La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró hoy el fin de la epidemia de ébola en Guinea, al cumplirse 42 días desde que la última persona infectada dio negativo en dos exámenes que detectan el virus en la sangre.
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La OMS dio por terminada la epidemia de ébola en Guinea, donde se registró hace casi exactamente dos años el primer caso. La enfermedad se propagó a Liberia y Sierra Leona, causando más de 28.000 casos, con más de 13.000 fallecidos. En estos tres países se puso fin a la cadena de contagio del virus original, explicó el director regional de la OMS en África, Matshidiso Moeti.
Vigilancia especial
Tras este anuncio, Guinea entra en un periodo de noventa días de vigilancia sanitaria reforzada para garantizar que cualquier nuevo caso sea identificado rápidamente antes de que se propague entre la población.
Al mismo tiempo, en esta nueva fase se redoblarán los esfuerzos para rehabilitar los servicios sanitarios nacionales, que fueron quebrantados por los efectos de la epidemia que llegó a provocar también pequeños brotes en Nigeria y Mali.
En Senegal, España, Estados Unidos, Italia, Alemania y Reino Unido se trataron casos aislados de personas -en su mayoría de médicos y enfermeras- que habían contraído el virus del ébola en alguno de los tres países más afectados mientras atendían a los enfermos.
Persistencia del virus
"La cadena original de transmisión empezó hace dos años en Gueckedou, Guinea, al final de diciembre de 2013, y se extendió a las vecinas Liberia y Sierra Leona y, por último, a otros siete países a través de viajes terrestres y aéreos", dijo la OMS en un comunicado.
Además de la cadena original de transmisión se detectaron diez pequeños brotes de ébola entre marzo y noviembre pasados, que parecen estar relacionados con la reaparición del virus que persiste en una parte de la población superviviente masculina. Estudios científicos realizados durante esta epidemia confirmaron por primera vez que el virus del ébola puede persistir hasta nueve a doce meses en el semen de ciertos hombres que resultaron infectados.
ER (efe, dpa)
Salve vidas: lávese las manos
Este 15 de octubre se celebra el "Día Mundial del Lavado de Manos”. En esta fecha, la OMS llama la atención sobre la importancia de la higiene manual. Aquí presentamos cómo bacterias y virus viajan de mano en mano.
Imagen: Colourbox
Más que agua y jabón
Nuestras manos están constantemente activas: con ellas saludamos a amigos y conocidos, o nos sujetamos a los tubos del transporte público que miles han tocado antes. Con las manos abrimos puertas o tomamos alimentos. Así se exponen a miles de gérmenes. Por eso, lavarse las manos regularmente debería darse por sobreentendido.
Imagen: Colourbox
Hay gérmenes y gérmenes
No todos los gérmenes son igual de peligrosos. Por ejemplo, es necesaria una cepa de cerca de mil salmonellas para infectar a un ser humano. De otras especies se requieren menos de 100 ejemplares. Incluso aire que es considerado “limpio” es vehículo de cientos de bacterias y esporas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Increíble, pero cierto...
Sorpresivamente, cada centímetro cuadrado del asiento del inodoro tiene en promedio menos de diez gérmenes. Aunque parezca increíble, es cierto: el inodoro es uno de los sitios más limpios en general. Algunas ventanas están mucho más sucias, sobre todo si se lavan unas cuantas veces al año. El baño, en cambio, debe lavarse varias veces a la semana.
El el lugar de trabajo la situación es mucho peor. Un escritorio promedio da alojamiento a más de 3.000 microbios por centímetro cuadrado. El teclado de la computadora es el lugar más contaminado: ahí, la suciedad tiene condiciones inmejorables para posarse entre las teclas y en las hendiduras. Suele haber teclados con más de 10.000 bacterias por centímetro cuadrado.
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Dinero apestoso
Billetes y monedas circulan de mano en mano. Científicos de Nueva York identificaron a más de 3.000 bacterias distintas en algunos billetes. Es por eso que los comerciantes jamás deben tocar alimentos después de manipular dinero.
Imagen: fotolia/Peter Atkins
Refugio en medio del frío
También el frigorífico, que en teoría debería ser un lugar muy limpio, presenta cierta cantidad de bacterias. La humedad en presencia de grasas y azúcares constituye un ambiente ideal para la proliferación de gérmenes. Incluso después de una limpieza regular, éstos se las arreglan para encontrar sus nichos; por ejemplo, detrás de las selladuras de goma.
Imagen: BilderBox
Hospitales peligrosos
En los hospitales es especialmente importante la limpieza de las manos. La proliferación de bacterias muy resistentes fácilmente puede terminar en episodios fatales. Por eso, en muchos sanatorios hay sifones que surten una solución antibacterial, aparte del infaltable jabón.
Imagen: picture-alliance/dpa
Peligroso malhechor
Este peligroso microbio es el Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM). Es resistente a todos los antibióticos usados normalmente. Aún sin recibir alimentación, es capaz de sobrevivir hasta siete meses y puede alojarse en el piso, en las mesas, en las camas, en la piel y, naturalmente, también en los picaportes.
Imagen: picture-alliance/dpa/NIAID
Contra los gérmenes, cobre
Una clínica de Hamburgo comenzó un proyecto ambicioso, consistente en disminuir la cantidad de bacterias en los picaportes. Las bacterias rechazan el cobre; así, el uso de este metal causó que durante el experimento bajara a la mitad el número de gérmenes. El cobre no puede ser un sustituto del lavado de manos, pues deja cantidad suficiente para poder infectar a un ser humano.
Imagen: Asklepios Kliniken GmbH
Bitte nicht zu unfreundlich
¿Dejaremos de saludarnos? En los hospitales no sería mala idea, pero de otro modo, evitar todo contacto sería una medida exagerada. Lo mejor es procurar una higiene adecuada: lavarse las manos frecuentemente, limpiar con regularidad el teclado y el ratón de la computadora, abstenerse de tocar alimentos después de haber manipulado dinero, y limpiar con frecuencia los baños y el frigorífico.