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Oficiales alemanes, a juicio por abusos

Enrique López Magallón19 de marzo de 2007

Oficiales del ejército alemán presuntamente autorizaron prácticas abusivas contra reclutas, lo que pone en duda la autoridad moral de la institución. La respuesta definitiva surgirá del juicio que comenzó hoy en Münster.

Las manos de uno de los oficiales acusados.Imagen: AP

Se trata de uno de los mayores escándalos, y también uno de los procesos legales más complicados en los que haya estado involucrado el ejército alemán en los últimos años.

La historia

Todo comenzó en el verano de 2004, cuando 18 instructores del cuartel militar Barón vom Stein, en la localidad de Coetsfeld, supuestamente sometieron a torturas y tratos denigrantes a 163 reclutas a lo largo de varios meses.

Conscriptos alemanes, en plenos ejercicios.Imagen: dpa

Estos alegan que las presuntas anomalías ocurrieron durante diversas fases de entrenamiento en la que supuestamente eran tomados como rehenes por fuerzas enemigas.

Dicen que fueron golpeados, pateados, insultados y expuestos a prácticas cercanas a la tortura, en episodios que ocurrieron entre junio y septiembre de 2004. El escándalo vio la luz pública en noviembre de ese mismo año.

¿También torturas?

Otros testimonios hablan de que, durante el simulacro, algunos conscriptos recibieron descargas eléctricas. Algunos más, de acuerdo con la versión de la parte acusadora, fueron quemados en la piel con cigarrillos prendidos.

Los acusados rechazan en lo general estas imputaciones. Dicen que los ejercicios se ciñeron en todo momento a los lineamientos estipulados por la Bundeswehr.

Existía supuestamente una palabra-contraseña, que al ser pronunciada por los reclutas daba por terminado el simulacro. Pero, según los incriminados, hubo algún tipo de confusión y las prácticas no terminaron en un momento adecuado.

Parte de la evidencia presentada ante el tribunal civil.Imagen: AP

Los oficiales, 18 en total, poseen experiencia en conflictos bélicos tanto en los Balcanes como en Afganistán. Alegan que, con los ejercicios, pretendían dotar a sus subordinados de conocimientos cercanos a la realidad en situaciones que involucran la toma violenta de rehenes.

Un juicio complicado

El proceso jurídico será previsiblemente largo. Se calcula que abarcará 45 diligencias a realizarse desde este martes, y hasta finales del presente año. Las conclusiones que de él extraiga el tribunal de la ciudad de Münster, donde está radicada la causa, podrían pesar en el prestigio del ejército alemán.

Éste se ha visto empañado en los últimos meses, al publicarse fotografías que documentaban la profanación de osarios por parte de soldados alemanes, también en Afganistán.

¿Fuerza de paz, o de combate?

El tema causa revuelo, no sólo por la materia misma de las acusaciones, sino por su trasfondo. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, los procesos de "desnazificación" emprendidos por las potencias vencedoras en Alemania incluyeron el desmantelamiento de las fuerzas armadas.

El cuartel militar donde ocurrieron los presuntos abusos.Imagen: AP

No fue sino hasta el 12 de noviembre de 1955 cuando la República Federal de Alemania (fundada en 1949) tuvo de nuevo un ejército. Desde el 1 de abril de 1956, tales fuerzas armadas recibieron oficialmente el nombre de Bundeswehr.

Tres meses más tarde se oficializó la misión de ésta como fuerza eminentemente dedicada a la resolución pacífica de conflictos,y en general, a "buenos propósitos".

Autoridad moral en duda

De comprobarse, las acusaciones irían en sentido contrario a esta tarea original. ¿Cómo sostener la fachada de un "ejército democrático" que practicaría la tortura contra sus propios miembros?

En este caso, la corporación ve en juego parte de la autoridad moral con la que se presenta en sitios como Afganistán, Kosovo, Bosnia-Herzegovina, Sudán, Líbano, Georgia, Etiopía y Eritrea, entre otros. En una palabra, está en duda su credibilidad. El fallo, cuando se produzca, provendrá de una autoridad judicial de corte civil e independiente.

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