Terroristas suicidas y bombas llevaron la destrucción a diversas localidades del norte del país, poco después de que el presidente dijera que la guerra contra Boko Haram estaba ganada.
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Una sucesión de atentados suicidas y bombazos en distintas ciudades del norte de Nigeria dejaron al menos 48 personas muertas este lunes (28.12.2015), según información proporcionada por funcionarios y residentes. Los ataques se produjeron un día después de que el Ejército se enfrentara con milicianos del grupo islamista radical Boko Haram al oeste de Maiduguri, capital de Borno y bastión de la insurgencia.
Si bien nadie se ha atribuido los atentados, las autoridades dan por sentado que son obra de Boko Haram, por la forma en que fueron perpetrados estos. La primera explosión ocurrió en una mezquita en un suburbio de Maiduguri. En esta acción perdieron la vida unas 20 personas y 91 resultaron heridas, según un reporte de Mohammed Kanar, funcionario de la agencia nacional de asistencia NEMA.
Musa Abdukadir, un residente, dijo que contó más de 50 cuerpos en el hospital tras la explosión. Los médicos le informaron que fueron trasladados más cadáveres a otros dos hospitales. El recuento incluyó a las víctimas de los combates del domingo. Otro residente, Ibrahim Goni, comentó: “ayer (domingo) huimos todos, porque nuestras casas estaban en llamas. Regresamos esta mañana y, mientras contábamos a la gente que murió calcinada en las casas, explotó otra bomba”.
Nigeria “ganó la guerra”
En Madagali, en el estado de Adamawa, al sur de Borno, dos mujeres perpetraron un atentado suicida en un abarrotado mercado de carne y pescado, cerca de una estación de buses, causando muchas muertes, según Victor Ezegwu, un comandante del Ejército. Al menos 30 personas resultaron heridas. Si bien Ezegwo no ofreció una cifra detallada de víctimas fatales, Dauda John, un residente, aseguró que ayudó a los agentes de seguridad a cargar 28 cadáveres en dos camiones.
“Dos chicas adolescentes detonaron sus explosivos en un breve intervalo”, informó un testigo. Otra persona presente en el lugar elevó la cifra de víctimas fatales a 36. “Mi marido ayudó en las primeras operaciones de rescate, antes de que llegasen los soldados (...). Contó 36 cuerpos de hombres y mujeres”, explicó. El diario Premium Times situó la cifra de fallecidos en 30.
Otras siete personas perdieron la vida en atentados en la ciudad de Maiduguri, donde el domingo murieron cerca de 20 personas en un ataque suicida. Hace tan sólo unos días el presidente del país, Muhammadu Buhari, afirmó que Nigeria “ganó técnicamente” la guerra contra Boko Haram, que ha asesinado a miles de personas en el norte del país.
DZC (Reuters, dpa, EFE)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.