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Empresas alemanas suspenden sus operaciones en Egipto

2 de febrero de 2011

Las convulsiones políticas están afectando seriamente a la economía egipcia y podrían producirle graves daños. Varias empresas alemanas envían a sus empleados de regreso a casa.

Manifestación en Alejandría.Imagen: AP

Debido a los disturbios y a la inestabilidad de la situación actual, la economía egipcia está prácticamente parada. No llegan aviones a los aeropuertos, el turismo, la principal fuente de ingresos de ese país, está sufriendo grandes pérdidas. Bancos y comercios están cerrados. La agencia de rating Standard & Poors rebajó la calificación de deuda egipcia, sumándose a la decisión de Moody’s y poniéndola aún más por debajo de su nivel. Y, como si todo esto fuera poco, también se especula con una posible alza del precio del petróleo si la inestabilidad egipcia se contagia a sus vecinos.

Ante este panorama inseguro, varias compañías alemanas han optado por enviar a sus empleados de regreso a casa, y algunas hasta detuvieron su producción. Tanto al personal egipcio como al proveniente de otros países se le ha recomendado que permanezcan en sus hogares.

BASF, BMW y Daimler paran la producción

La multinacional química BASF detuvo temporalmente la producción en sus instalaciones egipcias, y así lo hicieron también las automotrices BMW y Daimler. La Volkswagen, entretanto, suspendió la entrega de vehículos a Egipto argumentando gran preocupación por la situación de inseguridad que se vive en ese país.


La corporación de energía eléctrica RWE se ocupó de que regresaran a Alemania aproximadamente 90 empleados de su filial Dea, mientras el personal directivo sigue permaneciendo en Egipto. El director ejecutivo de la compañía, Jürgen Grossmann, dijo que la producción no fue afectada hasta el momento, y subrayó el compromiso que dicha empresa mantiene a largo plazo en la región.

Ciudadanos alemanes reunidos frente la embajada alemana en El Cairo para regresar.Imagen: picture alliance/dpa

ThyssenKrupp, la productora de acero alemana, pidió a sus 1.900 empleados en Egipto permanecer en casa, y diez de sus aproximadamente 70 empleados alemanes volaron de regreso a casa el fin de semana pasado. El resto sigue en la sede de Port Said, donde, según se informó, la situación parece calma.

Asimismo, el grupo alemán Metro recomendó a sus 700 trabajadores que se quedaran en sus hogares. El pasado fin de semana, dos supermercados de esta cadena fueron saqueados, resultando una persona herida en el tumulto.

En Egipto se produjeron saqueos.Imagen: picture alliance/dpa

Los manifestantes exigen renuncia de Mubarak

Las protestas, en que los manifestantes exigen la renuncia del presidente Hosni Mubarak, apoyadas por una campaña en Internet, forman parte del fenómeno revolucionario que están viviendo los países vecinos, cuyo comienzo se produjo en Túnez y tuvo por resultado la huída del ex presidente Zine al-Abidine Ben Ali.

De acuerdo con economistas alemanes, la juventud egipcia que participa de las protestas exige que en el país se lleven a cabo reformas para una mejor distribución de la riqueza, y para que se construya un sistema más justo de libertad y democracia. A pesar de los seis años de liberalización económica, en Egipto hay una alta cuota de desempleo juvenil, según indica Volker Trier, experto de la Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK).

Es fundamentalmente la élite financiera egipcia, señala Volker Trier, la que se está beneficiando del crecimiento económico, mientras los gobiernos han hecho muy poco para mejorar la educación y la capacitación laboral de la mayoría de la población.

Inversores aconsejan esperar

Mientras algunos expertos predicen que las inversiones directas en la economía egipcia sufrirán pérdidas debido a los disturbios, Trier aconseja “esperar y ver qué pasa”. Y no le da mayor importancia al hecho de que algunas compañías alemanas hayan detenido temporalmente su producción en las sedes egipcias.

“Esas compañías están firmemente establecidas en Egipto, y consideran que ese país es una buena locación, de importancia estratégica”, señala Trier. Si la crisis actual se traduce en mayores garantías democráticas y mejores condiciones económicas para Egipto, ese país podría hasta convertirse en un punto de mayor interés para inversores extranjeros, opina, por su parte, Martin Kalhöfer, experto den Medio Oriente de la Agencia Federal para el Comercio Exterior e Inversiones. “Sólo queda esperar que el proceso democrático se ponga en marcha”, dice Kahöfer, y añade que entonces, los inversores seguramente llegarán.

Autor: Deanne Cobett/ CP

Editora: Emilia Rojas-Sasse

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