Cerveza, música, fiesta. En medio del desborde, los límites se tornan difusos no solo para los alegres viandantes, sino también para quienes trabajan atendiéndolos. Una periodista de DW lo vivió en carne propia.
Publicidad
Un día de Oktoberfest comienza para mí y otras muchas trabajadoras del Wiesn (como los lugareños llaman a esta fiesta) con el mismo ritual: ponerme linda. Primero, oculto las ojeras cada vez más grandes, uso todo tipo de maquillaje en la cara, me pinto bien los labios, me pongo una blusa y medias, luego el dirndl, ato el delantal, ajusto bien el escote, me pongo una bufanda y, finalmente, me calzo los pantaloncillos de ciclismo debajo del vestido.
A ver, un momento. ¿Por qué un pantaloncillo debajo del dirndl? A las mujeres que trabajan a la intemperie les gusta protegerse del frío. Pero para las camareras que trabajan en las carpas, esta protección sirve como barrera contra los manoseos. El pantaloncillo está acolchado en las partes sensibles, y es al mismo tiempo tan ajustado que es invisible. Si la mano de algún intruso se pierde por ahí, le quedará claro que no tendrá acceso a ninguna parte.
Ya temprano, todo repleto
Así de preparadas van meseras, vendedoras de flores y 'bretzel' (los famosos lazos de pan salado) y otras trabajadoras al Wiesn, día a día durante dos semanas, hasta el 6 de octubre. Ya antes del mediodía, los visitantes, camareras, cocineros y vendedores irradian espíritu festivo. Todo lo que ofrecen la cocina y la cantina será, de seguro, consumido con fruición.
El buen ánimo se transforma en algarabía, los extraños se hacen amigos y visitantes de todo el mundo se abrazan. En la fraternidad alcoholizada se estrechan lazos y también se acortan las distancias, al punto que algunos dedos salen a caminar. No solo los de los carteristas, sino también los que tienen intenciones sexuales. Los toqueteos están, por desgracia, a la orden del día en la Theresienwiese.
25 agresiones sexuales en 8 días
Da igual si se trata de trabajadoras o visitantes, las mujeres no están seguras en el Oktoberfest. La Policía de Múnich llevaba registrados 25 delitos sexuales, entre ellas tres violaciones, en la primera semana de la celebración. En total ha habido 465 delitos (aparte de los sexuales, robos, vandalismo, etcétera) en ocho días.
La buena noticia: los delitos sexuales han sufrido un descenso desde su máximo histórico, registrado en 2017, cuando se contaron 67. En 2018 fueron 45, confirmó la portavoz de la Policía, Claudia Künzel, a DW.
Otra percepción pública
Más allá de los números, con que hubiera un solo ataque sería ya demasiado. Este tipo de agresiones fueron toleradas en el pasado como peccata minuta o simplemente silenciadas, a menudo por vergüenza. Todo eso cambió desde el debate generado por el #MeToo. Las víctimas de agresiones sexuales han ganado confianza y se sienten más seguras. Mujeres y hombres no se dejan amedrentar y no toleran los ataques, sino que denuncian a los responsables ante la policía.
Tocar el trasero de la camarera, acariciar la mejilla de la vendedora de flores o besar a la persona desconocida que está sentada al lado bebiendo cerveza son actos que ya no quedan impunes, pues a nivel general se trata de situaciones que no se ven con la displicencia de antaño.
Esto genera preguntas complejas que no son fáciles de contestar. ¿Qué puede permitirse un hombre? ¿Qué puede permitirse una mujer? ¿Qué tan cerca puedo estar de una mujer y cuáles son los límites? ¿Pueden los jefes regalar rosas a sus empleadas? ¿Se malinterpretan cada vez más gestos de afecto supuestamente inofensivos? ¿Se rompe algún código de conducta si hago gestos que otra persona interpreta como "eróticos"?
Lápiz de labios oscuro, señal disuasiva
Algunos visitantes del Oktoberfest se han vuelto más cuidadosos y lo piensan dos veces antes de relacionarse con las personas que están cerca de ellos. Sin embargo, todo indica que la mayoría de los visitantes seguirá aprovechando el espíritu festivo para entablar conversaciones y disfrutar de una grata jornada.
Contra los "cazadores de besos", hombres que quieren tener la cara llena de distintas marcas de lápiz labial, muchas meseras han puesto en práctica una receta sencilla: se pintan los labios de rojo oscuro, pues este color tiene un efecto disuasorio en los varones. Eso hago yo como vendedora de rosas y hasta ahora me ha ido bastante bien.
Autora: Valentina Dirmaier (dz/lgc)
Qué hacer y qué no hacer en el Oktoberfest
El Oktoberfest de Munich, conocido como el "Wiesn", comenzó el 21 de septiembre.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/M. Siepmann
¿Bailar?: ¡sí, por favor!
