Las ciudades y sus habitantes están especialmente preocupados por la flora y los animales tras la ola de calor. Es por eso que muchos granjeros duchan a sus animales para refrescarlos. En Hamburgo, los cisnes del lago son trasladados temprano a sus cuarteles de invierno para protegerlos. En otras ciudades, los ciudadanos están lanzando iniciativas para regar los espacios verdes públicos.

Irlanda es conocida por sus verdes colinas y paisajes. Pero debido al calor no queda mucho por ver y el país se parece cada vez más a una estepa africana. Como revela un reportero irlandés en el periódico alemán Süddeutsche Zeitung, la gente lleva hasta bolsas de hielo y cajas frigoríficas a la oficina para poder refrescarse. Es que apenas hay sistemas de aire acondicionado en el país.

Finlandia, en el extremo norte de Europa, tampoco se ha librado de la ola de calor de este verano: una cadena de supermercados de la capital, Helsinki, ha invitado a los clientes a pasar la noche y a colocar sus sacos de dormir delante de los estantes refrigerados. Debido a la gran afluencia de público, el iniciador de la campaña tuvo que limitar el número de visitantes a algo menos de 100.

Si usted no tiene vacaciones a pesar del calor y tiene que sentarse en la oficina con las altas temperaturas, probablemente le gustaría trabajar en Basilea en este momento: en la ciudad suiza la gente toma una ruta alternativa para ir al trabajo y llegan nadando a través del Rin. El río es tan seguro en esta región que está permitido nadar allí.

Las temperaturas extremas no son nada nuevo para los franceses, pero el verano de este año ha sido especialmente duro. Por eso, la municipalidad de París ha desarrollado la aplicación "Extrema Paris", con la que se pueden buscar lugares con sombra. Más de mil "islas frescas" como iglesias, museos, parques y fuentes están programadas ahí. Ofrecen ambientes frescos con aire acondicionado o agua.

Los españoles están acostumbrados al calor del verano. Solo cuando el sol pega particularmente fuerte al mediodía se hace una siesta. Durante ese tiempo, las oficinas y la mayoría de las tiendas están cerradas. Sin embargo, como los sistemas de aire acondicionado ya están instalados en casi todas partes, muy pocos españoles hacen hoy la siesta. Prefieren el deporte, la natación o el almuerzo.