de pueblo en pueblo, ya que "las otras vías están bloqueadas". Los parientes de Sido también cuentan que las familias se quedan en casa. A pesar del peligro que supone abandonar sus hogares, la ONU estima que como mínimo 5.000 personas están huyendo de sus pueblos. Podrían ser muchas más, si como anunció el Ministro de Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, se ampliará la ofensiva contra las milicias kurdas a otras zonas.

Stephanie Höppner (RMR/VT)

 

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