Tener una cerveza en una tienda de campaña es imprescindible para todos. Una vez dentro, te dejarás llevar por la música y la diversión. La regla es bastante clara: en los bancos sí, pero no en las mesas. Si intentas bailar en una mesa, te arriesgas a que te expulsen. Y sería una pena que la primera visita al Oktoberfest terminara así.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Hörhager
¿Traer tu propia comida?: ¡no!
¡Una carpa de cerveza no es un "Biergarten"! Y es por eso que no puedes traer tu propia comida. Los que lo hacen son rápidamente expulsados. Por lo general, encontrarás un "Biergarten" frente a las carpas. Allí, podrás disfrutar de un refrigerio sin molestar a nadie.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/P. Pavot
¿Comer pollo Hendl?: sí, ¡es delicioso!
Cualquiera que beba cerveza necesita una buena base. Hendl, o trozos de pollo, son la elección perfecta: crujiente, grasiento y fácil de comer con los dedos. Nota: se incluyen toallitas húmedas para evitar que las jarras de cerveza se resbalen de tus manos después de la comida.
Imagen: picture-alliance/dpa/K.-J. Hildenbrand
¿Montarse en la montaña rusa?: sí, ¡pero a su debido tiempo!
La montaña rusa Olympia Looping tiene un solo propósito: ¡la diversión! Pero espera un minuto, cada visitante del Oktoberfest debe tomar en cuenta el orden en que deben hacerse las actividades en el "Wiesn". Nuestra recomendación: primero montaña rusa, luego pollo y después cerveza. De lo contrario, las fuerzas centrífugas podrían tener efectos devastadores en el estómago.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/B. Strenske
¿Coquetear?: ¡pero por supuesto!
La vestimenta tradicional bávara es inteligente. Si sabes cómo usarla, puedes informarle claramente a los demás si ya estás "ocupado" o si te gustaría conocer a alguien. Un lazo atado a la derecha significa que ya tienes compañero. A la izquierda significa que estás libre.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/M. Siepmann
¿Beber cerveza?: ¡sin duda!
Beber cerveza en el "Wiesn" es una actividad rigurosa de tono deportivo, especialmente para la parte superior de los brazos. La cerveza se sirve en jarras de un litro y su consumo requiere algo de resistencia. Pero debes beber correctamente: agarra solo el asa, no toda la jarra. Esto no es para débiles, aunque algunos juerguistas en esta foto todavía tienen que practicar un poco.
Imagen: picture-alliance/dpa/T. Hase
¿Beber demasiada cerveza?: ¡absolutamente no!
Ponerse un poco "alegre" es parte de la diversión del "Wiesn". Pero beber en exceso es simplemente feo. Los que se andan tropezando borrachos en el Oktoberfest y vacían el contenido de su estómago en la multitud arruinan la diversión para ellos y para los demás. Regla de oro: solo bebe lo suficiente como para recordar que estuviste ahí.
Imagen: picture alliance/dpa/R. Peters
Orinar en público, de ninguna manera, ¡qué asco!
En algún momento, la cerveza querrá salir de tu cuerpo. Desanimados por las largas colas frente a los baños públicos, muchos pueden verse tentados a tomar un atajo y orinar detrás de las carpas. ¡NO! Tampoco harías eso en tu casa, ¿verdad? Si te atrapan, deberás pagar una multa de hasta 100 euros. Entonces, es mejor llegar al próximo baño a tiempo, el uso es gratuito en el "Wiesn".
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/R. Kutter
¿Robarse una jarra de cerveza ?: ¡no, bajo ninguna circunstancia!
Algunas personas piensan en llevarse la jarra de cerveza a casa. Y ciertamente es un recuerdo codiciado. Cada año, miles de jarras desaparecen. No es una buena idea: robar una jarra de cerveza es un delito. ¡Y eso significa una multa! Entonces, es mejor comprarse una, que estará marcada con una placa colorida que la identifica como un objeto adquirido honestamente.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk
¿Mantener un asiento libre ?: no, es muy desagradable
Una mesa como esta en las carpas tiene una gran demanda. Las carpas grandes tienen que cerrarse regularmente debido a lo abarrotadas que llegan a estar, especialmente los fines de semana. Sin embargo, nunca tomes un banco y lo mantengas libre para tus amigos. El personal de servicio y otros empleados se asegurarán rápidamente de que los asientos libres se ofrezcan a los clientes en espera.
Está bien tomar fotos de mujeres que están en modo fiesta. Pero no está bien fotografiarlas cuando en una hora avanzada se quitan espontáneamente la parte superior de la ropa. A ellas se les conoce como "Blankzieherinnen". Desnudarse no es un problema, fotografiar sí. Se supone que las damas no querrán que su "striptease" se haga global en internet. Lo que sucede en la carpa se queda en la carpa.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Gebert
11 imágenes1 | 11
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |