Se espera que alrededor de 6 millones de personas de todo el mundo se agolpen en las cervecerías de Múnich durante el Oktoberfest de 2024, que comienza el 21 de septiembre y dura más de dos semanas.

Pero aunque en la 189a. edición del emblemático festival folclórico sus bulliciosos invitados beberán más de 5,6 millones de litros de cerveza, según seis cervecerías locales, y consumirán toneladas de carne, ensalada de patatas y sauerkraut, el evento sigue actualizando su imagen para adaptarse a los nuevos tiempos.

Fiesta de la vieja escuela que se esfuerza por ser limpia y ecológica

El Oktoberfest lleva mucho tiempo intentando reducir su huella medioambiental al adoptar energías limpias y clasificar y reciclar sus enormes residuos: incluso los residuos de cocina y de comida se recogen por separado y se convierten en abono.

El consumo desmesurado de alcohol, comida y energía en el recinto ferial de Múnich se equilibra con el uso casi exclusivo de electricidad renovable creada por el sol y el viento, mientras que el biogás libre de carbono también ayuda a alimentar el evento. El festival afirma estar en camino de alcanzar la neutralidad de carbono al reducir las emisiones que contribuyen a alimentar el cambio climático.

Los platos y cubiertos desechables y no reciclables están prohibidos desde los años 90, al igual que la venta de bebidas en latas: los asistentes al festival pagan un depósito por sus jarras de cerveza de vidrio, que se lavan al devolverlas para su reuso.

Y las medidas parecen estar funcionando. El servicio municipal de limpieza de Múnich reportó una reducción de dos tercios en la limpieza y la eliminación de residuos en menos de 15 años: de 247 toneladas en 2008 a 88 toneladas en 2022.

Oktoberfest apuesta por productos ecológicos y neutrales para el medio ambiente

Los organizadores del Oktoberfest también están promocionando productos ecológicos de origen local y vegetarianos, así como productos con una huella de carbono relativamente baja.

Y por supuesto, la cerveza también es local, aunque cada vez más cara.

En una nueva carpa llamada Boandlkramerei se presentan artistas conocidos de la escena de la música folclórica y se ofrece un menú mayoritariamente vegano y vegetariano que rompe con la tradición bávara, en la que predomina la carne.

Estas innovaciones ecológicas pueden ayudar a aumentar los "puntos ecológicos", el sistema de puntuación para las empresas que buscan la entrada al Wiesn, como se conoce en alemán al recinto ferial.

En el evento de 2023 se usaron productos orgánicos locales y sin químicos en todo, desde el clásico pollo a la parrilla hasta almendras tostadas, salchichas y rollos de carne, bananas con chocolate y waffles.

No solo se anima a los comerciantes a vender productos regionales y ecológicamente sostenibles que también sean reutilizables o reciclables, sino también a usar instalaciones de energía solar y vehículos eléctricos.

El año pasado, se anunció que las 15 cervecerías más grandes del recinto ferial serían climáticamente neutrales en cinco años, y quizás incluso en tres, al reducir las emisiones de carbono, incluso añadiendo al menú más platos vegetarianos e incluso veganos respetuosos con el clima.

Todo comenzó en 2016, cuando un famoso local de parrillas de pollo y pato se convirtió en la primera carpa climáticamente neutral del Wiesn.

Lo consiguió compensando las emisiones de CO² que no podía evitar mediante la inversión en proyectos en otras partes del mundo, como por ejemplo sistemas de cocina eficientes para familias en Nigeria y generación de energía con bajas emisiones a partir de residuos de cosechas de mostaza en India.

Mientras tanto, las famosas atracciones del recinto ferial de Múnich también se están volviendo ecológicas. El Grand Carousel, que debutó en el Oktoberfest de 2023, es un carrusel de varios pisos con góndolas y caballos que funciona con un motor eléctrico libre de emisiones. (rr/dzc)